Inversión
Las SPAC, “cazadoras” de empresas
El fundador de Jazztel, Martín Varsasvky, ha sido uno de los últimos en sumarse a la moda de estas sociedades «concha» que, solo en EE UU, han captado 180.000 millones de dólares en apenas 16 meses. En España, están pendientes de autorización por parte de la CNMV
Martín Varsavsky (Buenos Aires, 1960) podría denominarse como un «inventor» de empresas. Ha sido el creador de compañías como la histórica Jazztel y su filial de internet Ya.com; de Viatel, que desarrollaría el servicio de cobro revertido; de Fon Wireless, la mayor red de Wifi gratuito del mundo y, más recientemente, de Prelude, una red de centros de fertilidad repartidos por todo Estados Unidos.
Hijo del astrofísico Carlos Manuel Varsavsky, no se le puede negar su gran olfato para los negocios y, sobre todo, su gran capacidad para anticiparse a futuras demandas del mercado. Hace una década conoció en la Universidad de Columbia a Yasmine Fage. Pese a que siguieron caminos profesionales diferentes –ella comenzó a trabajar para McKinsey– nunca perdieron el contacto. Por eso, cuando regresó a su Francia natal, no dudó en ficharla y hacerla socia en su nueva aventura empresarial. Junto a Stefan Krause, pusieron en marcha hace dos años y medio Goggo Network, un proyecto que tiene la aspiración de convertirse en uno de los mayores inversores de movilidad del mundo, operando flotas de coches compartidos, eléctricos y autónomos en Europa. Si novedoso es en el Viejo Continente que se pueda contratar un «taxi» sin conductor –como ya sucede en diversos estados de Estado Unidos o Asia–, no lo es menos el instrumento elegido para vehicular la operación: una SPAC.
Y es que el pasado 19 de marzo debutaba en Wall Street Levere Holdings con un valor inicial de 250 millones de euros.Con esta fórmula, Goggo pretende adquirir una o varias compañías de movilidad en Europa con un valor comprendido de 1.000 y 3.000 millones de euros en un plazo comprendido entre 9 y 12 meses.
Propósito especial
¿Qué es una SPAC y por qué es un término que previsiblemente va a sonar mucho en los próximo meses? Sus siglas en inglés se corresponden con Special Purpose Acquisition Companies, lo que se traduciría como compañía de adquisición con propósito especial. Pese a que prácticamente han sido hasta ahora unas desconocidas en Europa, no son ni mucho menos una novedad. Se trata de un instrumento en auge utilizado especialmente en Wall Street como una ruta alternativa para cotizar en el mercado. Una fórmula que ha ido en «crescendo» y que cada día despiertan un mayor interés. Prueba de ello es que en apenas 16 meses se han creado solo en Estados Unidos más de 550 SPACS, que han logrado captar 180.000 millones de dólares, según datos recogidos por SPAC Research. Goldam Sachs, por su parte, estimaba a finales del año pasado que las SPAC podrían generar fusiones y adquisiciones por valor de 300.000 millones de dólares en los próximo dos años, aunque, a tenor de su evolución en el primer trimestre del año, esta previsión se podría quedar corta.
Así, se podría decir que una SPAC es una empresa vacía –lo que se conoce en el argot financiero como «Shell» (concha)–; una sociedad instrumental que comienza a cotizar en bolsa y que se crea «ex profeso» para adquirir o acometer una fusión con una compañía de un sector determinado. Primero atrae la inversión y, posteriormente, ya con los recursos suficientes, «caza» la empresa o empresas que son objeto de su deseo. En caso de no lograrlo, suele disolverse para devolver las aportaciones a los inversores.
Precisamente, esta versatilidad es una de las principales bondades con las que cuenta este instrumento, y uno de los motivos que ha llevado a Martín Varsavsky a elegir esta fórmula para vehicular su nuevo proyecto. «La ventaja de las SPAC es que consigues a los inversores antes de tener tu empresa. Esto es una gran virtud en términos de la velocidad con la que puedes actuar a la hora de hacer una fusión o una adquisición», asegura el empresario hispanoargentino.
Más que inversión
Simplificando, se podría decir que estas compañías actúa como un fondo de capital riesgo, en el que el dinero queda retenido hasta que se efectúa la adquisición. Sin embargo, esta afirmación no es del todo correcta. A diferencia de los fondos, la SPAC está dividida en acciones, que son un producto mucho más accesible para el ahorrador de a pie (un fondo exige unas inversiones iniciales muy altas). Sería, pues, como invertir en un producto de gestión activa de «autor», pero concentrando todo en unas pocas empresas.
Sin embargo, la socia de Varsavsky, Yasmine Fage, matiza en el caso de su SPAC, Levere, ya que, a su juicio, no se trata solo de captar inversión sin más. El proyecto debe estar respaldado por un grupo humano solvente.
Y es que, en la actualidad, son muchas las propuestas, especialmente en el ámbito tecnológico, pero no todas ofrecen las mismas garantías. «Nuestra propuesta de valor es diferente. Nuestra SPAC tiene alma. Y es que detrás hay un equipo gestor de primera línea. No somos meros inversores, como puede ser un private equity, nosotros somos emprendedores, que conocemos muy el negocio por el que hemos apostado, así como todo lo que tiene que ver con la regulación, que es una parte muy importante. Y es que Goggo se fundamenta en crear un sistema de licencias que creen seguridad plena para los inversores», afirma Yasmine Fage.
