Cristóbal Montoro no oculta su sorpresa por la polémica suscitada en las últimas horas en torno a si él amparó o no como ministro de Hacienda un intento de armonización fiscal de los impuestos de Patrimonio y Sucesiones. Su asombro no es para menos. Precisamente, fue él y no otro quien auspició la cesión de estos tributos a las comunidades en 2002. Es más, el ex titular de Hacienda es defensor a ultranza de que la autonomía fiscal constituye uno de los pilares básicos del estado de las autonomías. Cree difícil que sin ella exista el modelo autonómico actual.
– ¿Es cierto que usted propuso, en su día, armonizar Patrimonio y Sucesiones?
– Esta polémica, alentada por el propio Gobierno, es realmente inoportuna. Es la forma de desviar la atención y de no hablar del Presupuesto del Estado. En la semana clave de la aprobación de los Presupuestos, en la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados se habla de una supuesta armonización fiscal en lugar de las cuentas del Estado. Es negativo para el país desviar la atención de la viabilidad o no de los nuevos Presupuestos, de quién o no los apoyan, de cómo sentamos las bases de la recuperación económica y de cómo se canalizan de los fondos europeos. Lanzan este debate y todo se centra en el mismo.
– Pero Hacienda, bajo su mandato, constituyó una comisión de expertos, en la que algunos de ellos eran partidarios de esta armonización.
– En 2017 se constituyó una comisión de expertos, además de la de 2014, donde se abordó la reforma del IRPF y Sociedades, en la que sus miembros fueron nombrados por las propias autonomías. La Generalitat catalana renunció a enviar a un experto. Estos especialistas llegaron a conclusiones bastantes abiertas, una minoría proponía la armonización, otros la consideraban muy negativa y otros defendían la eliminación del Impuesto de Patrimonio, que como tal solo existe en España. Evidentemente, yo como ministro de Hacienda no me pronuncié. ¿Qué sentido tiene convocar a una comisión de expertos independientes y pronunciarte tú? Para eso, no la convocas. En mayo de 2018 realicé una declaración en la Comisión de Hacienda del Congreso sobre las líneas maestras de lo que debía ser la reforma de la financiación, en las que, desde luego, no figuraba la armonización de los tributos cedidos. Esta declaración se produjo después de abrir una negociación con el PSOE, a petición de los propios socialistas, que prefirieron que se negociara con el partido en lugar de con sus autonomías.
– Mantiene una relación cordial con su actual homóloga en el cargo. ¿Ha hablado con ella de esta cuestión?
– No, no he hablado.
– Hay quien ve en toda esta polémica su mano.
– No, no he hablado nada con ella de esto. Otra cosa diferente es que con ella me he entendido bien.
– Usted fue el artífice de la cesión de los tributos de Patrimonio y Sucesiones.
– Sí. Se cedieron en 2002. En ese año cuando era ministro de Hacienda y el PP tenía mayoría absoluta se modificó la LOFCA por unanimidad de todas las autonomías. Este ha sido el único consenso que se ha cerrado hasta ahora sobre financiación autonómica. En ese acuerdo estaban todos, PSOE, nacionalistas catalanes, canarios...
– ¿El debate actual cuestiona el modelo autonómico?
– Todas las comunidades tienen que contar con un grado de autonomía fiscal para que sean las que adopten decisiones sobre los impuestos propios y cedidos. ¿Para qué queremos un estado de las autonomías, si tenemos armonizada toda la fiscalidad? La fiscalidad es un elemento importante y diferencial. Por ejemplo, no nos preguntamos por qué el Impuesto de Bienes Inmuebles es diferente entre ciudades de España. Nos parece natural pagar un IBI muy superior por metro cuadrado dentro de una gran ciudad a un pueblo de la provincia de Soria. Sin embargo, si hablamos de impuestos propios y cedidos no entiendo por qué no se admite el mismo principio diferencial. La armonización es lo contrario de la diferencia que implica tener un estado autonómico.
– Pero se puede modificar.
– Claro. No estoy diciendo que no se pueda modificar, con una mayoría absoluta en el Congreso se puede cambiar la LOFCA.
– ¿El PSOE puede lograr esa mayoría absoluta que se necesita para ello?
– Me cuesta asumir que partidos con sentimiento patrio propio diferente al español voten contra la autonomía fiscal. Por cierto, la la autonomía fiscal se ejerce a un alto nivel en el País Vasco, Navarra, Canarias, Ceuta y Melilla. Sin embargo, se fijan en la fiscalidad patrimonial de Madrid, que tiene el valor que tiene. Es una visión reduccionista. Para Cataluña, los impuestos cedidos más los propios en 2018 y 2019 superaban los 3.000 millones, frente a Madrid con 2.000 millones. Es decir, Cataluña recauda un 50% más que Madrid. Por tanto, no te puedes quejar de malos servicios públicos, porque no recaudas. La capacidad normativa en los impuestos te permite una mayor capacidad de servicio público.
– ¿Pero cree que la armonización fiscal saldrá adelante o es un fuego de artificios?
– No hay propuesta de reforma.
– Vamos, ¿no cree que salga adelante?
– Tenemos que salir adelante como país. Lo importante es recuperar la recaudación del IVA, es en lo que nos va la vida como Estado y autonomías.
– En fin, ¿esta polémica se reduce a una conveniencia del Gobierno de eclipsar otros debates más trascendentales?
– Al Gobierno le va bien subrayar la importancia de ERC.
– ¿Puede pasarle factura al Ejecutivo de Sánchez?
– El Gobierno está pensando en Cataluña y sus elecciones el 14 de febrero. Por eso, no creo que estemos ante una propuesta ni siquiera de reforma de los impuestos cedidos. Estamos ante una disposición política, que ya veremos cómo evoluciona. El problema político de ERC no es Madrid. Lo mismo que el problema económico de España no es Cataluña. Cataluña es muy importante para contar con un país próspero.