Copa Davis
Jaume Munar: "Me casé el único fin de semana del año que sabía que no iba a jugar"
Completa el mejor curso de su carrera (es el 36 del mundo) con la Final a 8 de la Copa Davis. Reflexiona sobre su mejoría mental, física y táctica, la exigencia personal de su deporte y hacia dónde se dirige el juego, cada vez más rápido
Jaume Munar (Santañí, 28 años) se casó el pasado 8 de noviembre, pero no pudo irse de luna de miel porque tenía que preparar la Final a 8 de la Copa Davis, el remate a la mejor temporada de su vida: es el 36 del mundo. Pese a la baja de Carlos Alcaraz [la entrevista está hecha antes de conocerse que el murciano no podría jugar], confía en el grupo.
¿Qué tal fue la boda?
Muy bien. Fue un éxito, la verdad. Nosotros pasamos muy poco tiempo con todos los seres queridos y estuvo fantástico.
Ahí se nota que la vida del tenista es diferente...
Exacto. Nosotros nos casamos en esta fecha porque realmente era la única semana de todo el año que yo sabía cien por cien seguro que el fin de semana podía tener libre, y eso que renuncié a jugar en Atenas.
¿Contaba con la Copa Davis?
Lo empezamos a organizar hace un año y yo hasta esta temporada no había jugado prácticamente nada de Davis, con lo cual no estaba realmente en mis planes, aunque obviamente era una cosa que me hacía muchísima ilusión y siempre lo organicé contando que "había la posibilidad de".
Es un buen regalo disputar las Finales de la Davis.
Estamos muy contentos todos, la verdad. Jugar con la selección siempre es superespecial, y además ahora en la fase final, pues ya te puedes imaginar.
De cualquier manera, es una locura el calendario...
Sí, a día de hoy se está volviendo demasiado largo. A veces me sabe mal por el poco tiempo de disfrute que tenemos durante el año de nuestra vida privada personal, pero es lo que hay. Yo desde el lunes de esta semana [la pasada] ya he entrenado fuerte, después de la Copa Davis me voy a tomar una semanita, pero nada más.
De la eliminatoria con Dinamarca, ¿qué recuerdos le vienen?
Me vienen más recuerdos buenos que malos. A pesar de mi derrota, fue mi debut oficial en individual en Copa Davis con un punto que contara. Fui número uno del equipo, que eso para mí significó muchísimo después de todos estos años. Y a nivel de equipo, pues ya te puedes imaginar: 0-2 abajo, con los ánimos un poco decaídos, y después ese domingo espectacular en Marbella, junto a nuestra gente en casa. Fue un sentimiento absolutamente eufórico.
Pierde el individual, pero tampoco duda en jugar el dobles.
Yo estaba bien, acusé un poco el sábado la responsabilidad que tenía y me costó un poquito más de la cuenta sacar a relucir el tenis que sé que puedo dar, pero estaba convencido de las opciones. Sabía que teníamos muy buen dobles, y así lo hicimos con Pedro [Martínez], a pesar del inicio, y después para el otro individual ya fue decisión del capitán, que puso a Pedro, lo vio a lo mejor con más carácter y más experiencia en Copa Davis, y excelente, me acuerdo de ese partido con un cariño superespecial. Con Pedro he compartido mucho y el partido que sacó adelante [ante Rune] fue increíble. Para terminar, Pablo con su calidad y experiencia, puso el resultado final.
"La Copa Davis es totalmente inexperimentable para alguien que no la haya jugado"
¿Es tan especial la Davis como dicen?
Jugar Copa Davis es totalmente inexperimentable para alguien que no la haya jugado. Para mí también. Muchas veces me lo habían comentado y explicado, te pones más nervioso de la cuenta, y disfrutas los éxitos también mucho más que de manera individual. Este año jugué el dobles en Suiza, era un doble más tranquilo con 2-0 arriba, y me acuerdo que en el momento de terminar el partido estuve muy nervioso. También lo viví así en Marbella. La sensación, el sentimiento que saca la Davis es totalmente especial. Tener gente en el banco que muchas veces son tus rivales animándote, sentir esa sensación de compañerismo y de equipo para nosotros que vivimos un deporte totalmente individual y que durante 15 años le dedicamos un 98 por ciento del tiempo de forma individual... Lo que representa la Copa Davis creo que pocas cosas lo pueden representar en el mundo del tenis. Eso hace que sea tan idílico para todos nosotros cuando formamos parte del equipo nacional.
Este año ha dado otro paso más adelante en su carrera. ¿Por qué?