Esta forma de comenzar a cotizar a bolsa, que se articula a través de una IPO (Initial Public Offering), lo que equivale en España a una Oferta Pública de Venta (OPV) de acciones, tiene muchas ventajas, especialmente desde el punto de vista del coste y de los trámite. Los gastos a las hora de acometer una salida al mercado son muy elevados. Y como muestra, un botón. El banco responsable de la colocación recibe una comisión de aproximadamente el 7% del valor de la misma. A ello se une, la gran información requerida por los reguladores a la hora de comenzar a cotizar en los mercado, algo que con está vía es bastante más sencillo. «Una SPAC, al estar vacía, no tiene que someterse a este escrutinio. Una vez que la compañía pretendida es adquirida, comienza a cotizar directamente, por lo que se salta muchos pasos previos. En España, tendrá que ser la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la que establezca las condiciones para que las SPAC puedan cotizar», indica Enrique Quemada, presidente de ONE to One Corporate Finance.
En España próximamente
En España, la CNMV está a punto de dar luz verde a esta modalidad de salida al mercado, según se desprende las últimas declaraciones del presidente del organismo regulador de los mercados, Rodrigo Buenaventura.«Son una alternativa a la salida a Bolsa tradicional. Si bien sería ideal realizar algunos retoques de la normativa para facilitar aún más su encaje, hoy por hoy, con la regulación española, las SPAC son posibles. La CNMV está dispuesta y preparada para comenzar a tramitar y analizar los proyectos ultimados que nos puedan presentar en las próximas semanas», ha manifestado.
Fuera de nuestras fronteras, Shaquille O´Neal, Serena Williams o Jay-Z son algunas de la celebrities que han apostado por la SPACS. Tal está siendo su auge, especialmente al otro lado del Atlántico, que en lo que llevamos de 2021 se ha rebasado con creces la cifra con las que concluyó 2020 (298 frente a las 248 del año pasado).
Su proliferación actual tiene mucho que ver con el escenario que ha dibujado la pandemia de la COVID-19, pero también con el contexto de baja rentabilidad que estamos viviendo. Javier Urones, Head of Sales de XTB, considera que , con tipos al 0%, depósitos bancarios con rentabilidades inexistentes, bonos gubernamentales con rentabilidades negativas y bolsas que han subido demasiado, no hay muchas alternativas donde destinar los ahorros. «Destinar una parte a que un gestor experto pueda comprar negocios infravalorados suena muy bien, pero lógicamente no está exento de riesgos. El hecho de que haya muchas SPACS de por sí no modifica nada en el mercado, si acaso podemos entender que “ayuda” a que los negocios infravalorados se acerquen a unos múltiplos más realista», explica.
Se podría decir que, en principio las SPAC no tienen riegos, pero esto no es del todo cierto. Quemada apunta a que uno de sus principales inconvenientes es que sus responsables compren una empresa demasiado cara, o que, al no tener un escrutinio tan exhaustivo por parte del regulador, se pudiera «colar» en Bolsa alguna compañía que no fuera del todo transparente. «En cualquier caso, quienes están acudiendo a este tipo de operaciones son inversores institucionales, que saben el riego que están asumiendo», destaca.
Al tratarse de una empresa «vacía», lo que realmente la pone en valor son los gestores que se encuentran tras los proyectos, por lo que también son conocidas como «compañías de cheque en blanco». «Las SPAC otorgan libertad a los responsables que las forman y que suelen ser expertos en sus campos. Ellos identifican un gap de valoración que da lugar a la oportunidad y solicitan como si de un crowdfunding se tratase, el dinero a otros partícipes para adquirir la empresa y mediante sus decisiones mejorar su cotización. El hecho de si son una buena inversión o no depende mucho de quiénes estén detrás. Si a un gurú del negocio inmobiliario le das un cheque en blanco probablemente te pueda generar más valor que si ocupa un puesto en un consejo de dirección y todas sus decisiones han de ser sometidas a aprobación. Es una forma de “acelerar” los pasos», señala Urones.
Esta fórmula ha sido la utilizada, entre otros, por el fabricante de camiones eléctricos Nikola; la empresa de turismo espacial de Richard Branson, Virgin Galactic; la plataforma de apuestas deportivas DraftKing, o la de juegos en línea Skillz.
Acento español
Además de la protagonizada por Levere, se han producido otras operaciones en los últimos meses, algunas de las cuales , pese a producirse a miles de kilómetros de distancia, en el mercado norteamericano, también tienen un marcado acento español. Entre ellas, destacan, la realizada por Boris Salas, que el pasado mes de febrero participó en la creación de Astrea, con un cheque en blanco de 150 millones de dólares para invertir en negocios de hostelería, restauración o turismo; o la de Eduardo Bravo, CEO de EBAC y partner de LSP, el primer inversor europeo de «venture capital» especializado en biotecnología, que estrenó en marzo su SPAC en el Nasdaq para impulsar la compra de una compañía europea del sector.
Asimismo, la plataforma de trading de origen israelí eToro ha anunciado su intención de comenzar a cotizar en el índice tecnológico americano de referencia. Para ello, también ha elegido el formato SPAC en alianza con FinTech Acquisition Corp. V. Se prevé que el capital de la Sociedad alcance un valor estimado implícito de aproximadamente 10.400 millones de dólares en el momento del cierre de la operación. «Hemos escogido el formato SPAC como ruta para salir a Bolsa porque nos da la oportunidad de estar acompañados por un patrocinador con una gran experiencia en el espacio fintech», aseveran desde la compañía.
Estos son solo algunos de los ejemplos de los movimientos que se han producido en el mercado en los últimos meses. Tras un 2020, en el que las OPV han brillado por su ausencia, los expertos pronostican un 2021 de recuperación, en el que tendrán un gran protagonismo la SPAC, un puzzle de inversores para captar capital y «cazar» empresas.
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