Grand Slam

David Ferrer: «En la pista se sufre más que se disfruta»

Tiene 35 años y lleva quince Roland Garros. No le asusta la retirada. «Pero no será la edad quien decida cuándo», dice. Mañana se mide a Feliciano López

David Ferrer: «En la pista se sufre más que se disfruta»
David Ferrer: «En la pista se sufre más que se disfruta»larazon

Tiene 35 años y lleva quince Roland Garros. No le asusta la retirada. «Pero no será la edad quien decida cuándo», dice. Mañana se mide a Feliciano López.

«Vamos». «Vamos». Decía David Fe-rrer, mientras la vena del cuello se le hinchaba y se le ponía parecida a la de la foto que acompaña a esta información, correspondiente al mismo partido. El lunes, el tenista español necesitó cuatro horas y media para vencer a Young en la primera ronda de Roland Garros, un torneo en el que ha llegado a ser finalista. Superó ese debut por decimoquinta vez, todo un récord, y sumó la victoria número 701 en su carrera.

–¿Recuerda la primera?

–Sí, fue en Umag, contra David Nalbandián, y tengo un recuerdo muy especial.

–¿A cuál le tiene más cariño?

–Quizá a la victoria contra Juan Martín del Potro en la final de la Copa Davis.

–Con su trayectoria, echa la vista atrás y ¿qué siente?

–Satisfacción, porque sé que lo he dado todo y lo sigo dando. Nunca pensé que el tenis me daría tanto a mí.

Así responde a las preguntas formuladas por este periódico. Aquel partido que le marcó fue en 2011 y Ferrer remontó cuando perdía por dos sets a uno en la final contra Argentina. Con el marcador abajo, se fue al vestuario y allí el capitán, Albert Costa, le convenció de que podía, de que era mejor que su rival. Volvió y venció a Del Potro. Sirva todo esto como metáfora de lo que es «Ferru», un luchador incansable que a veces no ha confiado lo suficiente en sí mismo. «Valoro esta victoria, pero me voy con ganas de mejorar mentalmente. He estado todo el partido bien, pero por momentos me he quejado demasiado. Me achaco haber dudado un poco de mí», admitió tras derrotar a Young. En su momento llegó a decir que era el peor «top 10» de la historia, cuando su mejor posición ha sido la de número tres del mundo...

Si quiere el triunfo 702, deberá vencer mañana a Feliciano López. Con 35 años, Ferrer es un veterano y está en una de sus temporadas más complicadas, con varias derrotas en primera ronda ante rivales inferiores, lo que le ha llevado a caer muchos puestos en el ránking (actualmente es el 33).

–¿Cómo se afronta mentalmente el perder tantos partidos?

–Son etapas y situaciones nuevas, que al principio son costosas de asimilar. Lo importante es mantener la ilusión para seguir trabajando. Perder no gusta, soy muy competitivo.

–¿Su físico nota la edad?

–Está claro que físicamente no recuperas como hace 10 años

–¿Se sigue divirtiendo, o con la presión es imposible?

–Dentro de la pista de tenis y a lo largo de toda la temporada se sufre más que se disfruta.

–Ha cambiado también los entrenamientos...

–Está claro que ahora no puedo o no debo entrenar las mismas horas que hace unos años, por lo que priorizas los objetivos en los entrenamientos.

Ferrer dice que llegó a París con nervios, como siempre, «como es normal y natural»; «bien de sensaciones y físicamente» y sin más objetivo que mirar partido a partido. «Nunca he sido de marcarme metas en los torneos más allá de intentar ganar la primera ronda. Si lo consigo, entonces me centro sólo en el siguiente encuentro».

–Es un veterano. ¿Le da pánico la palabra «retirada» o ha pasado por su cabeza?

–No, mientras siga teniendo ilusión por jugar. Pienso que la edad no me va a retirar; la falta de ganas o motivación, sí.

–¿Sabe qué hará después?

–De momento, estoy concentrado en mi carrera tenística.

–¿Se arrepiente de algo en su carrera?

–Arrepentirme no, pero sí que a lo mejor cambiaría cosas o actuaría de distinta forma en las mismas situaciones.

–¿Y de qué está más orgulloso?

–Orgulloso, no; satisfecho, sí, de ver cómo el trabajo diario ha tenido su recompensa.

Esa recompensa, de momento, han sido tres Copas Davis, 26 títulos, entre ellos un Masters 1.000 (París 2012), una final de Roland Garros contra Rafa Nadal y otra del Torneo de Maestros. Es mucho, pero quizá por méritos merece más. «El tenis no me debe nada», suele decir.