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Víctor Alfaro: «Si te sienta bien correr 10 kilómetros, no corras 20»

En «Todo empieza con un paso», Víctor Alfaro cuenta los secretos para cuidar los pies y evitar muchas lesiones y asegura que correr es bueno, pero hay que hacerlo de una manera pautada

Víctor Alfaro / Cristina Bejarano
Víctor Alfaro / Cristina Bejaranolarazon

En «Todo empieza con un paso», Víctor Alfaro cuenta los secretos para cuidar los pies y evitar muchas lesiones y asegura que correr es bueno, pero hay que hacerlo de una manera pautada.

Víctor Alfaro trata los pies de, entre otros, los futbolistas del Real Madrid y su clínica Podoactiva se ha convertido en unas de las más reputadas de España. La editorial Alienta ha publicado su libro «Todo empieza con un paso» en el que Alfaro aconseja, descubre y explica que si cuidamos los pies estamos haciendo un enorme favor a nuestra salud.

–¿Pasamos un poco de los pies, no?

–Pasamos bastante. No se tiene en cuenta que el pie no duele y que lo que se está dañando es otra parte del cuerpo. La forma de pisar no se refleja en el pie, se sufre en otro sitio y hasta que no cambiamos la forma de pisar, no desaparece.

–¿Por qué se especializa en el pie?

–Estudié enfermería, pero veía a trabajar a un podólogo y me puse a estudiar. Con mi hermano Javier intentamos dar un cambio bastante radical: cambiar del molde al escáner, hicimos una patente, un sistema de software y aprovechamos la tecnología que ya estaba y que no utilizábamos.

No nos importan, pero son los pies los que no mantienen en el suelo.

–Los pies son nuestro único punto de apoyo, si ves que los cimientos de una casa están mal, tienes miedo de que no aguante. Los pies son, además, una fuente de estímulos: a un bebé habría que mantenerlo descalzo casi siempre porque es buenísimo para recibir estímulos.

–¿Los «runners» son conscientes de lo que se juegan con los pies?

–Correr tiene muchas cosas buenas y es más bueno que malo: no hace falta gran preparación, coges fondo pronto, lo dosificas a tu capacidad, puedes elegir la zapatilla y encima engancha. Pero se producen muchas sobrecargas: gente que 40 años no ha corrido nunca, empieza a correr y pasa a los 10 km y después a los 20, al maratón y peta. Correr no es malo, pero hay que dosificar, saber la cantidad de carga que puedes tolerar. Si 10 km te hacen estar bien, no corras 20.

–¿Por qué es un deporte que se ha puesto tan de moda últimamente?

–Hemos descubierto un deporte que puede hacer todo el mundo sin necesitar a nadie más, que con 20 minutos ya te vale y que quemas más que la bici, liberas endorfinas y te sientes mejor.

–Dé un consejo a un «runner».

Que se haga una prueba de esfuerzo para saber cuánto puede tolerar y un estudio de pisada en una clínica especializada. Que elija unas buenas zapatillas y que tenga una pauta de entrenamiento. Y a disfrutar.

–En la playa, ¿ es bueno correr descalzo como se dice?

–Supone bastante riesgo, solo hay que hacerlo si estás entrenando en arena. Si corres por asfalto con zapatilla, al correr descalzo en la playa estás pidiendo más a tú musculatura posterior en una superficie que se hunde y que genera más gasto muscular, lo que puede provocar una lesión. Entrena siempre como tú entrenes.

–¿Seguro que el deporte es bueno para la salud?

–Es como un medicamento, si tomas un paracetamol la dosis justa te quita el dolor, pero 200 te sientan como un tiro. Hay que encontrar la dosis: si te pasas es sobredosis, es sobrecarga, que son casi todas las lesiones que se sufren. Los deportistas de élite viven como deportistas de élite: descanso, comida y gente que le trate. Una persona que trabaja 8 horas no puede hacer lo mismo que un deportista de élite.

–¿Qué hay que hacer para cuidarlos?

–Acertar con el calzado. Es el elemento más hostil y en el mundo de la mujer mucho más, por los tacones y las puntas. Puntualmente no pasa de nada, pero cronificar su uso tiene consecuencias. La talla tiene que ser la correcta, que quepa, no que lo hagamos entrar. Cada ancho de pie es distinto y cada vez se va a ir a personalizar más eso. La hidratación del pie también es importante, porque, sufre mucho, sufre la carga durante de todo el día: hay que hidratarlo por la noche, porque por la mañana suda y la crema macera. Además, tiene que ser una crema específica para el pie. Por ejemplo, la crema de la cara no vale porque la piel de la mejilla es más fina que la del talón.

–¿El pie de los futbolistas es especial?

La bota es hostil, al margen de apretar, tiene tacos y da golpes contra un balón. El pie de un futbolista es un pie muy maltratado que suele sufrir un traumatismo permanente.

–¿Se puede reconocer a alguien por los pies?

–Con datos objetivos podemos prever las lesiones que podría tener a lo largo del tiempo y anticiparnos a lo que le pueda pasar. Por la forma de pisar, que es genética, nos podemos adelantarnos a las lesiones. Los juanetes, por ejemplo, se piensa que heredan, pero no es verdad: salen por la forma de pisar.

–Todos los pies son feos.

–Al final lo que controlas te acaba gustando. Un pie con enormes deformidades lo veo como un reto. No son feos: cuando lo conoces por dentro, con más de una treintena de huesos y más de 100 tendones, ves que hay pocas partes con más ingeniería en el cuerpo humano que el pie. Si tengo a la gente de frente la miro a la cara, pero después no puedo evitar mirar para ver cómo camina.