Navidades negras en el empleo

La Navidad se había convertido para los sectores más golpeados por la pandemia en la última tabla de salvación para recuperar una parte de sus maltrechas finanzas. Pero la dureza con la que está impactando esta segunda ola –que ha obligado a articular nuevas restricciones a la movilidad y confinamientos perimetrales por toda España– puede suponer el golpe de gracia para comercio y hostelería y la defunción de cientos miles de negocios. Según las patronales del comercio, entre un 25% y un 30% de los pequeños negocios que ya existían antes de la pandemia han echado el cierre, y sus previsiones apuntan a que esa cifra supere más del 50% en enero. Y la hostelería no maneja mejores cifras. Hasta 65.000 negocios y un millón de empleos están en el aire.

Los autónomos lo ven aún más negro. Esta misma semana, Lorenzo Amor, presidente de ATA, presentaba unas cifras tenebrosas en su último barómetro de situación de este colectivo. Un millón de trabajadores por cuenta propia «está en el alambre» al haber facturado este año una quinta parte respecto a 2019; 300.000 de ellos han solicitado la prestación por cese de actividad en octubre, tanto la ordinaria como la extraordinaria; y otros 300.000 prevén el cierre antes de final de año, ya que dan por perdida la campaña navideña.

El presidente de UPTA, Eduardo Abad, recuerda que los trabajadores autónomos perderán el 30% de la facturación anual que se produce entre diciembre y enero, «una catástrofe económica que provocará la pérdida de 500.000 puestos de trabajo».

Con estas previsiones, el empleo que anualmente se genera durante el último mes del año y el primero del siguiente va a sufrir una descomunal merma. Así lo refleja la empresa de recursos humanos Randstad, que en su último informe laboral estima que la contratación navideña se reducirá un 34,5% en comparación con el año pasado, hasta firmarse un total de 289.000 contratos, un tercio menos de los registrados en 2019. Según sus previsiones, en esta campaña se dejarán de firmar 152.000 contratos, si se comparan con los 441.000 firmados en 2019, por lo que este descenso rompe con la tendencia de crecimiento de los últimos siete años. Pese a que la caída en la contratación no es la más brusca de la serie histórica –la mayor registrada fue en la campaña 2008-2009 (-35,9%), coincidente con la crisis financiera–, sí incidirá directamente en las cifras de desempleo, al ir arrastrando cotas negativas desde el pasado mes de marzo. Y la contratación caerá en todas las comunidades, aunque con claras diferencias. Baleares es la región que sufrirá el mayor descenso en la contratación de todo el país, con un 60,3%. Le siguen en el podio Canarias (-48,7%) y Extremadura (-43,9%). Con decrecimientos todavía por encima de la media nacional (-34,5%), se encuentran La Rioja (-39,3%), Navarra, Castilla y León (ambas con -38,5%), y Cataluña (-37,8%).

Ya con caídas menos acusadas que la media están Asturias (-33,8%), Murcia (-33,5%), Aragón (-33%), la Comunidad Valenciana (-32,4%), Cantabria (-31,9%), Madrid (-31,6%) y Andalucía (-30,6%). Las que tendrán unas caídas menos pronunciadas serán Galicia (-29,6%), Castilla-La Mancha y País Vasco (ambas con -27,6%).

Pese a su crítica situación, los sectores que impulsarán la generación de empleo durante el periodo navideño serán comercio y hostelería, aunque el que más crecerá será la logística, gracias al comercio electrónico, salvavidas al que se agarra el sector del gran consumo, que se prepara para unas Navidades «atípicas» marcadas por la «incertidumbre», las restricciones y las dificultades logísticas que entraña el previsible aumento de las compras a través de internet. Precisamente al comercio online ha fiado su suerte y, por ello harán una apuesta firme porque «nos jugamos una parte importante de nuestro margen de beneficios», concluyen desde la patronal AECOC.