Economía

“Sin el sector privado es imposible cumplir la Agenda 2030″

Foro Responsabilidad Social Corporativa Expertos en sostenibilidad de distintas empresas abogan por convertir en compromisos propios los 17 objetivos y 169 metas que conforman la Agenda 2030

En el sector empresarial no todo se basa en las finanzas. Las grandes corporaciones también tienen que poner sus esfuerzos en minimizar la huella que dejan en la sociedad y el medio ambiente sin dejar de lado su solvencia económica. La importancia de estos actores es crucial para un futuro mejor, ya que sin ellos “no hay posibilidad de avanzar en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible” (ODS), según comentó Cristina Gallach, Ala alta comisionada para la Agenda 2030, durante su intervención en la inauguración del Foro Responsabilidad Social Corporativa, organizado por LA RAZÓN.

En plena resaca de la Cumbre del Clima que se celebró en Madrid entre el 2 y el 13 de diciembre, Gallach quiso destacar la importancia del foro para continuar la senda que marcó la COP25 y demostrar así que el medio ambiente es “un tema de constante atención”. En ese sentido, la cumbre celebrada en Ifema ha servido para que las empresas, la sociedad civil, las universidades, los científicos y los jóvenes se sumen a la lucha contra el cambio climático, algo que no había ocurrido en ediciones anteriores. “Hemos puesto uno de los grandes problemas del planeta en el foco mediático. Antes solo viajaban los más interesados, que eran los negociadores y la gente vinculada a los problemas medioambientales y climáticos”.

Esta unión entre los diferentes actores implicados refuerza la visión del los objetivos de desarrollo sostenible como un marco de transformación que las empresas deben seguir para abordar los grandes desafíos que nos ha dejado la globalización, como paliar la desigualdad social y revertir los problemas climáticos.

Hablar sobre preservar el medio ambiente y llegar a un consenso es, sin embargo, una tarea realmente compleja. Sin duda alguna, “la negociación multilateral más difícil de todo el sistema de la Organización de las Naciones Unidas es la climática”, indicó Gallach. Aunar las complejas cuestiones técnicas con la política es lo que enrevesa todo.

El Alto Comisionado está trabajando constantemente para “abrazar” a los distintos actores del sector empresarial para que comprendan el marco que recoge la Agenda 2030 y no solo la incorporen en sus estructuras de organización, sino que también contagien su compromiso social a sus proveedores, generalmente empresas más pequeñas. De lo contrario, las compañías no podrán subsistir a las transformaciones tan importantes que están teniendo lugar. Resultado de este duro trabajo es que las empresas se están dando cuenta de que el camino sostenible es necesario, útil, imprescindible y, en el futuro, les va a dar el resultado que buscan.

A pesar de los avances actuales en el marco de la responsabilidad social, aún queda superar un gran desafío: la notoriedad. Es decir, que cada vez sea más conocida la necesidad de implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Las grandes corporaciones ya han comprendido la importancia de aplicar los compromisos de la Agenda 2030, pero las pequeñas y medianas empresas son la asignatura pendiente. Las pymes todavía no se han sumado a la lucha por los retos que plantea “porque es más difícil para ellos”, según explicó Gallach. No obstante, valoró el trabajo que están haciendo organizaciones patronales como la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme).

De esos desafíos fijados, los que más preocupan y afectan directamente a las empresas son los objetivos de trabajo digno y de producción y consumo sostenible. “Necesitamos un tejido empresarial sumamente respetuoso con las personas, el planeta y el medio ambiente”, añadió la alta comisionada.

Pero se trata de un trabajo de todos. La Agenda tiene como lema el de “no dejar a nadie atrás”. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son una obligación de todos. No solamente de las políticas públicas, sino también del tejido empresarial y económico de nuestro país.

Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN, mostró su firme compromiso con la Responsabilidad Social Corporativa y valoró el trabajo que realizan las empresas en este ámbito, sobre todo las españolas. Para trasladar esa implicación de las grandes organizaciones al resto de la sociedad es imprescindible la educación. Incentivarla es la base para mejorar nuestro planeta, porque concienciar del importante desafío que tenemos que afrontar en la nueva y decisiva década que está por venir nos hace “más sensibles y mejores personas”, añadió Marhuenda. La intensa COP25 ha servido para darnos cuenta de que estamos ante un tema “muy importante y fundamental”. No obstante, “todos esperábamos de esta cumbre algo más”, pero es lo que pasa cuando se generan unas expectativas tan grandes. Lo bueno es que parece que el negacionismo del cambio climático es minoritario, lo que supone todo “un avance”. El director de LA RAZÓN explicó que no se puede comparar el compromiso de determinadas naciones como España con países menos desarrollados. Mientras que en los países con economías avanzadas la sensibilidad sobre estos temas está “a flor de piel” y existen mecanismos para combatir el cambio climático, otros menos desarrollados tienen diferentes necesidades y expectativas de futuro.

En el debate que se celebró a continuación se dieron cita grandes profesionales en esta materia de sectores diferentes como el energético, la gestión de infraestructuras o el mundo de la banca, como Vanesa Rodríguez, directora de Comunicación del Pacto Mundial; Sergi Loughney, director de Reputación de Abertis; Gustavo Calero, director de Desarrollo Sostenible de Suez; Antonio Fuertes, director de Reputación y Sostenibilidad de Naturgy; Borja Martínez Comenge, director de Responsabilidad Social Corporativa de Hawkers; Alejandra López, responsable de Operaciones Comerciales e Índices de Sostenibilidad de Viesgo, y Alejandra Moyano Barbón, responsable de Acción Social y Territorial de Madrid de Caixabank.

Todas estas empresas y organizaciones están fuertemente comprometidas con la sociedad y el medio ambiente. Algunos de los proyectos que lo demuestran son el trabajo de Suez para implantar un modelo circular que recicle y valore los recursos y no consuma en exceso; la decisión de Naturgy de adoptar un plan de ocho compromisos para una transición verde sostenible; el cambio en la producción que está realizando Hawkers para utilizar materiales biodegradables, o el apoyo a cerca de 300 proyectos de pequeña envergadura que lleva ha llevado a cabo Caixabank, con un presupuesto de 545 millones de euros

Durante la mesa redonda también se trató hasta qué punto las empresas españolas están obligadas a ser socialmente responsables o las posibles soluciones para incentivar a las pymes a unirse a la lucha contra el cambio climático y el impulso de una economía sostenible.