Creo que es un cóctel de muchísimas cosas: la madurez que uno ya tiene con 28 años no es la misma que cuando entré de joven, con 20 o 21; eso, acompañado de muchísimos años de trabajo. Siempre lo digo, creo que el mérito aquí es de mi equipo y mío actualmente, pero la trayectoria de mi tenis viene de muchísimo más atrás, he ido puliendo cosas; sobre todo hace tres años hice cambios muy grandes tenísticos, tácticos y técnicos que poco a poco han ido dando sus frutos y a lo mejor este año ha sido un poco la primera culminación de lo que quería lograr. Obviamente, aquí y ahora es el punto de salida porque esto no para y viene otro año y hay mejoras que incluir y cosas que mejorar, pero sí diría que ha sido el año de mi carrera donde he sido más disruptivo con el Jaume Munar de antes y he empezado, por así decirlo, una nueva época. Creo que he sido más dominante y más agresivo la mayor parte del año, y eso era lo que buscaba hacía mucho tiempo. Este año ha salido, y yo contento, pero el camino sigue y esto es una trayectoria de muchos años, no es sólo puntual.
"Ha sido el año de mi carrera donde he sido más disruptivo con el Jaume Munar de antes y he empezado, por así decirlo, una nueva época"
No es una cuestión de, por ejemplo, he cambiado la derecha.
Ya digo que son muchas cosas. Por ejemplo, a nivel mental empecé a trabajar con Lorena Cos, psicóloga deportiva, que me ayudó muchísimo a entenderme a mí mismo y a entender mejor también la parte deportiva. Después, junto a Miguel Sánchez y Javi Fernández a nivel tenístico he dado pequeños cambios tácticos y técnicos, y tener esa capacidad, esas armas y esas herramientas en conjunto, más una mejora física bastante acentuada, hace que a día de hoy sea el tenista que soy.
El saque lo ha mejorado mucho. Saca a más de 200 como si fuera fácil...
Yo siempre tuve buen gesto de saque, desde muy chiquitito, y viéndolo con la perspectiva del día de hoy que creo que soy un buen sacador y creo que es posiblemente mi mejor arma, creo que no le había dado tanta importancia; a lo mejor no le había dedicado tanto tiempo, pero es verdad que este año ha sido el factor diferencial, sobre todo contra los de más arriba, porque te ayuda a igualar partidos donde a lo mejor desde el fondo puedes ser un poco más débil que el rival, te ayuda a mantener ese marcador ajustado, como pasó con Carlos en Queen's, con Casper en Australia... Es un global de todo, pero si me tengo que decantar por uno, hoy te diría que el saque es mi mejor golpe.
"El tenis está evolucionando, está yendo todo muy rápido. No es lo que más me gusta, pero soy tenista y me debo a ello"
Se ha ido un paso más allá con el saque, con jugadores como Shelton o Perricard, que sirven a 220, 230...
El tenis está evolucionando, está yendo todo muy rápido. Por mi lado, no es lo que más me gusta, pero soy tenista y me debo a ello y lo único que hago yo es intentar dar esos pasos hacia delante y seguir mejorando en esos aspectos para que mi tenis sea cada vez más dominante y dependa más de mí y menos de los otros. Creo que la esencia del tenis durante muchos años ha pasado por otros estilos de juego, a mi parecer más agradables para el espectador, pero la realidad es que hoy en día hay gente que juega prácticamente con dos primeros saques y si uno decide ser muy agresivo, no hay vuelta atrás para el que no quiera hacerlo, por tanto, adaptación y poco más.
A Shelton, por ejemplo, lo ha dominado este año. ¿Cómo es tirarte hora y media o más restando saques tan potentes?
Es adaptación. Con Shelton he tenido la suerte de que se me ha dado bien. Es un jugador en el que me he fijado bastante, tiene muchísima energía, es un jugador muy dominante, con un saque fuerte y creo que impone mucho su ritmo, su manera de jugar, y es algo que yo me fijé. Perdí con él en Shanghái en 2023, sentí como mucha diferencia en su manera de afrontar el partido conmigo, he intentado a lo largo de estos años cerrar esa brecha que sentía con los tenistas que jugaban de esa manera y poco a poco acercarme más a esa manera de hacer. Y justo este año, me ha tocado tres veces y le he ganado las tres, no hay que olvidar que es de los mejores del mundo. Creo que la línea a seguir para cualquiera para mejorar parte mucho por ese estilo de juego. Yo me he fijado mucho y por eso también lo tenía muy estudiado y me ha ido bien jugar contra él. No es sólo con Ben, es con la mayoría del circuito, la mayoría de los “top”, tienes que poco a poco adentrarte en esa manera de jugar porque es el único modo.
¿Lo de “Mágico Munar” [cuenta en “X” de un aficionado] le gusta?
Sí, yo me lo tomo a gracia, mientras sea sano y desde el respeto, que me animen, sentirme querido, ver que la gente apoya lo que hago y saca la parte graciosa, me gusta. Sé que hay más cuentas aparte de la Mágico Munar en redes, creo que es importante poner en valor el trabajo que hace la gente, yo incluido, que no estamos tan arriba en el ranking pero que también nos esforzamos a diario para conseguir cosas y para luchar en el circuito. Pienso que esta gente desde la diversión lo hace, por tanto sólo palabras de agradecimiento porque al final es dar imagen a los que estamos un poco más atrás.
