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Hípica

El primer marcapasos equino en España

Un potro de tres meses se aferra a la vida gracias a una intervención pionera del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Complutense de Madrid

Equipo de veterinarias de "Joker"
Equipo de veterinarias de "Joker"Universidad Complutense de Madrid

La medicina veterinaria equina en España ha marcado un hito histórico con la implantación del primer marcapasos en un caballo, un procedimiento nunca realizado antes en el país y que abre una vía terapéutica inédita para tratar arritmias graves en équidos. La intervención, realizada el 28 de noviembre de 2025 en el Hospital Clínico Veterinario Complutense, estuvo liderada por la cardióloga equina María Villalba Orero, con el apoyo del equipo CoreLab-UCM y los servicios de Cirugía, Anestesia e Imagen Avanzada, así como el respaldo de Boehringer Ingelheim.

El paciente fue un potro de tres meses llamado "Joker" que fue atendido inicialmente en la Universidad de León después de mostrar debilidad, caídas y dificultades para caminar. Su corazón apenas llegaba a los 17 latidos por minuto, un ritmo incompatible con la vida. Hasta ahora, ante un caso así, la única salida era la muerte del animal o su eutanasia, al no existir soluciones que permitieran restablecer un ritmo cardíaco funcional.

El marcapasos es un dispositivo diseñado para suplir o apoyar la actividad eléctrica del corazón cuando este falla. Cuenta con un generador, que alberga la batería y los componentes electrónicos y con electrodos encargados de transmitir impulsos eléctricos al músculo cardíaco. En condiciones normales, el propio corazón genera sus señales, pero en situaciones de bradiarritmia o bloqueo pierde la capacidad de marcar el ritmo. El marcapasos toma entonces el control y mantiene una frecuencia compatible con la vida. Aunque se trata de una tecnología muy extendida en humanos y en pequeños animales, su aplicación en caballos implica retos particulares por su tamaño, su anatomía y sus altas exigencias biomecánicas.

En el caso de "Joker", el equipo decidió implantar un marcapasos monocameral. El procedimiento consistió en introducir un electrodo por la vena cefálica, guiado por ecografía hasta el ventrículo derecho, donde quedó fijado para estimular el corazón cuando fuera necesario. Ese electrodo se conectó a un generador colocado bajo la piel en la región pectoral, un emplazamiento pensado para proteger el dispositivo en un animal que se mueve con fuerza y cuya musculatura genera gran tensión. La cirugía requirió una planificación minuciosa, especialmente porque "Joker" está en pleno crecimiento. La longitud del cable debía permitir que el sistema siguiera siendo funcional cuando el potro aumentara considerablemente de tamaño. Tras la intervención, se impuso una vigilancia rigurosa para evitar movimientos bruscos al principio, fundamentales para asegurar la correcta fijación del dispositivo.

Pese a la complejidad de la intervención, la cirugía se desarrolló sin complicaciones. Los efectos fueron visibles en apenas 24 horas. "Joker" pasó de caminar con la cabeza baja y signos evidentes de agotamiento a mostrarse más alerta, con fuerza y ganas de moverse. Su corazón recuperó un ritmo estable y cadenciado, suficiente para garantizar una correcta oxigenación de sus músculos, su cerebro y el resto de órganos vitales. Este restablecimiento confirmó que la implantación de un marcapasos en caballos no sólo es técnicamente viable, sino que puede salvar vidas que antes no tenían ninguna alternativa.

El éxito de la intervención supone un cambio de paradigma para la salud equina en España. Por primera vez, una arritmia grave deja de ser una sentencia de muerte definitiva. La implantación de un marcapasos ofrece esperanza a futuros pacientes con patologías cardíacas severas y sitúa al Hospital Clínico Veterinario Complutense como referencia en cardiología equina. Además, este avance destaca la importancia de la colaboración entre instituciones académicas y la industria, especialmente en un sector tan específico como el de los équidos, que tradicionalmente recibe menos inversión que la medicina humana o la veterinaria de animales de compañía. Gracias a este esfuerzo conjunto, la innovación empieza a abrirse paso en un ámbito donde la vida de los animales depende a menudo de diagnósticos complejos y tratamientos limitados.

La historia de "Joker" es mucho más que un logro quirúrgico. Es la evidencia de que la medicina veterinaria equina en España avanza hacia un futuro en el que la tecnología permitirá salvar vidas que hasta ahora se consideraban irrecuperables.