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Atletismo
Javier Sotomayor: "No me conformé con los 2,45"
El legendario plusmarquista mundial de salto de altura al recibir en el Sports Summit Madrid el "Premio Gloria Deportiva Iberoamericana"

Entre los récords del mundo masculinos de atletismo hay ocho que se lograron en el siglo pasado. En realidad serían cinco si no contamos con los tres "sospechosos" en lanzamiento de disco, martillo y jabalina. Pues de esas plusmarcas, la segunda más longeva es la que ostenta Javier Sotomayor (13-10-1967, Limonar -Cuba-). El rey del salto de altura voló por encima del listón situado en 2,45 el 27 de julio de 1993 en las Pistas de Atletismo de la Universidad de Salamanca. El cubano ha regresado a España y pasó por el Sports Summit Madrid 2025 donde recibió el "Premio Gloria Deportiva Iberoamericana". "Me hace sentir muy bien que después de llevar tantos años retirado se haya tenido en cuenta mi trayectoria", expresó la leyenda para LA RAZÓN.
"Me sienta bien que muchas personas aún me reconozcan, sobre todo en los países por los que paso y, en especial, en el mío", comenta Sotomayor. Se trata de una leyenda del atletismo mundial que visita multitud de países como embajador de su disciplina y del atletismo en general. Galas, premios, la presencia en los Juegos Olímpicos de París... el mito del salto de altura muestra su deseo de recorrer la mayor cantidad de países posibles para trasladar su legado y que este sirva para inspirar a los demás. A Sotomayor le llena especialmente cuando el reconocimiento que se le muestra procede de las nuevas generaciones: "Me llena más de orgullo cuando son jóvenes y niños los que lo hacen".
Alcanzar un récord imposible suele marcar el punto culminante en la historia de cualquier atleta. Para Javier Sotomayor lo que sucedió en Salamanca en el verano de hace 32 años fue sólo una etapa dentro de una trayectoria marcada por metas cada vez más ambiciosas. Primero superó marcas juveniles, luego el récord mundial junior, después el absoluto y cuando se elevó por encima de los 2,45 siguió buscando nuevas metas. "Me fui superando. Y el hecho de no haber pasado de los 2,45 no significa que conformara con aquello que había logrado. Seguí intentando superarme", asegura. Cuando el cuerpo comenzaba a imponer sus propios límites, la motivación no desaparecía: "Por supuesto que en el deporte hay un momento en que es casi imposible superarse y más en el deporte nuestro. Pero la motivación de hacerlo lo mejor posible siempre estuvo ahí".
Javier Sotomayor se retiró oficialmente en 2001, el día que cumplía 34 años. Al desgaste físico y mental se sumaron varias adversidades que complicaron su continuidad. Dos suspensiones por dopaje en sus últimos años impidieron que tuviera la regularidad deseada en el tramo final de su carrera. Aun así, su legado permanece intacto. La retirada, como para otros muchos colegas de generación, no fue sencilla. "Esos primeros años fueron de mucha nostalgia, más que todo. Cada vez que iba a una competición ya no como atleta no podía evitar sentirme un poco mal. Cada vez que acudía a presenciar un entrenamiento, cuando iba a los lugares donde antes entrenaba me venían todos esos recuerdos", relata.

Sotomayor aprovecha su origen cubano para dar con la clave de que muchos atletas de élite puedan salir de cualquier parte del mundo, por más pequeño que pueda ser el lugar de origen: "Yo creo que parte un poco del talento, no para todos los deportes, pero para muchos de ellos, sí". Pero la habilidad natural no es suficiente: "Creo que también un poco ha ayudado la superación que cada uno de nuestros entrenadores nos transmitían y que cada día se esforzaban por inculcar". Para él, ese desarrollo no se da de forma aislada, se fomenta con el contacto con otros entornos deportivos: "La posibilidad, igualmente, de cambiar experiencias con otros atletas y otros entrenadores de diferentes países, más el talento propio, hace que muchos deportes, más que todo en este caso el Caribe, en el atletismo, destaquemos".
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