Fútbol

Karim Benzema, Balón de Oro

El delantero del Real Madrid recibió el galardón al mejor futbolistas de la temporada 2021-2022, como todo el mundo esperaba

No hubo misterio en la gala del Balón de Oro porque no podía ser de otro modo. Karim Benzema fue sin discusión el mejor jugador de la temporada pasada, por delante de Mané, De Bruyne y Lewandowski, y a sus 34 años, muy cerca de los 35 recogió un premio que hace justicia a su importancia en LaLiga y la heroica Champions que conquistó el Madrid en 2022, pero también a su larga carrera en el club blanco, su capacidad de aguante, su versatilidad y su inteligencia para conocer y adaptarse a su papel en todo momento.

Fue Zinedine Zidane, que antes se había saludado muy cariñosamente con Florentino Pérez, quien subió al escenario para dar el galardón a su compatriota. Zidane fue uno de los grandes valedores de Benzema, cuando fue el segundo de Ancelotti y mucho más después, en su etapa triunfal como entrenador blanco. El delantero francés no ocultó su emoción. «Pienso en cuando era pequeño. He crecido con esto en la cabeza. He tenido dos modelos en la cabeza: uno es Zizou y otro es Ronaldo. Es mi ídolo, no hay otro delantero como él. Por él me sentaría en el banquillo sin decir nada. Lo que hizo en el campo es imposible hacer. A su nivel y al de Zizou es imposible llegar», aseguró en sus primeras palabras con el Balón de Oro en las manos y unas gafas doradas que le daban un aspecto intelectual. «Es un premio también para mis compañeros de equipo. Me he ganado el respeto de todo el mundo y eso es muy importante», añadió. Estuvo muy cariñoso con Florentino Pérez, al que considera de su familia y que fue a su casa en persona a ficharle y convencerle para que fichase por el Real Madrid. «Ha estado siempre conmigo», dijo. Y recordó cuando dejó de ir a la selección: «Hubo un periodo difícil, en el que no estuve en la Selección... pero eso terminó por reforzarme», contó antes de pedir a su madre y a su hijo para que subiesen con él para estar con el trofeo al lado. «Es el Balón de Oro del pueblo», aseguró el francés.

Y del trabajo, reconoció. Para Benzema, si había que jugar en un papel secundario para aprovechar la eficacia de Cristiano Ronaldo, se hacía. Y era discutido por eso mientras el portugués se hinchaba a meter goles y sumar trofeos individuales. Pero cuando se marchó y Karim quedó como único delantero ante el nerviosismo de sus críticos, dio un paso adelante para convertirse en lo que nadie, ni siquiera sus admiradores, preveían: un delantero total , un futbolista de creación y con voracidad goleadora. Se destapó, se convirtió en el líder del Madrid, en el mejor aliado de los futbolistas del centro del campo, pero también de compañeros que parecían tan improbables como Vinicius y ese papel de capitán lo llevó hasta la cima el curso pasado (44 goles, la Champions, LaLiga y la Supercopa), con los partidos contra el PSG en el Bernabéu y contra el Chelsea en Stamford Bridge como cúspides inalcanzables para cualquier otro futbolista del planeta la temporada pasada.

Karim Benzema coge el relevo de Leo Messi, que lo ganó el año pasado sin que ese galardón se haya explicado bien. Hace cuatro años lo ganó Luka Modric y en 2017 se lo llevó Cristiano Ronaldo por su papel en el Real Madrid. El máximo galardón individual del mundo del fútbol también recoge el dominio del conjunto blanco en las competiciones colectivas.

Una generación sin relevo por ahora

Benzema tiene 34 años, también superaba los 30 Modric cuando recogió su galardón y ya los tenía muy cumplidos Messi en 2021. El Balón de Oro testifica con sus premiados que las carreras de los futbolistas cada vez son más largas gracias a los avances científicos y nutricionales y que los mejores momentos de muchos ya no llegan con los 28 años como se creía antes, sino que pueden llegar bien pasados los treinta.

Y también dejan claro que la última gran generación del fútbol no ha encontrado todavía su relevo. Benzema y Modric tiene una edad parecida a Cristiano Ronaldo y Messi y son los únicos que han ganado el premio desde 2008. La decadencia de los dos titanes (Ronaldo ocupó el puesto vigésimo y Messi no entró entre los mejores) no ha dado paso a futbolistas más jóvenes sino que ha permitido que se valore a jugadores de un nivel parecido, pero que se mantenían a la sombra del combate. El relevo tendría que estar entre Mbappé, sexto en esta edición; Vinicius, octavo, que no entraba en las apuestas año y medio y ahora se ha colado y Haaland, el delantero del Manchester City, que terminó décimo.