Ciclismo
Roglic se toma la revancha y gana el Giro por 14 segundos
Remontó la diferencia que le sacaba Geraint Thomas a pesar de sufrir una avería en los últimos kilómetros de la cronoescalada
El Giro estaba perdido para Primoz Roglic cuando se le salió la cadena a falta de unos pocos kilómetros para completar el ascenso a la cima del Monte Lussari Tudor donde se decidía el ganador de la carrera rosa. El cronómetro había pasado por la penúltima toma de tiempos con 16 segundos de ventaja sobre Geraint Thomas, su gran rival, que llegaba con la camiseta de líder.
Todo conducía a un nuevo drama para el esloveno. Era la penúltima etapa y una cronoescalada, como en el Tour de 2020 que le arrebató su compatriota Tadej Pogacar en la ascensión a La Planche des Belles Filles. Pero Roglic ya demostró después de aquello que era capaz de sobreponerse a casi todo. Ese mismo año ganó la Lieja-Bastoña-Lieja y la Vuelta, que era la segunda para él. Y un año después volvió a ganar la carrera española. Sólo una caída le privó de pelear por la cuarta el año pasado cuando era el único capaz de pelear con Evenepoel por el maillot rojo de Madrid.
Y esa capacidad de recuperación la demostró en la ascensión al Monte Lussari Tudor. Lo que eran 16 segundos de ventaja sobre Geraint Thomas en la penúltima toma de tiempos se convirtió en 40 en la línea de meta. Tiempo suficiente para ganar la etapa y el Giro. La misma carrera que se le escapó en 2019 cuando erra el máximo favorito. La carrera la acabó ganando Richard Carapaz.
«Esto es increíble. Al final no se trata de la victoria en sí, se trata de la gente, de la energía, de esos momentos increíbles para vivir y recordar», dijo el esloveno después de recibir los abrazos de sus compañeros, los mismos que habían maldecido después de ver cómo una avería comprometía su triunfo final. «Se me cayó la cadena, pero eso es parte del ciclismo. Volví a empezar, me subí a la bici y simplemente continué ascendiendo. Nunca quieres que sucedan estas cosas, pero pude volver a poner la cadena y reiniciar la marcha», explicó con naturalidad. «Tenía piernas, pero la gente me dio vatios extra, así que solo tuve que intentarlo y disfrutar», añadió agradeciendo el apoyo de losa aficionados que ocupaban las cunetas. Uno de ellos, incluso quiso acudir a empujarlo cuando trataba de retomar la marcha en la ascensión y su mecánico dudaba entre cambiarle la bicicleta o darle el impulso que necesitaba.
Ese impulso le dio las fuerzas necesarias para ganar su cuarta grande, aunque él mantiene la prudencia. «Queda un día para el final, una etapa más, la jornada será bastante técnica, así que no termina el Giro hasta que termina. Pero se ve bien», dice. A Roglic sólo le queda el paseo por las calles de Roma para ser propietario del maillot rosa por primera vez. La mala suerte, esta vez, fue para Remco Evenepoel, que tuvo que retirarse después de verse afectado por el covid cuando era líder. La enfermedad del belga privó al Giro de su lucha con Roglic, que se quedó a medias en la pasada Vuelta y que ha tenido continuidad esta temporada en la Tirreno Adriático y en la Volta a Catalunya. Geraint Thomas y el portugués Almeida completan el podio.
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