Motor

La industria automovilística hace sus deberes, la administración no

Las instrucciones de la UE para la descarbonización obligan a reconvertir a los Estados miembros los parques automovilísticos hacia modelos electrificados

Madrid será el centro de la movilidad sostenible
Madrid será el centro de la movilidad sostenibleAlberto R. RoldánLa Razón

Las instrucciones de la UE para la descarbonización obligan a reconvertir los parques automovilísticos de las naciones miembro hacia modelos electrificados que deben sustituir a los actuales motores de combustión interna. Los plazos se van acortando y el horizonte del año 2030 está ya a la vuelta de la esquina. Ante estas disposiciones, todos los fabricantes han hecho sus deberes y la mayoría de las plantas establecidas en España están preparadas para producir automóviles eléctricos y electrificados y de hecho ya son muchos los automóviles de este tipo que están saliendo de las líneas de montaje. El primer productor en España es el grupo Stellantis, fruto de la unión de PSA y FCA, que dispone de las factorías de Vigo, Figueruelas y Villaverde. En las tres se hacen coches eléctricos y concretamente en Vigo, en el mes de septiembre se iniciará la producción de seis nuevos modelos comerciales totalmente eléctricos de las marcas Peugeot, Citroen y Opel, mientras que el Villaverde se hace el Citroen C-4 eléctrico y de Figueruelas sale el Opel Corsa eléctrico. Mercedes fabrica en Vitoria sus furgonetas eléctricas. La gama e-tech de Renault se produce en Valladolid y Palencia y las instalaciones de Ford en Almusafes, Seat en Martorell y VW en Landaben son otros ejemplos de inversiones realizadas para adaptar las instalaciones a las nuevas motorizaciones del futuro. Sin embargo, todo este esfuerzo de la industria contrasta con las iniciativas por parte de la Administración que no logra poner las bases necesarias para que el coche eléctrico se desarrolle en nuestro país. Hace tres años las declaraciones de la ministra Ribera afirmando que los días de los motores diésel estaban contados lograron hundir el mercado de este tipo de motorización. Pero a cambio, no se han puesto en marcha las medidas necesarias alternativas.

Mientras no haya un programa de instalaciones de recarga suficientemente ambicioso, el mercado de coches eléctricos será marginal. En la actualidad el parque automovilístico español, según las últimas estimaciones, es de 29.701.581 vehículos y de ellos, únicamente 94.412 tienen etiqueta Cero, es decir, son eléctricos puros o híbridos enchufables. Si ampliamos a etiqueta Eco, en donde incluimos a híbridos ligeros, híbridos autorrecargables y de combustibles GLP y GNC, la cifra asciende a 574.071, comparativamente muy escasa. Para cumplir los programas de electrificación del parque establecidos por el Gobierno, en el año 2030 debería haber en España unos tres millones de coches eléctricos. Para ello, los fabricantes han calculado que serían necesarios aproximadamente 340.000 puntos de recarga repartidos por toda la geografía nacional. Para que así los usuarios pudieran recargar rápidamente y completar viajes de kilometraje medio o largo. La realidad de hoy es muy distinta. Según los últimos estudios, hay actualmente en España un total de 8.545 puntos de recarga, de los cuales 5.451 son urbanos. Y únicamente medio centenar de ellos tienen una potencia de 250kw para que la recarga de baterías pueda completarse en solo unos minutos. El objetivo no parece fácil de alcanzar.