Fútbol

Osasuna-Real Madrid (0-2): El Sadar tampoco asusta a Vini

El Real Madrid ganó un partido en el que sufrió mucho con dos goles al final. Todo el ataque del equipo de Ancelotti pasó por Vinicius

PAMPLONA, 18/02/2023.- El centrocampista serbio de Osasuna Darko Brasanac (2-d) disputa el balón ante Vinícius Jr (c), delantero brasileño del Real Madrid, durante el encuentro correspondiente a la jornada 22 de primera división que disputan hoy sábado en el estadio El Sadar de Pamplona. EFE / Jesús Diges.
Vinicius, en el Osasuna-Real MadridJesus DigesAgencia EFE

Se oyó un insulto a Vinicius en el minuto de silencio de El Sadar por las víctimas de Turquía y Siria, le pitaron cuando tocó el primer balón, se enfrentó a Moi Gómez, le gritó al árbitro. Y sobre todo jugó: Vinicius jugó y jugó y volvió a jugar, Una y otra vez, él contra todos. Contra el ambiente del estadio, frente a Moncayola y contra Sergio Herrera, que le paró dos unos contra uno y que parecía que le habíacomido la moral. Pero es que eso es imposible. Vinicius es Sísifo, que sube la montaña una y otra vez aunque la piedra que sube se le caiga. Porque alguna vez la llevará arriba.

Contra Osasuna lo consiguió al final, en una jugada que encontró a Valverde para que siguiera con su cuenta goleadora, llegando desde atrás, indetectable para la defensa de Osasuna, rota al fin, cansada y derrotada, pese a todo lo que hizo para evitarlo. Tuvo el dominio del encuentro, más ocasiones que el rival, pero el partido se le hizo muy largo. Todo el esfuerzo de la presión lo pagó al final, se abrió el equipo y Vinicius fue definitivamente mortal.

Ganó el Madrid, que durante mucho minutos temió por el resultado y por una Liga en la que no se puede permitir el mínimo error para mantener la esperanza. El Sadar era la primera piedra del camino que empieza ahora y que no para, con el Liverpool, el Atlético y el Barcelona. No era menor el choque en Pamplona porque nunca lo son los partidos en El Sadar y menos con un Osasuna optimista. El equipo de Ancelotti venía del paseo contra el Elche en el Bernabéu y se encontró en un duelo radicalmente distinto. Todo lo que contra el Elche fue comodidad, en Pamplona fue sufrimiento. Sacar la pelota era un milagro y si se conseguía, llegar al área rival, una proeza. Por eso acabó al primera parte con tres tiros, la cifra más baja en un primer tiempo en lo que lleva de campeonato.

Pero no había manera. Rodyrgo era delantero, pero sólo apareció, con mucha intención, un par de veces en las segunda mitad y en el centro del campo, Camavinga (titular por la bajas de Kroos y de Tchouameni) no conseguía guiar al equipo, acompañado de Ceballos y Modric. Aunque los primeros minuto, el Madrid empezó con ánimo, después ya no supo qué hacer para jugar. O sí supo qué hacer: buscar a Vinicius para que fuese a la guerra contra la defensa rival. Y Vinicius lo hizo por que no se rinde nunca. Por su insistencia, aprovechando que Osasuna iba muy arriba a la presión, el Madrid hizo dudar al equipo de Arrasate, muy preparado para el choque, con buenos futbolistas y con más ocasiones que el rival hasta el último cuarto de hora, el que resultó decisivo.

Ancelotti salió con cuatro centrales en la defensa, con Nacho, esta vez, en la derecha y Alaba en la izquierda. Al principio el austriaco intentó subir, pero después comprendió que era mejor no molestar a Vinicius. Nacho, en el otro lado se midió y acabó ganado la partida a Abde. El delantero osasunista empezó muy vivo, pero no terminó en nada. Pero Nacho no dio nada de profundidad.

Robaba muy pronto el equipo local, que empezó a sumar llegadas durante la primera y la segunda parte. Un remate por los pelos, un balón al palo, una para de Courtois. Empujó como siempre Osasuna, pero además tuvo buen fútbo, con Moi Gómez al mando y Budimir recogiendo todos los balones.

El Madrid aguantaba. Sabía que no era su partido, que estaba espeso, así que confió en el paso de los minutos, en el que el desgaste físico del rival le acabaría haciendo daño.

Ancelotti dio paso a Asensio por un Ceballos al que le costó entrar en el choque y en la banda derecha colocó a Carvajal, a ver si conseguía que el Madrid también llegase por ese lado. Es verdad que en la segunda mitad, el equipo blanco fue creciendo un poco, con posesiones algo más largas en el otro lado del campo, pero también es cierto que su mejor arma seguían siendo los pases largos de Militao, cruzados a la carrera de Vini.

El gol de Valverde hizo que Ancelotti retrasase la salida al campo del delantero del filial Álvaro Rodríguez, que iba a ser el recurso a la desesperada. Se lo guardó para más tarde, pero como Arribas el otro día, Álvaro no desperdició ni uno de los pocos minutos que tuvo. Dio dos goles, pero el de Vini lo anularon. El de Asensio, no..