Opinión

El que usa, paga

Menos mal que no iban a subir los impuestos a la clase trabajadora, porque los peajes son un copago en toda regla

Cartel de peaje en las inmediaciones de la M-30 de Madrid
Cartel de peaje en las inmediaciones de la M-30 de MadridJesús G. FeriaLa Razon

Estamos en tiempos revueltos, en especial con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2022, en los que no hay día que nos despertemos sin una nueva noticia sobre medidas para rascar más el bolsillo del ciudadano. La voracidad recaudatoria creciente del Estado no tiene límites y ahora le ha tocado el turno a los peajes. Perdón, no se le debe llamar así, sino sistema de tarificación por uso de las vías interurbanas de gran capacidad, por el que cualquiera que circule por las mismas, deberá pagar un céntimo por cada kilómetro recorrido para así cubrir el coste que supone el mantenimiento de la red viaria.

Menos mal que no iban a subir los impuestos a la clase trabajadora porque esto es un copago en toda regla. El equivalente al céntimo viario, por tanto, es un sistema regresivo que penaliza a los más pobres. En cualquier caso, la medida es claramente recaudatoria e independientemente de la cuantía que suponga al año, presenta una serie de cuestiones que nos asaltan por la improvisación de la medida y que dependerán del desarrollo de la norma.

Porque una cosa es hacer un viaje de Madrid a Cádiz por turismo y otra muy distinta hacerlo si eres un transportista que diariamente tienes que llevar paquetes urgentes o pallets con los que abastecer a una gran superficie, o si eres un representante comercial que se pasa todo el día viajando de ciudad en ciudad para luego terminar la jornada en casa.

No quiero pensar cómo se articulará para todos los que vivimos en grandes ciudades y que necesitamos utilizar las vías interurbanas y las de circunvalación como sea y mucho menos cómo afectará a nuestro bolsillo. Una última reflexión. Si se ponen cámaras de control en las vías, no me queda claro si se estará vulnerando el derecho a la privacidad de las personas, ya que el Estado conocerá en todo momento donde estamos y dónde vamos.