Empleo

Patronal y sindicatos se plantan ante el Gobierno: no a los nuevos ERTE de la reforma laboral

CEOE también rechaza gravar aún más los contratos temporales: “No se puede cargar todo a la espalda de los empresarios”

Varias personas hacen cola en una Oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)
Varias personas hacen cola en una Oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)Óscar CañasEuropa Press

El Gobierno da otra vuelta de tuerca a la negociación de la reforma laboral y vuelve a marcar distancia con los empresarios, a los que ha planteado triplicar la cotización empresarial a la Seguridad Social en el mes en que se produzca la baja de un trabajador temporal. Lo que pretende es aumentar las penalizaciones por el abuso de los contratos de muy corta duración de empleados que al poco tiempo se vuelven a dar de alta, medida que los empresarios rechazan porque “hay sectores que no pueden sobrevivir de otra manera porque dependen de la demanda y la oferta, como el turismo”. Este cambio se incluye en la propuesta sobre ERTE pospandemia que el Ejecutivo ha tratado con los agentes sociales en la reunión de este miércoles de la mesa negociadora para la reforma laboral y que han sido rechazados tanto por la patronal como por los sindicatos.

El texto habla de triplicar la cuota empresarial a la Seguridad Social por contingencias comunes “en el mes en que se produzca la baja del trabajador (temporal) y por cada una de dichas bajas”, una penalización que el Gobierno descarta aplicar a los trabajadores agrarios, no así a algunos sectores de servicios, como el turismo o la hostelería, en los que la herramienta del contrato temporal es fundamental. Los empresarios responden que, en la actualidad, los contratos de menos de siete días de duración ya cuentan con una sobrecotización del 40%. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ya anunció que reformularía esa penalización porque no había dado el resultado que se esperaba.

Según fuentes del Ejecutivo en la negociación, su objetivo es “evitar el abuso de los contratos de muy corta duración que buscan eludir el pago de cotizaciones los fines de semana, festivos o periodos vacacionales”. Los empresarios se defienden con que hay sectores en los que la temporalidad “es fundamental e inevitable” y esta medida lo único que se va a conseguir “es que se pare la contratación temporal, que ya está sobregravada”

El enfrentamiento está pues servido con la patronal, que tiene muy claro “que no vamos a apoyar estos nuevos ERTE y ninguna medida que penalice aún más a las empresas y al empleo”, como la presentada hoy sobre gravar aún más la temporada, manifestaron a LA RAZÓN fuentes de la CEOE. En este sentido, el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, acusó al Ejecutivo de “potenciar su intervencionismo” y de no estar dejando “espacio a las empresas para lo que pide Europa”, que es la flexiseguridad para los trabajadores y flexibilidad “para que las empresas se puedan adaptar”.

Fuentes empresariales cargaron contra la forma de presentación del último borrador, al que tildó de “documento farragoso” y aseguraron a este diario que “no se pueden hacer peor las cosas. Nos los dieron a última hora y sin tiempo para estudiarlo en profundidad porque tiene muchos puntos oscuros. Esto no son formas de hacer las cosas”. Se refieren al informe de 30 páginas relativo a las modificaciones en los ERTE que se pretenden introducir en la reforma laboral, que fue entregado el pasado lunes, con un día festivo en la capital entre medias.

Han querido recordar los empresarios que los ERTE están en marcha desde los años 80 y su eficiencia durante la crisis del coronavirus responde a la “mejora que se hizo en la anterior reforma laboral, la de 2012, que quieren cargarse a toda costa, aunque ellos hablen de modernizar″. La CEOE sostiene que el planteamiento del Gobierno sobre los ERTE “no va en la buena dirección”, ya que introduce “más burocracia y más costes” y que, ahora mismo, su respuesta es un “no”.

Pese a que desde la patronal se asegura que seguirán sentados en la mesa de negociación, advierte que si se introducen más costes para las empresas, estas “no se van a acoger a este nuevo mecanismo y, por supuesto, no vamos a firmar ninguna reforma laboral que incluya medidas lesivas para las empresas. No se puede cargar todo a las espaldas de los empresarios”.

Por su parte, fuentes sindicales, también han confirmado que se han opuesto a la propuesta del Mecanismo RED de los nuevos ERTE. “Le hemos pedido al Gobierno que reconsidere su propuesta, que en este caso sólo ha servido para ralentizar este proceso, en el que deberíamos ser más ágiles para llegar a un acuerdo”, indicaron desde UGT, que echan en falta un “compromiso claro” de mantenimiento del empleo para las empresas que recurran a los nuevos ERTE, cosa que, a su juicio, sí se tiene ahora en la legislación sobre los ERTE de pandemia. “Nos oponemos a cualquier intento de introducir, aunque sea tímidamente, la mochila austriaca, porque entendemos que abarata el despido, y a que esto pudiera ser una antesala del despido. Ante procesos de reconversión generalizada, las decisiones del Consejo de Ministros deberían venir acompañadas de un proceso previo de negociación, en el que estemos los agentes sociales”, concluyeron las mismas las fuentes.

CC OO se manifestó en el mismo sentido al considerar que la propuesta “dificulta sobremanera el desarrollo de las negociaciones”, ya que “se ha presentado en el último momento y no había puesto encima de la mesa hasta ahora. No se puede presentar ahora después de casi ocho meses de negociación”. Denuncian que apenas han tenido tiempo para estudiar a fondo todos los aspectos de la propuesta al presentar una “gran complejidad que genera muchas incertidumbres y no se pueden calibrar ahora mismo las posibles consecuencias”, aunque reconocen que “la idea tiene un indudable interés”.

CC OO critica con dureza que esta propuesta se haya presentado en la última fase de las negociaciones, “cuando el tiempo más nos apremia” y reclama que una medida de esta dimensión “necesitan un proceso de negociación más dilatado. Creemos que ahora debemos centrarnos en el cierre de las materias que tenemos pendientes en la mesa, producto de una larga negociación, y seguir negociando esta propuesta en plazos más realistas, y que faciliten la consecución de un acuerdo”, concluyeron.