Seguridad Social

¿Qué sistema de jubilación es mejor?

La “mochila austriaca”, el sistema holandés, danés, sueco y británico son referentes por su buen funcionamiento

Jubilados paseando por las calles de Madrid
Jubilados paseando por las calles de MadridCristina BejaranoLa Razón

El Gobierno y los agentes sociales sellaron este pasado 1 de julio un acuerdo para el primer bloque de la reforma del sistema de pensiones, una de las principales exigencias de Bruselas para recibir los fondos de recuperación. El plan del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, suprime dos de los aspectos más polémicos de la reforma de pensiones de 2013: el índice de revalorización de las pensiones (IRP), que limitaba su subida anual a un 0,25% en situaciones de déficit, y el llamado factor de sostenibilidad. En su lugar, las pensiones se volverán a revalorizar con la inflación y se introduce un factor de equidad intergeneracional que incluirá, como adelantó LA RAZÓN, parámetros que introduzcan la esperanza de vida y, por tanto, corregirá a la baja el cálculo de la pensión inicial para extenderla más años.

Esta contrarreforma de las pensiones ha sido calificada como insostenible por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) en su documento «El futuro de las pensiones en España», ya que dispararía el gasto haciendo el sistema inviable y “abocándolo a un ajuste abrupto en algún momento futuro que comportaría una fuerte reducción de las pensiones de un día para otro”. Las lagunas en el proyecto de Escrivá llevan a los expertos a mirar hacia nuestros vecinos europeos, que cuentan con sistemas más viables y sostenibles que el español. La “mochila austriaca”, el sistema holandés, danés, sueco y británico son referentes por su buen funcionamiento.

Dinamarca y Holanda, los primeros del ranking

El Índice de Pensiones Globales de Melbourne Mercer que clasifica los países según sus sistemas de pensiones sitúa a Dinamarca y Holanda como los países con mejores modelos del mundo. En cambio, España, Italia o Francia, con sistemas similares, tienen un déficit creciente, y obtienen una calificación intermedia-baja, al tener algunas buenas características, pero también riesgos y deficiencias importantes que deben ser subsanados.

El mejor de la clase, Dinamarca, cuenta con una pensión pública reducida (16% del salario medio) que está complementada por una pensión privada en la que cada trabajador hace aportaciones a su propia pensión, en lugar de que los trabajadores en activo paguen las pensiones a los actuales jubilados, como ocurre en España. En Holanda, los planes de pensiones colectivos juegan un papel crucial en la sostenibilidad del sistema de pensiones. Este descansa sobre tres pilares: uno público que garantiza una prestación mínima (al menos el 30% del salario medio); otro de planes colectivos de pensiones en las empresas que también incluye invalidez, viudedad y orfandad (cubren el 70% restante); y un plan privado voluntario que actúa de complemento.

La “mochila austriaca”

La “mochila austriaca”, es una alternativa que no solo ha propuesto el Banco de España, sino que el propio Ejecutivo ha llegado a plantear. Este modelo se implantó en 2003 en Austria como un instrumento regulador del mercado laboral y consiste en un fondo de capitalización individual en el que la empresa deposita una porcentaje del salario del trabajador, en el caso de Austria un 1,53%. Ese dinero acumulado sirve de colchón para indemnizar al empleado en caso de despido. Esta cobertura también sirve como complemento para la jubilación en caso de que el trabajador no sea despedido a lo largo de su trayectoria laboral y no haya hecho uso del dinero de la mochila. De hecho, en la «Agenda del Cambio» presentada por el Gobierno en 2019 se habló de la “mochila austriaca” como un posible complemento para las pensiones.

El ministro de Seguridad Social también metió mano en los planes de pensiones, limitando las deducciones de los planes de pensiones individuales de un máximo de 8.000 euros al año a 2.000 euros. Mientras que en el caso de los planes colectivos, la deducción anual aumentó de 8.000 euros a 10.000 euros. A la hora de introducir este cambio con la entrada en 2021, Escrivá tenía en mente el modelo de pensiones británico. Los planes individuales no dan sus frutos y el titular de Seguridad Social quiere fomentar los planes colectivos vinculados a las empresas, también conocidos como planes de pensiones de empleo, que complementen las prestaciones públicas.

“Automatic Enrolment” británico

Este modelo procedente de Reino Unido se basa en un sistema de previsión social empresarial complementaria conocido como “Automatic Enrolment” o inscripción automática. Desde octubre de 2012, los empresarios británicos están obligado a inscribir a todos los trabajadores (que cumplan unas condiciones mínimas) en algún tipo de plan o sistema de pensiones y a realizar unas aportaciones mínimas a su favor, siempre y cuando el empleado aporte el porcentaje que le corresponda. Estas cantidades están exentas de impuestos y ascienden al 8% del salario pensionable del empleado, un porcentaje del cual el 4% corre a cargo del empleado, el 3% a cargo de la empresa y un 1% es aportado por el Estado a través de la deducción fiscal a cargo del Gobierno.

Sistema mixto sueco

Otro de los sistemas de pensiones de referencia en Europa es el sueco. En 1994, Suecia cambió su sistema, muy parecido al español, por uno más simple y mixto, es decir, que mezcla elementos de un sistema de reparto y elementos de un sistema de capitalización. Este se basa en un modelo de cuentas nocionales. Básicamente, cada trabajador tiene una cuenta ficticia en la que se van anotando sumando sus cotizaciones y, en el momento de jubilarse, su pensión se calcula directamente a partir del saldo acumulado. En cuanto a cómo se reparten las aportaciones, por una parte, todos los trabajadores aportan un 16% de la base salarial. Otro 2,5% de la base salarial se aporta a un sistema individual de cuentas financieras (de capitalización) gestionado por entidades privadas. Además, este sistema tiene en cuenta la esperanza de vida. Otra de las buenas prácticas del sistema sueco es conocida como “sobre naranja” en el que se informa a todos los trabajadores sobre el valor actualizado de los derechos acumulados en ambos sistemas contributivos.