Golf

Scottie Scheffler y una chaqueta verde bajo el brazo

El temor a un parto prematuro fue el principal obstáculo del estadounidense para la conquista de su segundo Masters. Sólo Jack Nicklaus, Tiger Woods y Seve Ballesteros ganaron dos veces en Augusta antes de los 28 años

Jon Rahm inviste a Scottie Scheffler con la chaqueta verde
Jon Rahm inviste a Scottie Scheffler con la chaqueta verdeJOHN G MABANGLOAgencia EFE

No es frecuente, pero ocurre a veces. En un deporte tan endiablado como el golf, pronosticar es una aventura de incierto final porque cada jugador compite contra el campo durante cuatro días y, a la vez, frente a un centenar de rivales en cuyo acierto no puede incidir. Ganar es muy difícil por más que alguien ostente el número uno del ranking mundial y sea archifavorito para las casas de apuestas. Sin embargo, Scottie Scheffler hizo un «Tiger Woods» para enfundarse su segunda chaqueta verde. El hombre al que todos señalaban en las vísperas, se situó cerquita de la cabeza de la 88ª edición del Masters el jueves, se puso líder mediado el viernes y nadie lo inquietó el domingo. Sólo un imponderable, que estuvo a punto de producirse, podría haber evitado su triunfo.

El rendimiento de Scheffler en el Augusta National Golf Club fue de una regularidad asombrosa. Fue uno de los tres golfistas, junto a Tommy Fleetwood y Cameron Smith, que no excedió el par en ninguno de los cuatro recorridos, a pesar de las condiciones meteorológicas infernales de los tres primeros días, y así se embolsó el cheque de 3,6 millones de dólares correspondiente a su novena victoria en el circuito, su segundo «Major» con sólo 27 años. Los cuatro golpes de ventaja sobre el subcampeón, el debutante Ludwig Aberg –joven prodigio sueco que tomó cita para venideros triunfos–, denotan cierta comodidad. Pero lo que el golf no le amenazó en ningún momento estuvo a punto de arrebatárselo la biología.

Ni Aberg ni Max Homa ni Colin Morikawa ni, desde luego, un irreconocible Jon Rahm que entregó sin apenas luchar el título que ganó la primavera pasada. El rival más peligroso de Scottie Scheffler fue su primogénito nonato, que su esposa Meredith amenazó durante toda la semana con el parto prematuro del bebé que espera para la semana próxima. «Di mi palabra y la mantengo. Si mi hijo llega a venir, habría dejado el torneo de inmediato», confesó el campeón aún con el trofeo en la mano. Hubiese sido una pena, ya que el texano –es nacido en New Jersey, pero criado y residente en Austin– se habría privado de empatar en precocidad con mitos como Jack Nicklaus, Tiger Woods y Seve Ballesteros, los tres únicos bicampeones en Augusta con su edad.

Con los «mercenarios» del LIV desaparecidos en el fondo de la clasificación –Rahm y Brooks Koepka, las dos estrellas más rutilantes del circo saudita penaron a veinte golpes– y Rory McIlroy en declive, el futuro inmediato se presenta esplendoroso para Scheffler, sin rivales a su altura para el resto de los «Majors» de 2024 que se suceden hasta ahora a razón de uno al mes. No es que el número uno vaya a ganar el Grand Slam, ni mucho menos, pero sí aspira a convertirse en el primer golfista en acumular dos grandes desde 2018, cuando precisamente Koepka ganó el Campeonato de la PGA y el US Open.

La próxima cita será entre el 16 y el 19 de mayo en el Valhalla Golf Club de Louisville (Kentucky), donde la PGA celebra este año su gran torneo con la ausencia obligada de los golfistas bajo contrato con LIV, vetados por el circuito estadounidense. Allí, ya con su retoño en el mundo, intentará Scottie Scheffler volver a cumplir con los pronósticos.