Transporte aéreo

El coronavirus pone en jaque al Centro de Control de Barcelona

Dos controladores aéreos dan positivo. Estos profesionales gestionan infraestructuras críticas para el Estado y no son intercambiables entre dependencias

Un controlador aéreo en una torre
Un controlador aéreo en una torrelarazon

El coronavirus ha golpeado a una de las infraestructuras críticas del Estado: los aeropuertos. Enaire ha comunicado esta tarde que dos controladores del Centro de Control de Barcelona han dado positivo por coronavirus. Tras detectarse ambos casos, el gestor ha activado el nivel 3 del plan de medidas previsto para reducir al máximo el riesgo de contagio, al mismo tiempo que se garantiza la continuidad operativa. El nivel 3 del protocolo de Enaire contra el coronavirus es el más extremo. Contempla desde la prohibición de viajar y de acceder a sus recintos de toda personas ajena a la compañía hasta la obligación de que cualquier empleado de una de las dependencias de control aéreo que provenga de una zona donde hay casos confirmados pase una cuarentena de 14 días.

Según Enaire, “ya están perfectamente identificados los controladores con los que tuvieron contacto estrecho y continuado" los afectados. Enaire asegura que se está comunicando con ellos y "retirándolos del servicio, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, que apelan a la responsabilidad y aconsejan extremar las precauciones. Al resto de controladores que coincidieron durante el turno se les hará también el preceptivo seguimiento”, concluye la compañía en una nota.

Colectivo sensible

El colectivo de los controladores es especialmente sensible pues, como asegura Enaire en su plan de actuación contra el coronavirus, opera “infraestructuras críticas y de servicios esenciales" para la aviación y el transporte aéreo y, por tanto, "para la seguridad del país y la estabilidad económica y social”. Una circunstancia que, según Enaire, hace “absolutamente necesario mantener la máxima operatividad y continuidad de los servicios de la empresa frente a posibles incidencias y contingencias”. Y lo es también por las particularidades de la profesión. Aunque los controladores tienen una formación común, posteriormente son formados de manera específica para recibir la habilitación y trabajar en un centro o torre concretos. Por eso no es posible reemplazar efectivos de una torre o centro por los de otro. En el caso de Cataluña, además, la situación es todavía más complicada porque desde hace años las plantillas arrastran un déficit de profesionales que todavía no se ha podido cubrir. El centro de control de Barcelona, además, es una dependencia complicada porque controla el arco mediterráneo, una zona de tráfico problemático, con continuos despegues y aterrizajes y aviones que suben y bajan continuamente.

Para minimizar el riesgo de contagio del coronavirus en un colectivo tan sensible, la Unión Sindical de Controladores Aéreos, USCA, ha propuesto reducir “de manera inmediata” el número de sectores al 50% en los centros de control de Enaire y analizar cada caso en las torres, donde cree que el recorte de capacidad debería ser similar. En este sentido, considera que sería “conveniente” modificar programaciones de acuerdo con los diferentes controladores, para evitar interacciones entre equipos. De esta forma, el 50% de la plantilla sobrante estaría de retén fuera de la dependencia, es decir, localizable y disponible para incorporarse al servicio en cualquier momento. Se formarían subgrupos de cada equipo de manera que siempre se trabaje con el mismo subgrupo.