Baloncesto

Río de Janeiro

La pandilla de Pau

La generación de oro del baloncesto español sólo tiene un reto pendiente. Dos veces, en 2008 y 2012, estuvo muy cerca. En Río se presenta la última oportunidad para asaltar el oro olímpico. Pau Gasol, Navarro, Reyes y Calderón son los cuatro supervivientes de un grupo empeñado en seguir haciendo historia más cerca de los 40 que de los 30

La despedida imaginada sería tumbar a Estados Unidos en la final olímpica
La despedida imaginada sería tumbar a Estados Unidos en la final olímpicalarazon

El núcleo fundacional de la mejor Selección española de la historia afronta su último baile en Río. Los juniors de oro, que emprendieron su aventura el siglo pasado con el oro europeo en Varna’98 y el título mundialista en Lisboa’99, se topan con el desafío final en los Juegos. De aquellos títulos sobreviven cuatro jugadores. Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes y el último en llegar, el único de 1981, José Manuel Calderón. Dos medallas de plata olímpicas les contemplan. El reto ahora es tumbar de una vez por todas a Estados Unidos en una final. Si la plata de Los Ángeles hace 32 años fue algo excepcional, la grandeza de la «generación Gasol» se ve en que los metales se han convertido en costumbre. Campeones del mundo (Japón 2006), tres veces campeones de Europa (Polonia 2009, Lituania 2011 y Francia 2015), dos platas olímpicas, más medallas continentales y una trayectoria que ha ido más allá de los límites de una cancha de BA-LON-CES-TO. «La humildad y el compromiso que hemos mostrado otras veces es lo que tenemos que tener en Río», asegura Pau en su vuelta a la Selección después de la exhibición en el pasado Eurobasket.

El único fiasco de los Gasol, Navarro y compañía fue en el Mundial de 2014. La eliminación en cuartos ante Francia conllevó de inmediato la renovación de su compromiso con la Selección. Río tiene que ser, por lógica, la hora del adiós. Y el sueño de todo el grupo es hacerlo derrotando en la final olímpica a Estados Unidos. Los precedentes se remontan a Pekín y Londres. Hace ocho años, ante la versión más fiel del «Dream Team» original, estuvieron muy cerca (118-107). Fue la gran oportunidad como asegura más de un jugador. El mejor partido de la historia del baloncesto FIBA se repitió cuatro años después en Londres (107-100). España volvió a competir, creyó en la victoria, pero...

Al frente del grupo sigue Sergio Scariolo. Es su segunda etapa al mando de la Selección y la primera concluyó precisamente con la plata de Londres. La preparación para Río está lejos del ideal que quería el seleccionador: mucho amistoso intrascendente y poca sesión de trabajo con la plantilla al completo. La situación contractual de buena parte del equipo ha provocado una concentración accidentada y que el grupo se vea obligado a afrontar el campeonato como lo ha hecho casi siempre: obligado a ir de menos a más para terminar rindiendo a tope en los cruces.

Del bloque de Río sólo cuatro jugadores no estuvieron en la plata de Londres (Mirotic, Abrines y Willy Hernangómez –el caso de Ricky es especial porque él sí estuvo en Pekín–) y esa continuidad es el mejor arma para afrontar un torneo más exigente que nunca. El equipo juega de memoria y los jugadores han asumido su rol –muy diferente del que tienen en sus clubes– con naturalidad.

En la primera fase aparecen, por este orden, Croacia, Brasil, Nigeria, Lituania y Argentina. Sólo los africanos son un equipo, a priori, inferior. La primera plaza se antoja imprescindible para no cruzarse con los estadounidenses hasta la final y que no se repita la experiencia que vivió toda la generación del 80 en sus primeros Juegos. En Atenas 2004, la irregular actuación de los estadounidenses en la primera fase provocó el cruce con ellos en cuartos. Después de cinco partidos excelentes, la Selección se quedó fuera de la lucha por las medallas. Además, ser primeros allanaría el camino en unos hipotéticos cuartos de final ante Australia, China o Venezuela.

El potencial de la Selección masculina de baloncesto es el mejor ejemplo del nivel medio de España en los deportes de equipo. Ya lo dice Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español: «¿Qué país con una inversión como la nuestra puede presumir de tener nueve equipos en Río? Nadie. Sólo el organizador y Estados Unidos, que es caso aparte». España contará con presencia en 9 disciplinas de equipo sobre 14 opciones posibles. Brasil (14) y Estados Unidos (10) están por delante. Argentina y Francia se sitúan a la altura de España, que estará presente en una disciplina más de las que estuvo en Londres. Sólo el fútbol y el voleibol no contarán con la «Roja». La segunda es una disciplina que no termina de despegar. El fútbol masculino ya se estrelló hace cuatro años y este año ni siquiera logró la clasificación. El otro gran ausente es un clásico, el balonmano masculino. Los subcampeones de Europa son una de las selecciones con las que se contaba en la Villa.

Casi cuatro de cada diez miembros de la delegación española (120 de 305) forman parte de un deporte de equipo, aunque en las selecciones también hay clases. La cuadrilla de Pau es el gran referente del grupo como lo demostró el poder de atracción en la Villa hace cuatro y ocho años. Hay dos selecciones (el balonmano y el baloncesto femeninos) que tienen a la mayoría de sus componentes jugando en Ligas lejos de España como consecuencia de la crisis. Las otras seis selecciones viven en condiciones de semiprofesionalidad. Con nueve equipos, el reto de España es superar las tres medallas en disciplinas de equipo. La pandilla de Pau va más allá. El colofón a su importancia en la historia del deporte español sería el oro olímpico con la final soñada ante Estados Unidos.

