Declaración

La reunión que lleva a Luis De la Fuente ante el juez del "caso Rubiales"

Tres días después de la final del Mundial, Rubiales citó en su despacho a la jefa de prensa de la RFEF para que respaldase su versión del beso. Allí también estaba el seleccionador.

LAS ROZAS (MADRID), 12/12/2022.- Luis de la Fuente (d) acude a su presentación como nuevo seleccionador nacional en sustitución de Luis Enrique Martínez junto al presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales (i), en la Ciudad delFútbol en las Rozas, Madrid, este lunes. EFE/ Juan Carlos Hidalgo
Luis Rubiales y Luis de la Fuente, en su presentación como nuevo seleccionador en sustitución de Luis EnriqueJUAN CARLOS HIDALGOAgencia EFE

El seleccionador Luis de la Fuente tiene mañana una cita en la Audiencia Nacional, donde declarará como testigo en el «caso Rubiales» –en el que se investiga por agresión sexual y coacciones al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por su beso a Jenni Hermoso tras la final del Mundial el pasado 20 de agosto–. El magistrado al frente de la investigación, Francisco de Jorge, considera que su testimonio puede contribuir a esclarecer las coacciones que se atribuyen a Luis Rubiales y su entorno para intentar que la futbolista internacional respaldase que el beso fue consentido. Pero, ¿por qué tiene que testificar el seleccionador? Una reunión celebrada en el despacho del entonces máximo mandatario federativo, 72 horas después de la final de Sídney, tiene la respuesta. Allí fue convocada la jefa de Prensa de la RFEF, Patricia Pérez, para que cerrara filas con Rubiales avalando la versión del presidente.

En ese encuentro, al que acudió una sorprendida Patricia Pérez, además de Rubiales había otras ocho personas, entre ellas Luis de la Fuente, tal y como consta en la denuncia que formuló la responsable de Prensa ante el departamento de Cumplimiento de la Federación, incorporada al sumario del «caso Rubiales», al que ha tenido acceso LA RAZÓN. En ese escrito, Patricia Pérez relata de forma pormenorizada las presiones que tuvo que afrontar de Rubiales y su entorno para que contribuyera a sacar del atolladero al entonces presidente de la RFEF. De la Fuente se mantuvo al margen en esa reunión, en la que según hizo constar la jefa de Prensa, no participó, pero el instructor quiere escuchar su versión de lo que sucedió ese día en el despacho de Rubiales.

Según expone en su denuncia Patricia Pérez, el 22 de agosto, 48 horas después de la final del Mundial, la directora de Fútbol Femenino de la RFEF, Ana Álvarez, le telefoneó para avisarle de que estuviese localizable en Madrid porque en las próximas horas iban a ponerse en contacto con ella desde el gabinete de Presidencia de Rubiales y quizá tendría «que ir a algo importante en la Federación». Cuando le traslada que después de 65 días fuera de casa tiene previsto irse ya de vacaciones, le aconseja que no lo haga.

La jefa de Prensa habla entonces con el director de Comunicación, Pablo García Cuervo –que también declarará mañana como testigo–, a quien traslada que no entiende que tenga que quedarse en Madrid. «Él me dice que, después de más de dos meses fuera de casa, me vaya de vacaciones».

La llamada telefónica a Jenni que no hizo

Al día siguiente, quien le llama es Enrique Yunta, subdirector de Comunicación de la RFEF –que asimismo testificará mañana–, que le apremia a presentarse en la sede de la Federación «urgentemente» para declarar en el departamento de Integridad. Tras mostrar su disconformidad, Yunta le comenta que le van a enviar algunas de las preguntas que van a hacerle «para que pueda ir preparando las respuestas», que contesta después por WhatsApp. «Él me dice que solo faltaría mi firma sobre el documento impreso y así podría irme rápidamente de vacaciones».

Ya en la Federación, Yunta le traslada que «la reunión es en el despacho del presidente», porque Rubiales le quiere ver. Y le adelanta que le van a insistir en que «llame por teléfono a Jennifer Hermoso y Alexia Putellas» dada su buena relación con ellas. «Le digo que yo no voy a llamar por teléfono a nadie».

Patricia Pérez entra finalmente en el despacho, «en el que no había estado nunca en mis diez años en la Federación». Además de Rubiales, García Cuervo y Yunta, están Luis de la Fuente; Chema Timón, director de gabinete de Presidencia; Antonio Gómez Reino, responsable de Relaciones Institucionales; Javier López Vallejo, psicólogo de la selección femenina y dos personas más «a las que no conocía y que el presidente me presenta como su padre y su íntimo amigo de la infancia». En su denuncia, precisa que algunos de ellos «entran y salen del despacho para hablar por teléfono», que Gómez Reino se pasó «todo el rato fuera» y que otros, como Luis de la Fuente, «no participan».

