Crisis de componentes

La escasez de chips pone en alerta al sector de los coches de alquiler a las puertas del verano

El retraso en la fabricación de automóviles por el desabastecimiento de semiconductores retrasa las entregas y afectará a las flotas

Oficina de alquiler de coches de Avis en Barajas
Oficina de alquiler de coches de Avis en BarajasCristina BejaranoLa Razón

Si está pensando en alquilar un coche para sus próximas vacaciones, tal vez sea hora de que lo vaya mirando. Porque, si deja pasar demasiado tiempo, puede encontrarse con problemas para encontrar uno. El motivo: el desabastecimiento mundial de chips que asola a la industria mundial en este momento. Una escasez que está golpeando con especial virulencia al sector del automóvil, muy dependiente de estos componentes, que está teniendo serios problemas de producción que afectan, y mucho, al sector del “rent a car”.

Con la llegada del coronavirus, la demanda de vehículos se hundió y la de equipos electrónicos para teletrabajar, como ordenadores o tablets, se disparó. Lo que hicieron entonces fabricantes como Samsung, Qualcomm o TSMC fue derivar a compañías tecnológicas parte de la producción que destinaban a la fabricación de coches. Pero a finales del pasado año ocurrió un hecho inesperado: una recuperación de la demanda de automóviles algo mejor de lo esperada. Esta circunstancia encontró a las fábricas de coches sin stock de chips y sin opción de poder adquirirlos en un mercado deficitario en producción. El resultado: un rosario de compañías como Seat, Renault, Ford, Toyota o General Motors que han tenido que reducir o directamente parar su producción por falta de semiconductores.

Ahora, esa crisis golpea no sólo a los particulares -hay concesionarios que tienen decenas de vehículos vendidos que no pueden entregar porque, sencillamente, las fábricas no los pueden ensamblar y suministrárselos-, sino también al sector de los coches de alquiler. Fuentes del sector del automóvil aseguran que los fabricantes “no están pudiendo entregar en tiempo y forma” los pedidos que les han hecho las compañías de vehículos de alquiler, lo que podría provocar problemas de flota en el peor momento, en verano, y cuando más lo necesitan después del duro año que llevan por el coronavirus.

Desde la propia patronal del sector, Aneval, admiten que la crisis de los chips les afecta porque el sector es uno de los principales compradores de coches nuevos. Durante el mes de abril, estas compañías compraron 20.292 vehículos, si bien es cierto que siguen muy alejados de sus números habituales debido a que las restricciones a la movilidad han provocado un parón en el turismo que afecta de lleno al sector de los coches de alquiler.

Dependiendo de la compañía y el fabricante de vehículos, el problema de los chips puede tener, no obstante, mayor o menor magnitud. “Los retrasos en la producción que están sufriendo muchos fabricantes inevitablemente nos afectarán. Esa afectación será distinta para cada compañía de alquiler, porque cada una tiene un mix de flota distinto (compra cantidades distintas de coches a cada fabricante) y algunos fabricantes se van a ver más afectados que otros”, explican desde Aneval.

En todo caso, desde la patronal no consideran que se vaya a producir un problema de desabastecimiento de flota en el “rent a car”. “Pero es un factor más a tener en cuenta de cara a la planificación y distribución de los vehículos”, advierten.