Baloncesto

Baloncesto

Scariolo: «A los jugadores se les etiqueta con precipitación»

Así lo afirma para LA RAZÓN el seleccionador nacional de baloncesto

Sergio Scariolo dando instrucciones como técnico
Sergio Scariolo dando instrucciones como técnicolarazon

Así lo afirma para LA RAZÓN el seleccionador nacional de baloncesto.

Lo único que perdió Scariolo en las pasadas ventanas FIBA fueron las papeletas para votar por correo en las elecciones italianas. El seleccionador analiza el camino de clasificación hacia el Mundial.

–¿Qué ha aprendido de las ventanas?

–Me llamó la atención que se me pintara como el protagonista de «Solo ante el peligro». Era una percepción externa porque estaba confiado en lo que veía y en que podía salir algo bueno. No hubo pánico, sí curiosidad y alguna duda, pero he aprendido que se puede hacer algo bueno en pocos días si se selecciona bien el planteamiento táctico, se sintetiza lo que se quiere hacer y se regulan las cargas de trabajo. También he aprendido que a los jugadores se les pone una etiqueta con demasiada precipitación y a la vez la tendencia opuesta es que en cuanto hacen bien algo se cree que pueden ser incluso capaces de compararse con jugadores NBA y cosas por el estilo.

–¿Es más sencillo trabajar con este grupo?

–En las primeras semanas con la Selección más tradicional hay un nivel estupendo de trabajo, de atención y en ese sentido las cosas han sido bastante parecidas. Este grupo, por las circunstancias y por el poco tiempo de exposición, ha tenido que poner algo más. Se trata de encontrar una armonía de roles, un respeto recíproco y las cosas han ido bien. Nadie ha puesto su ego por delante del equipo en otras ocasiones, con jugadores más contrastados, y ahora tampoco. Llegamos a la concentración con las ideas bastante claras, cómo debía conformarse el equipo, el papel de los veteranos en una situación como ésta...

–-¿Y cómo se consigue que todo el mundo vuelva a su club encantado?

–Los jugadores que hemos elegido eran los que mejor podían complementarse. Todos, desde el primero hasta el que no ha debutado, se han sentido cuidados, respetados e importantes. Eso ha ayudado al objetivo que nos marcamos: que todos se sientan parte de la Selección, no de una versión menor. A los jugadores les conté una historia cuando estuve viendo unos entrenamientos de los Celtics. Había un grandullón, negro, de unos 60 años que trabajaba de seguridad, con buena forma física y le pregunté: «¿Has sido jugador, no?» Y me dijo: «Sí, he sido un Celtic. Jugué siete partidos y me siento un Celtic. Esta es mi casa, esta es mi familia y no todos podemos ser Larry Bird o Kevin McHale, pero yo soy parte de esto». Y eso es lo que pretendemos. Porque no todo el mundo puede ser Pau Gasol, pero no sólo Pau es la Selección. Queremos que todo el mundo se sienta parte de algo, que la calidad del trabajo sea buena y que haya sentido de identidad y de pertenencia. Más allá de éticas de banderas, hablamos de nuestro equipo, de nuestra camiseta, de nuestra cantera, de nuestro club. De una marca reconocida no sólo en España sino a nivel Mundial.

–En la tercera ventana FIBA podrían entrar ya jugadores NBA y de Euroliga...

–Hay que mirar hacia delante y eso significa favorecer el crecimiento de jugadores que ya han estado y de jóvenes que no han podido. No tenemos que desperdiciar el trabajo hecho con el grupo de ahora y hay que seguir apostando por jóvenes que jugaron el último Europeo. La mezcla formará el grupo de 16. Se trata de encontrar armonía, lógica y sentido común.

–En esa mirada adelante, ¿qué es lo más le preocupa?

–Hay que cuidar más la formación. Los jugadores que terminan en categoría junior encuentran un auténtico vacío y los abandonamos salvo contadísimas excepciones. La gran mayoría no están preparados para jugar 15 minutos en una competición profesional. Hay que hacer algo, porque hay margen para ello, para que puedan competir de la forma que sea en la franja entre los 18 y los 22 años. Si en categorías inferiores a la ACB puede jugar cualquiera o casi es que no hay verdadero interés en seguir desarrollando, cuidando, apostando e invirtiendo por nuestros jóvenes. Un ejemplo es establecer un mecanismo de premio económico para que jueguen como se ha hecho en Italia. No un pellizquito, no, un incentivo de verdad.

–¿Se adivina algún Doncic en el baloncesto español?

–Doncic desde los 14 años ya hacía entrever lo que es. Hay un numero bastante bueno de niños que igual no son Doncic, pero que pueden ser buenos o muy buenos jugadores.

–¿Le preocupa la situación de algunos NBA como los Hernangómez o Marc?

–No son situaciones que agraden a nadie. Me consta que Willy y Juancho lo están viviendo de la única manera posible: trabajando a nivel individual, estando preparados por si llega el momento y llevándolo sin demasiada negatividad. Saben que eso puede pasar en la NBA, aunque no tiene mucho sentido que un equipo apueste por un joven, lo haga bien y luego la apuesta se eche para atrás. Marc es muy competitivo y no lo está pasando bien. Su compromiso hacia Memphis y hacia los Grizzlies quizá le frene a la hora de acelerar una decisión de cambiar de aires que quizá deportivamente sería satisfactoria.