"Bublik es un personaje. Me tomo como un piropo que dijera que me muevo como Djokovic, aunque sepa que no es verdad"
Cuando ganó a Bublik en Wimbledon, él dijo que usted se mueve como Djokovic...
Sasha Bublik es un personaje. Tengo buena relación con él, es de mi año y he compartido con él prácticamente desde los 12-13 años todos los campeonatos mundiales, europeos... Sabemos que el tío siempre tiene esas salidas graciosas. Me lo tomo como un piropo, porque no a todo el mundo le dicen que se mueve como Djokovic, aunque sea muy consciente de que no es verdad.
Y hablando de personajes, también tuvo un momento con Medvedev en París, en el último partido que ha jugado.
Yo venía de jugar muy bien en Basilea, la verdad que este año en París las condiciones eran lentas y muy diferentes, y él estuvo pletórico, poco más que decir, le tiré una frase diciéndole que jugando así realmente era complicado, y él muy honestamente me dijo que había jugado un gran partido, “una vez al año juego así” o algo similar me dijo. Lo vi repetido y él estuvo a un nivel muy alto de acierto.
¿Suele ver sus partidos repetidos?
Sí, para bien y para mal soy muy obsesivo con el trabajo y analizo mucho, a veces de más. Diría que prácticamente me veo todos los partidos que juego durante el año y muchos de ellos más de una vez.
¿Qué opina de los cambios de condiciones en el circuito en la misma gira?
Yo lo he dicho, y mucha gente, es un tema que está sobre la mesa, y es que las pelotas cambian muchísimo las condiciones, no sólo la pista, es la combinación de la pelota con la pista. Llevamos años teniendo problemas con eso en el circuito, es verdad que se va poco a poco unificando, pero es un trabajo difícil. Sé que ATP, WTA, ITF están haciendo esfuerzos para que eso mejore, pero pasamos por ejemplo en Basilea de una pista rápida y bola viva a París con una bola totalmente muerta y una pista lentísima. Ya no es sólo por el tema de juego, es por las lesiones y la adaptación física, no es conveniente para los jugadores.
¿Sigue en la Rafa Nadal Academy?
Salí hace tres años, porque en ese momento el que era mi entrenador, Tomeu, fue padre y dejó de viajar; tenemos una excelente relación personal, pero dejó de viajar. Sigo vinculado con la academia para el tema de la preparación física, con la misma persona que me lo hizo durante nueve años, que es Domingo Rosselló, prácticamente todo online, y luego tengo mi propio equipo fichado, que son Miguel Sánchez y Javi Fernández, que es de mis mejores amigos. Ya voy por libre, por así decirlo, me lo monto a mi manera, pero mantengo una excelente relación con la academia y cuando voy a Mallorca sigo yendo mucho.
Ha pasado muchas horas con Rafa Nadal, y Toni Nadal siempre habla muy bien de usted.
He compartido muchísimo tiempo con Rafa, por suerte, también con Toni. Aunque a día de hoy no esté ahí, todo el agradecimiento del mundo, toda la buena relación, siempre he dicho que forman parte esencial de lo que ha sido mi crecimiento como jugador, y el día de mañana quién sabe si ya no como jugador, formaré parte de la academia. Tengo una excelente relación allí con todo el mundo en Manacor y me siento muy agradecido por todo el tiempo que pasé.
"Desde que tenía 15 o 16, Nadal me acogió, me abrió los brazos y me ayudó en todo lo que pudo, y a día de hoy lo sigue haciendo"
¿Entrenar con Rafa era duro?
Rafa es un fuera de serie, en lo profesional y en lo personal, todo el mundo que lo conoce bien sabe qué talante tiene. Desde que tenía 15 o 16 me acogió, me abrió los brazos y me ayudó en todo lo que pudo, y a día de hoy lo sigue haciendo, seguimos teniendo una excelente relación.
¿Cambia mucho la vida de ser el 100 del mundo a ser el 36?
Absolutamente cero. Yo juego al tenis por pasión, independientemente del ranking, quiero seguir evolucionando, creo que cuando estaba 100 buscaba evolucionar para ser el 36 que soy hoy, y hoy que soy el 36 busco evolucionar para estar el 20, el 25, el 18 o el que me toque ser, pero el afán de mejorar es el mismo.
Le gustan libros como "Sapiens" y "Homo Deus". ¿De dónde viene la afición?
Me gusta leer en general. Viajando tengo tiempo para dedicarle a la lectura. Me encantaría volver a estudiar. A día de hoy no lo veo compatible más que nada por el tema de examinarme, no me gusta tener fechas, pero soy una persona inquieta y más allá del tenis me quedarán muchas cosas por hacer en la vida.
De niño practicó otros deportes.
Sí, hice natación, fútbol y baloncesto y destaqué bastante en fútbol. Me hubiese gustado seguir, pero hay momentos en la vida en los que tienes que tomar decisiones, y decidí el tenis. Bendito momento, porque mira lo que me ha llevado a vivir.