Hockey masculino

La medalla es estar en los Juegos

Ninguna selección española puede presumir de tantas medallas como ellos en unos Juegos Olímpicos: tres platas (1980, 1996 y 2008) y un bronce (1960). La historia en Río será muy diferente. El equipo está inmerso en un relevo generacional con la salida de históricos de la talla de Pol Amat, Santi Freixa y Edi Tubau. Se trata de volver a luchar por lo que un día fue este equipo. En 2008 era la tercera selección del ranking mundial; cuatro años después era quinta y llega a Río como la undécima del mundo. Estar en los Juegos es un premio para una generación a la que esta cita olímpica le llega demasiado pronto. El diploma sería un éxito.

Hockey femenino

Un regreso para honrar el pasado

El sexto puesto en el Preolímpico de Valencia y el cuarto en el Campeonato de Europa dejaron a la selección española sin Juegos Olímpicos, pero... la renuncia de Suráfrica llevó a la Federación Internacional de Hockey a invitar al equipo de Adrian Lock. Río 2016 será la sexta cita olímpica en la que estarán presentes las españolas, que se estrenaron con un oro en Barcelona al derrotar a Alemania en la final. Desde 1992, el equipo compitió en todos los Juegos hasta Pekín 2008. Holanda vuelve a ser la favorita para el título y entre la expedición española el ánimo era: «¿Y por qué no podemos ganar una medalla?».

Rugby a 7 masculino

Toda la vida jugando juntos para esto

Después de 92 años fuera del programa olímpico, el rugby regresa a unos Juegos y lo hace con la presencia de nuestras dos selecciones en un éxito sin precedentes. El mayor milagro en la expedición española antes de partir a Río lo protagonizaron los chicos y las chicas del rugby. Los de «Tiki» Inchausti se impusieron en la final del Preolímpico a Samoa. «No somos los más grandes ni los más fuertes, pero cuando nos ponemos a trabajar juntos...», aseguraba Pablo Feijóo, uno de los héroes después de la histórica clasificación. Buena parte del equipo lleva jugando juntos 10 años. De ahí que ellos mismos se llamen «La Familia».

Rugby a 7 femenino

«Las leonas», en busca, al menos, del diploma

«No estamos acostumbrados a esto», reconocía a LA RAZÓN José Antonio Barrio «Yunque» después de lograr el billete olímpico con una victoria épica ante Rusia. El seleccionador de «Las Leonas» fija los cuartos de final como un objetivo alcanzable para las suyas y eso supone, al menos, el diploma olímpico. Ellas fueron la última selección en clasificarse, la novena. Sólo en Barcelona, con 11, hubo más equipos.

Balonmano femenino

Otro desafío para las «guerreras»

La victoria de Noruega en el último Mundial fue el pasaporte que necesitaban las «Guerreras» para estar en Río e intentar volver al podio como hicieron con el bronce hace cuatro años en Londres. Sin los «Hispanos», ellas buscan alcanzar los cuartos en un grupo complicado en el que están Noruega, Montenegro (plata en Londres) y las anfitrionas.

Waterpolo femenino

La vida sin Jennifer Pareja

Las subcampeonas olímpicas en Londres y campeonas del mundo en 2013 llegan a Río buscando que se deje de hablar definitivamente del «caso Jennifer Pareja» y se vuelva a escribir de sus hazañas en la piscina. Con una de las piezas clave de la legendaria selección masculina al frente, Miki Oca, la ausencia de la capitana ha marcado las semanas previas a los Juegos, pero detrás hay mucho más. «Nos ha dado mucho, ha empujado, ha rendido y nos ha ayudado mucho en el día a día, pero...», decía el seleccionador sobre la mejor jugadora del mundo hace tres años. Ahora sin ella, el reto es seguir en el podio olímpico.

Waterpolo masculino

Los herederos del último oro

El último oro en deportes de equipo del deporte español llegó con ellos en Atlanta’96. Fue cuatro años después de la plata que los Estiarte, Jesús Rollán, Pedro García, Jordi Sans y compañía sufrieron en la final olímpica de las tres prórrogas ante Italia en Barcelona. De aquella generación de oro queda un rescoldo en el banquillo de la selección, Gaby Hernández fue uno de los responsables de la transición –campeón del mundo en Fukuoka 2001– y ahora está al frente de una selección que regresa a los Juegos. Con un grupo formado por Italia, Francia, Estados Unidos, Croacia y Montenegro, el objetivo es alcanzar los cruces.

Baloncesto femenino

El único metal pendiente

Campeonas de Europa y subcampeonas del mundo. A la mejor generación de la historia del baloncesto femenino –con permiso de Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar– le falta una medalla en los Juegos. El camino hacia el podio sería más sencillo con la gran ausente, Sancho Lyttle. Sin la pívot, el grupo se ha conjurado para regresar de Río con un metal que adornaría la trayectoria de jugadoras legendarias como Laia Palau o Alba Torrens. Con Estados Unidos jugando un campeonato aparte, España está incluida en un grupo de 3-4 selecciones que aspiran a acompañar a las yanquis en la fotografía de medallistas del 20 de agosto.