Crisis económica
España, una Isla Galápago en Europa
El Gobierno sigue, tras la moción, digno de atraer a naturalistas y curiosos internacionales para estudiar cómo degradar un país
Las Galápagos son un archipiélago volcánico conocido por ser famoso enclave del mundo para observación de la más diversa fauna. Alberga especies singulares, inéditas en otras partes. Iguanas, pelícanos, caballitos y leones de mar, mamíferos voladores... Atrae exploradores, excursionistas,… Inspiró a Darwin en 1835 para su obra sobre la evolución de las especies. En este sentido pareciera haber en España una especie de Isla Galápago en Europa con su exótica fauna (Velarde dixit). Tras una desmoralizante moción de censura-espectáculo, quedan unos presupuestos sin reformas conocidas e inconcretos. Sin senda fiscal hacia el obligado equilibrio futuro; porque frente al déficit previsto de 90.000 millones de euros esperan obtener 33.447 millones adicionales de ingresos, de procedencia mayormente ignota. Mientras tendrán que ordenar al Tesoro la emisión de 27.000 millones para financiar la primera tanda de ayudas tan aireadas por el Presidente, hasta recibir los 140.000 millones de Bruselas que no llegarán hasta fines de 2021, en que concluiremos como el quinto país más endeudado del mundo.
Frente a ello queda, tras la batalla, una oposición más dividida frente a una mayoría parlamentaria más cohesionada; con sus 22 carteras ministeriales en los que seguimos encontrando desde aventureros de la política dignos de la Europa de entreguerras a indocumentados titulados atacando la arquitectura del Estado. Corresponsables de la desastrosa decisión de confinar a su población en casa durante 3 meses, como ningún otro país; lo que ya pagamos sanitaria y económicamente, con aplazamientos letales de otros tratamientos no-Covid, depresiones, y más mortandad, junto a caídas del empleo, salarios y renta por habitante. Cuando la OMS ha admitido que tales confinamientos antivirus son contraproducentes, especialmente para los más pobres y vulnerables, incrementando la desigualdad. Aunque algunos insistan en colapsar al 20% del PIB español y 85% de la inversión extranjera, que es Madrid.
Mientras, tras la moción, seguimos con exterroristas colegas de las “Brigadas Rojas” italianas o la banda alemana Baader-Meinhof, “Fracción del Ejército Rojo” (sic), blanqueados para su juego político. Una inmigración descontrolada. Una inseguridad creciente. Ministros anticonstitucionalistas apoyando a oKupas. Potenciando memorias guerracivilistas. Reduciendo exigencias del sistema educativo, dinamitando así nuestro progreso tecnológico futuro. Y tras asaltar el poder judicial nombrando a una exministra Fiscal General, y plantear cambios legislativos para terminar de adaptarlo a su mayoría política, ahora ofrece el Presidente un “pacto”, observado por Bruselas. Y es que el Gobierno sigue, tras la moción, cual especie de “Isla Galápago”, digno de atraer a naturalistas y curiosos internacionales para estudiar cómo degradar un país. Y las esperanzas de cambio más alejadas.
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