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Manuel Hernández, abogado, expone los errores más comunes al tramitar las herencias: "Las familias no solicitan..."
El especialista analiza los fallos más recurrentes entre sus clientes. Desde documentos no solicitados hasta no considerar los gastos pasando por el desconocimiento de las leyes

Heredar un patrimonio en España puede convertirse en una carga más que en una oportunidad, especialmente por el peso fiscal que conlleva. El Impuesto de Sucesiones, cuya cuantía varía según la comunidad autónoma, puede alcanzar porcentajes superiores al 30 % del valor heredado en algunos casos. Esta situación obliga a muchos herederos a renunciar a bienes como viviendas o terrenos que no pueden mantener, vender o liquidar a tiempo para hacer frente a las exigencias tributarias. Aunque algunas regiones han reducido o bonificado el impuesto, las disparidades entre territorios siguen generando confusión e incertidumbre jurídica.
Más allá de la presión fiscal, las herencias arrastran a menudo deudas del fallecido que deben ser asumidas por los herederos si no se actúa con rapidez. La aceptación de una herencia sin el debido asesoramiento puede implicar la responsabilidad sobre préstamos pendientes, embargos o cargas hipotecarias. A ello se suma el conflicto entre familiares, frecuente cuando no existe testamento claro o cuando los bienes a repartir generan disputas por su valor sentimental o económico. En muchos casos, lo que debería ser un acto de continuidad y legado termina en procesos judiciales prolongados y relaciones personales rotas.
Todo lo mencionado junto con la desestimación de factores clave a la hora de tramitar los documentos antes la administración condiciona una montaña de impedimentos que hacen imposible llegar a la meta pretendida. Por tanto, una vez más, la opinión profesional respecto a tu caso específico puede generar un cambio estructural de tu decisión final. En este contexto, Manuel Hernández, abogado especializado en derecho sucesorio, expuso varios consejos sobre los errores más comunes que cometen sus clientes cuando se encuentran en una situación similar a la mentada.
Los errores más comunes al heredar un bien
Por un lado, Hernández señala que hay un plazo de seis meses desde el fallecimiento para tramitar el Impuesto de Sucesiones y, por ende, la liquidación de los impuestos fuera de plazo constituye un error muy común que ha de ser tenido en cuenta. Además, en el caso de que se quiera solicitar un prórroga habilitada para el pago, el contribuyente dispone de cinco meses para la presentación de la misma. El abogado advierte de que administrar o disponer del patrimonio heredado puede interpretarse como una aceptación de la cuantía, lo que conllevaría a una aprobación directa a ojos legales, incluso si el ciudadano no la ha aprobado. "Nuestro Tribunal Supremo establece que el cumplimiento de las obligaciones sucesorias y fiscales es un acto de aceptación tácita de la herencia", sentencia.
Otro de los errores más frecuentes es el de no solicitar los certificados de seguro de vida del fallecido. Según esclarece, las aseguradoras deben comunicar esta información a los organismos estatales y estos datos son clave para conocer de primera mano distintos movimientos económicos del difunto. En consonancia con este punto, muchos clientes también dejan de lado la revisión de las cuentas bancarios y los movimientos previos al fallecimiento. Esta acción es considerada por el Tribunal Supremo y, por tanto, constituye un hecho legal. Respecto a la tramitación, hay quienes aceptan la herencia a beneficio de inventario, con la que se pueden pagar las deudas únicamente con los heredado, fuera del plazo establecido de 30 días.
Otros fallos a considerar
"Si lo que se pretende es esperar a que el otro miembro de la sociedad conyugal fallezca para poder llevar a cabo la herencia de los dos, es recomendable abordar la liquidación de las sociedades gananciales para tener muy claro por parte de los herederos qué patrimonio es de uno y qué patrimonio es del otro", indica desde su opinión. Esta demora puede llegar a generar conflictos judiciales con difícil solución, por lo que, lo recomendable es eliminar esta práctica.
Por último , es muy frecuente el hecho de no acudir al juzgado cuando realmente no se ha llegado a ningún acuerdo entre las distintas partes a heredar. Pero esto es un grave error porque estas conversaciones terminan alargándose sin llegar a ningún puerto. De esta forma, asistir siempre que se cite es un buen método para zanjar el problema desde la imparcialidad. "Esta es la mejor manera de provocar acuerdos, porque todos estamos con unas temporalidades, unos procesos y un sistema marcados por la ley", señala.
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