Rubiales: "Estamos en familia"

Pero el seleccionador sí fue testigo de lo que se habló en esa reunión, que según la denunciante comenzó Rubiales diciéndole «que debo ayudarle» y tranquilizándola: «Estamos en familia y en un clima de confianza». A continuación, según refiere, Yunta empezó a leer en voz alta las respuestas a las preguntas que le habían enviado «y el presidente va diciendo cosas que debería añadir, entre ellas «que Jenni le alzó a él en brazos y le dio dos cachetes en el costado». Ella replica que desde donde estaba «era imposible» que lo viese y él «me reitera que necesita que le ayude». Finalmente, lo incluyen en su declaración, cuyas respuestas van modificando «según las ideas que da el presidente», pese a que –deja claro– se trata de «cosas que yo insisto que no he visto».

Por ejemplo, se le pregunta si habló con Jenni en el vestuario tras el beso de Rubiales y se limitó a contestar que las jugadoras «lo estaban comentando todo desde la naturalidad como algo anecdótico». «Él me dice que diga que sí que hablé», señala.

En ese cuestionario, Patricia Pérez explicó que en el autobús el ambiente era «distendido» y que las futbolistas «bromearon con el momento del beso», pero le instan a que añada que Jenni Hermoso aprobó las declaraciones suyas que se difundieron a los medios, pese a que precisa que no tuvo nada que ver con la elaboración del texto ni con su difusión, que atribuyó a García Cuervo. Ella, señala, solo estaba presente cuando García Cuervo le pide a Jenni que de su ok a las declaraciones puestas en su boca con las que la RFEF pretendía exculpar a Rubiales, y que enseñaron a la futbolista en el móvil del responsable de Comunicación. «Ella contesta con cierto desdén, como hartazgo: “Que sí, que vale, que ok”». Sí admite que en su declaración incluyó, «para no señalar a Pablo», que desde el «departamento de Comunicación» se propuso a la jugadora unas frases respecto al polémico beso.

"El presi está muerto"

«Entre todos, de forma reiterada», asegura, buscan frases «para incluir en mi informe». Tras leerse todas sus respuestas, quiere comprobar la versión definitiva de su declaración y «al ver bastantes cosas con las que no estaba de acuerdo», le dice a Yunta que quiere quitarlas, llegando a coger el portátil y ponerse a borrar cosas.

«Al ver que estoy quitando y editando su texto», explica, Yunta le dice que esté tranquila y que lo deje así porque «total, el presi está muerto» puesto que, recuerda, en la RFEF ya sabían que Jenni iba a sacar un comunicado «condenando todo».

Tras varias rectificaciones, el responsable de Integridad, Miguel García Caba, pregunta «si el texto está ya terminado». Pero la jefa de Prensa imprime hasta tres versiones porque «ninguna me convencía», aunque acaba firmando «la que se acercaba más a mi escrito inicial». Al verle «agobiada», dice, García Cuervo le comenta que «haga lo que quiera» y Yunta le insta a contarle a Rubiales los cambios que ha realizado, «y yo no lo hago». Al despedirse del presidente de la RFEF, este le pide «que no le cuente a nadie lo que había sucedido, ni siquiera a mi entorno familiar».

Casi tres semanas más tarde, el 11 de septiembre, 24 horas después de la dimisión de Rubiales, se sorprende al leer su declaración «filtrada en su totalidad» en una noticia en la que, se queja, se le señala directamente por la elaboración y difusión del comunicado de Jenni Hermoso. Al trasladarle su malestar a García Cuervo, este le reconoce que tiene razón, pero que «de todas formas esta noticia nos viene bien» para «demostrar que Jenni miente». «A mí me lanza a los leones», se queja.

El 13 de septiembre dice que recibe «varias llamadas» del presidente que no responde. Y hace hincapié en que «nunca, a lo largo de estos cinco años» (con Rubiales de presidente) ha tenido «ningún tipo de contacto ni telefónico ni por WhatsApp con el presidente».

Ahora, será Luis de la Fuente el que deba explicar al juez lo que escuchó en esa reunión .

Utilizada, engañada y presionada

En la denuncia presentada por Patricia Pérez ante el área de Cumplimiento de la RFEF, la responsable de prensa de la Federación asegura a Javier Puyol, al frente del departamento de Compliance, que se sintió «utilizada, engañada y presionada» en el procedimiento que se puso en marcha tras el polémico beso de Rubiales. Según se quejó, se sintió obligada a declarar «en un entorno hostil y sin libertad», sin entender en ningún momento porqué tenía que declarar ella y no el director de Comunicación, Pablo García Cuervo, «que era quien había redactado y difundido el texto de Jenni» exculpando al entonces presidente de la RFEF.

Según asegura en ese comunicado todo este asunto le ha «afectado psicológica y físicamente», provocándole un episodio de estrés continuado por el que tuvo que acudir a Urgencias el pasado 6 de septiembre.

Patricia Pérez aclaraba que «en ningún momento» se pronunció sobre el beso de Rubiales a Jenni Hermoso y que se limitó a «describir los hechos» que vivió «sin opinión alguna».

Su intención con ese escrito, aclaraba, era «que se conozca la verdad», el «contexto en que se produjo» y sus protagonistas, para así «delimitar la responsabilidad de cada uno» en lo que califica como «desagradable incidente».