Motor

Colau manda al «desguace» sin alternativas a 6.000 vehículos de reparto, la mitad de la flota de Barcelona

La nueva legislación ambiental aprobada por la alcaldesa les obliga a comprar un coche ecológico el 1 de enero para poder seguir trabajando

Manifestación de camioneros en Barcelona
Manifestación de camioneros en BarcelonaAlejandro GarcíaEFE

Miles de conductores que hacen diariamente trabajos de reparto de mercancías por Barcelona y los ayuntamientos limítrofes han plantado cara a las normas impuestas por la alcaldesa Ada Colau que prohíben a la mitad de ellos entrar en las zonas de bajas emisiones, por lo que tendrán que adquirir vehículos nuevos antes del próximo 1 de enero de 2022 si quieren mantener su actividad. La nueva norma afecta a la Ciudad Condal y a su área metropolitana

La Asociación Gremial de Autónomos para estos trabajos de reparto esenciales para la economía de la ciudad, instan a las administraciones locales a «establecer una regulación realista que tenga en cuenta la actual situación crítica que atraviesa el sector por el alza incontrolada de los carburantes y el desajuste en el mercado de venta de vehículos». Y es que el próximo 1 de enero, tras la finalización de la actual moratoria, más de 6.000 vehículos pesados que hacen a diario la distribución y logística de Barcelona, y que representan más del 50% de la flota según los datos oficiales del propio Ayuntamiento, serán expulsados de la Zona de Bajas Emisiones.

Hay que tener en cuenta que la de Barcelona es una de las zonas de bajas emisiones (ZBE) más extensas y restrictivas de toda Europa, la cual abarca toda Barcelona capital y las ciudades limítrofes. Como han venido denunciando empresarios y autónomos del sector, «su aplicación no ha sido acompañada de las adecuadas modificaciones normativas para su aplicación específica y viable para el transporte, ni de una línea de ayudas para la renovación de la flota, a las cuales se había comprometido la Administración para la reconversión del sector».

Las mismas fuentes señalan que la crisis económica resultante de la pandemia no ha hecho más que incrementar las dificultades de reconversión del sector y que la entrada en vigor de la ZBE se haya convertido en traumática, al poner en serio peligro tanto la distribución de bienes y servicios en Barcelona, como los miles de puestos de trabajo que de ella dependen.

Ante esta situación, han solicitado que todos los vehículos que realicen esta actividad de reparto queden exentos de las restricciones de circulación y exigen un marco legislativo que de seguridad jurídica y garantice la actividad económica, además de ayudas económicas directas para poder llevar a cabo la sustitución de los vehículos y un plan estratégico de reconversión de vehículos, mediante la homologación de filtros y catalizadores.