Deportes

Polémica

Lo que más temen los atletas en Tokio 2020... y no es el coronavirus

En 1964, los Juegos de Tokio fueron en octubre. A las temperaturas que se disputan ahora el gobierno nipón recomienda a sus ciudadanos no hacer deporte

Jonathan Brownlee (i) de Gran Bretaña, Max Studer (c) de Suiza y Casper Stornes de Noruega descansan en el suelo tras cruzar la meta del triatlón masculino durante los Juegos Olímpicos 2020
Jonathan Brownlee (i) de Gran Bretaña, Max Studer (c) de Suiza y Casper Stornes de Noruega descansan en el suelo tras cruzar la meta del triatlón masculino durante los Juegos Olímpicos 2020Enric FontcubertaEFE

Una de las preguntas que prefieren no hacerse los equipos de fútbol es qué va a suceder en la temporada 2022/23, cuando, tras empezar a final de verano, la competición nacional se pare para que se dispute el Mundial de fútbol de Qatar. ¿Va a arriesgarse, por ejemplo Messi en el Barcelona, a perderse el que puede ser su último Mundial y en el que es favorito? Por fechas será un acontecimiento extraño para el que el mundo del fútbol no está aún listo, pero al que no queda más remedio que adaptarse porque Qatar manda. Y para que el calor no asfixie a los futbolista se han retrasado de las fechas habituales.

El calor de Tokio, sin embargo, no ha cambiado la fecha de los Juegos, sólo de sitio algunas pruebas de atletismo, como la marcha y el maratón, pese a que cuando en 1964 se disputaron los Juegos en el mismo lugar, sí que se celebraron en octubre. El COI nunca se planteó esa opción esta vez, pues es ahora cuando no interrumpen otros deportes televisivos y fue ya imposible planteárselo cuando el coronavirus arrasó con todo y dejó en un segundo lugar el resto de los problemas, como si no fueran importantes.

Pero no por no hablar de él, se ha ido el calor. Según las predicciones y según lo están viviendo los deportistas, van a ser los Juegos Olímpicos, además de los más silenciosos, los más calurosos de la historia, con temperaturas que superan habitualmente los 30 grados y una humedad entre el 60 y el 80 por ciento, lo que hace que sea todavía peor. «El efecto de ’'isla de calor urbano’' aumenta las posibilidades de que los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 se conviertan en los Juegos más calurosos jamás registrados», aseguraba Paloma Trascasa Castro, investigadora del Priestley Centre, que junto a la British Association for Sustainability in Sport (BASIS) hizo el estudio acerca del calor de estos Juegos. Entre que las condiciones de la ciudad ya son calurosas y que el cambio climático ha aumentado la temperatura en los últimos años, el récord más recordado de los Juegos puede ser el calor.

En la vida normal de los habitantes de Tokio cuando la temperatura supera los 30 grados no pueden hacer deporte. Según la agencia de noticias Kyodo, el año pasado se emitieron hasta 13 avisos de «no hacer ejercicio» desde finales de julio hasta principios de agosto, es decir en estas fechas. En 2019, 118 personas murieron en Japón por golpes de calor, aunque hubo 71.000 avisos a emergencias. El año pasado, en plena pandemia y con el país medio parado, hubo 65.000 casos y 112 muertes. Evidentemente, no se han emitido estos avisos en los Juegos, pese a que los deportistas ya están notando el calor extremo.

Las imágenes del triatleta noruego Kristian Blummenfelt vomitando al ganar el triatlón son más que gráficas. No es el único: la rusa Svetlana Gomboeva se desmayó en la prueba de tiro con arco que se estaba celebrando en Yumenoshima, un distrito de Tokio: «Básicamente, no pudo soportar un día entero en el calor», explicó su entrenador Stanislav Popov: «Y la humedad jugó un papel fundamental en la mañana de Tokio», añadía. Mientras, la Federación Internacional de Tenis está planteando la suspensión de algunos partidos.

Los deportistas se han estado preparando para estas condiciones. El equipo masculino español de hockey hierba se marchó a Valencia para entrenar al mediodía. Pablo Herrera y Adrián Gavir, el equipo masculino de voley playa, estuvo entrenando en Lorca, haciendo justo lo contrario de lo que hacen todos los deportistas amateur: buscaban las horas de más calor y huían de la sombra.

El voley playa es uno de los deportes que más problemas está teniendo con el calor que agota a los atletas. Los que habían llegado antes para adaptarse a la temperatura tuvieron que dejarlo porque la arena quemaba. La alta tecnología de la que presume Japón no se utiliza para estos casos y la solución fue regar con agua la arena mientras los deportistas esperaban en la sombra.

Para aliviar el bochorno durante la competición mojan la arena y utilizan ventiladores. No les ha ido mal, por ahora: «No hace el calor que esperábamos, la arena es muy buena», decía la pareja española.