Comisión Europea

España, ¿a la cabeza del crecimiento económico?

El despegue no es tal porque caímos más hondo que el resto, condensamos el gasto en dos años y acecha la cepa delta

España será la segunda economía de la eurozona (y la cuarta de la Unión Europea) que más crecerá en 2021: solo la superarán Rumanía, Irlanda y Hungría. A su vez, será la economía que más crecerá, tanto en la Eurozona como en la Unión Europea, en 2022. Eso es, al menos, lo que pronostica la Comisión Europea después de haber revisado ligeramente al alza la previsión de nuestro país para 2021 y levemente a la baja para 2022: en particular, lo haremos un 6,2% este año y un 6,3% el próximo ejercicio. El dato parece espectacular (y, desde luego, no es nada malo) pero conviene matizarlo en tres sentidos.

Primero, si España es uno de los países que más crecerá en 2021 y 2022 es esencialmente porque fue el país que más cayó en 2020: en concreto, el 10,8%. Solo Italia, y a bastante distancia, se acerca a la magnitud de ese hundimiento en 2020 (8,9%). Por consiguiente, conforme la actividad paralizada el año anterior se reanude durante este ejercicio y el siguiente, es lógico que crezcamos más que otros que cayeron mucho menos. Pero no nos confundamos: si analizamos la evolución conjunta del PIB en el trienio 2020-2022, España es uno de los socios que se espera que se comporte peor (y ojalá esas previsiones malas no se cumplan). En concreto, la Comisión estima que, a cierre de 2022, el PIB española apenas será un 0,69% superior al del cierre de 2019; en cambio, Portugal espera que crezca un 0,89%; Grecia, un 1,5%; Francia, un 1,7%; el conjunto de la Eurozona, un 2,7%; Alemania, un 3,1%; e Irlanda, un 16,5%. Tan solo Italia lo hará peor que nosotros con un decrecimiento del 0,33%.

Segundo, otra razón por la que España crecerá más que otros países europeos durante 2021 y 2022 es porque el Gobierno de PSOE-Podemos ha decidido concentrar la mayor parte del gasto de los fondos europeos durante estos dos ejercicios (a diferencia del resto de países que han preferido espaciarlos durante un período de tiempo superior). En este caso, pues, se trata de un crecimiento que meramente se anticipa en el tiempo y no por motivos razonables: a la postre, parecería que lo más sensato fuera digerir poco a poco la inversión de 70.000 millones de euros para ir rectificando los planes originales según vayamos viendo qué proyectos funcionan y cuáles no. Pero, al parecer, PSOE y Podemos tienen prisa por que los españoles «noten» la recuperación en sus carnes y, por ende, ambas formaciones repunten en las encuestas.

Y tercero, en todo caso nos hallamos ante pronósticos con un elevado margen de incertidumbre y, por tanto, susceptibles de empeorar o de mejorar de manera apreciable. Los riesgos a la baja son obvios: si la variante delta, o cualquier otra mutación futura del virus, volvieran las vacunas ineficaces, de un modo u otro la actividad económica volvería a paralizarse. De momento no parece que ese vaya a ser totalmente el caso con la variante delta, pero desgraciadamente no puede cerrarse del todo la puerta a que aparezcan otras mutaciones peores más adelante. Con todo, las oportunidades al alza también existen: si regresamos a la normalidad de manera perdurable, cabe la posibilidad de que estemos subestimando el optimismo y el alud de gasto privado que de ahí se derivaría y que terminaría estimulando la economía.

En todo caso, no deberíamos descorchar precipitadamente la botella de cava, máxime cuando las previsiones de la Comisión Europea no colocan globalmente a nuestro país en ningún buen lugar.

Mal comienzo de Ayuso

El Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso no comienza con buen pie su andadura tras la aplastante victoria electoral. Una de las primeras medidas de esta segunda parte de la legislatura ha sido la de tomar el control de Telemadrid mediante una nueva ley que fuerza la destitución de su actual director general y que habilita a la Asamblea a nombrar a un administrador provisional, sin fecha de caducidad en su mandato, mediante mayoría absoluta. En lugar de proceder al cierre o privatización de la cadena de televisión autonómica, el PP de Madrid, con la indispensable complicidad de Vox, ha preferido mantener un megachiringuito audiovisual que, eso sí, a partir de ahora se convertirá en altavoz mediático del gobierno regional que preside Díaz Ayuso. Entre socialismo o libertad, en este caso la dirigente popular ha apostado por el socialismo televisivo.

El BCE cambia las reglas

El Banco Central Europeo ha modificado sus objetivos de inflación por primera vez en 20 años. En lugar de perseguir una inflación cercana, aunque inferior, al 2% cada año, a partir de ahora aspirará a una inflación media del 2% anual. Aunque la regla puede parecer similar, no lo es en absoluto. Hasta ahora, la institución financiera europea estaba forzada a subir los tipos de interés si la inflación se desviaba por encima del 2%; a partir de ahora, si durante algunos años la inflación se ubica por encima de ese 2% no habrá necesariamente consecuencias en los términos anteriores. Así, lo que buscará el Banco Central Europeo es que no se desvíe persistentemente del 2%. Se trata, pues, de una reforma que otorgará al BCE más poderes discrecionales sobre la economía y que volverá sus decisiones mucho menos previsibles que hasta el momento.

La CEOE se planta

La CEOE se ha plantado en la negociación de la contrarreforma laboral. De acuerdo con el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, los planteamientos del Ministerio de Trabajo «van en contra de la adaptabilidad que necesitan las empresas para poder generar empleo en la actual coyuntura de incertidumbre y transformación». La oposición de la patronal puede constituir una importante piedra en el camino del Ejecutivo. Y es que, de acuerdo con el plan de reformas que hemos remitido a Bruselas, para aprobar una nueva legislación laboral resultará imprescindible hacerlo con el consenso de los agentes sociales. O dicho de otro modo, la CEOE posee un derecho de veto en esta materia: si dice que no, será que no. Y además, no lo olvidemos, en este caso contarán con el respaldo de la nueva vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño.