Eurobasket

Siempre Pau

Su presencia convierte a España en la gran favorita a repetir el oro de 2015 en el Europeo que arranca hoy en Helsinki y Tel Aviv

Pau Gasol durante el partido amistoso ante Lituania, último encuentro de preparación para el Eurobasket 2017
Pau Gasol durante el partido amistoso ante Lituania, último encuentro de preparación para el Eurobasket 2017larazon

Su presencia convierte a España en la gran favorita a repetir el oro de 2015 en el Europeo que arranca hoy en Helsinki y Tel Aviv.

En el verano de 2019, cuando comience el próximo Mundial de baloncesto, Pau Gasol habrá cumplido ya 39 años. Este dato que puede parecer sin importancia, la tiene toda en el día en el que arranca el Eurobasket 2017, posiblemente el último gran campeonato con España para el mejor jugador FIBA de las últimas dos décadas. Mañana ante Montenegro, el mayor de los hijos de Agustí y Marisa cumplirá su partido número 200 y, aunque el contador de días está más cerca de la fecha del adiós que de la de su debut, su presencia todavía sirve para que España sea la máxima favorita a repetir el oro de 2015 en Francia. En un torneo marcado por las ausencias ilustres, tener a Pau es un plus por calidad, talento y compromiso.

A pesar de las presiones de los Spurs para que descanse, él quiere jugar con España, con su familia de cada verano, donde además de competir se lo pasa bien. Scariolo tiene a Ricky, al «Chacho», a Marc, a Navarro y a un grupo de jugadores jóvenes que ya empiezan a perfilar la transición, pero ninguno ejerce tanta influencia en el juego como Gasol. En la serie de amistosos previos se ha podido comprobar que esto sigue siendo así –el último y más exigente, ante Lituania, lo decidió un palmeo suyo–, y que en su mejor versión es un jugador incontenible en Europa, por lo que suma él y por lo que libera al resto para que aporten cosas.

Después de un tiempo sin Marc, los hermanos estarán juntos en la pintura en este Eurobasket de Rumanía, Finlandia, Israel y Turquía, una de esas cosas que no se pueden dejar de admirar, como las lluvias de estrellas, los eclipses o el paso los cometas.

La baja de Llull dolió en lo anímico nada más producirse y la impresión de ver al compañero y amigo retorciéndose de dolor duró unos días, pero ahora el objetivo es ganar por él, algo que será más complicado sin la explosividad y tiro exterior del madridista. Las defensas rivales tendrán menos elementos de los que preocuparse, aunque Abrines está ante la situación perfecta para dar un paso adelante. Sin Llull, se garantizaron un puesto Vives y Sastre, la cuota que aporta el Valencia Basket campeón de la Liga Endesa junto a San Emeterio y Oriola, ya jugador del Barça. El pívot «hará» de Felipe Reyes, otro de los ausentes ilustres junto a Mirotic y Rudy Fernández.

«Queremos empezar ganando y no jugárnosla más de la cuenta», decía ayer Navarro, uno de los que seguro no va a volver a jugar con España otro gran torneo. «La bomba» es el alma del equipo en el vestuario, básico para la química de grupo y para que los demás entiendan lo que significa competir al máximo en los momentos decisivos. «Él y Pau tirarán del equipo cuando las cosas se compliquen», decía Scariolo, consciente de que el papel de uno y de otro será diferente. Gasol jugará muchos minutos, mientras Juan Carlos será más un especialista, con apariciones episódicas, pero capaces de cambiar un partido.

España jugará en Cluj la primera fase y se estrenará mañana con Montenegro (Rice, Vucevic, Dujblevic, Radoncic), en un grupo (ver gráfico) en el que debería clasificarse sin mayores problemas para los cruces, que serán todos en el Sinan Erdem Arena de Estambul.

En el Grupo D, que se cruza con el de España, están Serbia, uno de los grandes candidatos, y la Letonia de Porzingis, uno de esos jugadores por los que merece ver el Europeo. Como Doncic, Valanciunas, Bogdanovic... Y Pau, claro.