La reciente visita de Gerard Piqué a León generó gran expectación y revuelo tanto entre los aficionados al fútbol como entre los ciudadanos de la capital leonesa. El exjugador del FC Barcelona y actual presidente del FC Andorra se desplazó a la ciudad para acompañar a su equipo en un partido decisivo contra la Cultural y Deportiva Leonesa, un encuentro clave para ambos clubes en la lucha por el ascenso a Segunda División.

Gerard Piqué llegó a León el viernes, acompañado por la delegación del FC Andorra y su pareja, Clara Chía, en medio de los rumores sobre el estado de su relación, que quedaron disipados con su aparición conjunta por las calles de la ciudad. El motivo principal de su visita era el partido entre el FC Andorra y la Cultural Leonesa, que se disputó en el estadio Reino de León. Este enfrentamiento no solo era crucial para las aspiraciones deportivas de ambos clubes, sino que también suponía un regreso simbólico para Piqué a un estadio que marcó un antes y un después en su carrera.

El polémico paseo de Piqué

Lejos de limitarse a su faceta institucional, Piqué aprovechó su estancia para sumergirse en el ambiente leonés. Se le vio paseando por el casco antiguo y el popular Barrio Húmedo, epicentro de la vida social y gastronómica de la ciudad. A pesar de intentar pasar desapercibido con gorra y ropa gris, fue rápidamente reconocido por numerosos aficionados. Uno de los momentos destacados fue a la salida de la comida en un restaurante, cuando el ex futbolista terminó su comida salió entre abucheos y aplausos, pero lo que más llamó la atención fue que tuvo que ser escoltado por la Policía, aunque no todos vieron el sentido de ese despliegue.

Piqué, problemas en León

La relación de Piqué con León no es nueva. Ya había pisado el césped del Reino de León en 2015, cuando jugó un amistoso con la selección española frente a Costa Rica. Aquel partido es recordado porque fue la primera vez que el defensa fue abucheado de forma notoria en un estadio español, tras unas declaraciones polémicas relacionadas con el independentismo catalán. Ese episodio marcó el inicio de una serie de recibimientos hostiles en otros campos de España, lo que convirtió a Piqué en una figura polarizadora más allá de lo estrictamente deportivo.

En esta ocasión, su regreso fue en calidad de presidente y propietario del FC Andorra, y aunque no faltaron algunos desplantes y pitos por parte de la afición local, la situación no pasó a mayores. La mayoría de los leoneses se mostró cordial y muchos aprovecharon para inmortalizar el momento con una fotografía.

Éxito del Cultural

El partido entre la Cultural Leonesa y el FC Andorra era vital para ambos equipos. La Cultural se jugaba el ascenso directo a Segunda División, mientras que el Andorra aspiraba a consolidarse en los puestos de play-off de la Primera Federación. Piqué siguió el encuentro desde el palco, acompañado de la directiva local y de su equipo. Finalmente, la Cultural logró el ansiado ascenso, lo que desató la euforia en las gradas