Negociación

La patronal presentará una última propuesta para la reforma laboral antes de la fecha límite del viernes

CEOE convoca una reunión de urgencia para «cerrar las líneas maestras de su última proposición». No descarta un «no» al Gobierno si el acuerdo «va contra el futuro de nuestras empresas»

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda DíazRicardo RubioEuropa Press

La CEOE acelera el paso en la negociación de la reforma laboral, cuyo tiempo para cerrar un acuerdo tripartito entre Gobierno y agentes sociales se agota. Todas las partes han marcado en el calendario el próximo viernes como la simbólica fecha final para firmar al menos un acuerdo de mínimos que salve la cara ante Bruselas, y que sirva para activar el nuevo paquete de ayudas.

Por ello, la dirección de la CEOE ha convocado de urgencia la cumbre empresarial que se había postpuesto al día 22 al coincidir con la XVIII edición de los Premios Joven Empresario. Pero ante la premura de los tiempos y «la desinformación que se está produciendo alrededor de la negociación, se ha decidido volver a convocar la reunión para que informar de primera mano lo que se está negociando y evitar equívocos y falsas informaciones», explicaron a LA RAZÓN fuentes de la patronal.

Asimismo, se aprovechará la reunión para fijar las líneas maestras de una propuesta definitiva sobre la que deberá cerrarse una acuerdo si se quiere contar con el sí empresarial. Dentro de estas líneas maestras se encuentran, entre otras, permitir que los convenios colectivos contemplen causas extintivas –incluyendo preaviso e indemnizaciones–, mantener la prioridad del convenio de empresa sobre el sectorial, facilitar los despidos colectivos o el rechazo a la limitación del número de trabajadores temporales en relación con la totalidad de la plantilla. Si la postura de Gobierno y sindicatos no cede antes estas peticiones, –«aunque sea de forma parcial»– la reforma naufragará. «Ahora mismo vemos más un acuerdo bipartito que con nuestro visto bueno», explicaron a este periódico fuentes empresariales.

El propio presidente de la patronal, Antonio Garamendi, confirmó ayer en diferentes foros que «no habrá acuerdo si los empresarios salen perjudicados. No podemos apoyar una reforma que va contra el futuro de nuestras empresas. Si es para mejorar estaremos, pero si no es buena, diremos que no».

Todos tienen claro que la negociación es contrarreloj. «Esta semana debe quedar vista para sentencia», advierten fuentes sindicales. El Gobierno quiere aprobarla en el último Consejo de Ministros del año y para que esto sea posible se debe llegar a un acuerdo esta semana, para que «desde el próximo lunes se proceda a la redacción del acuerdo, y eso no será nada fácil», apuntan las citadas fuentes. Ni sindicatos, ni empresarios son optimistas aunque todos coinciden en una cosa: «Todas las partes sabemos hasta dónde podemos llegar y cuáles son nuestras líneas rojas», y todos dejan una puerta abierta. «Ahora no hay acuerdo en nada, pero en un momento todo puede cambiar», subrayan.

En este momento procesal de la negociación todo está en el aire. No hay acuerdo en el artículo 42, el que regula las subcontratas, no hay acuerdo en la negociación colectiva ni en la prevalencia de los convenios y tampoco en la temporalidad. Sobre el modelo de contratación, sobre la mesa hay ocho tipos de contratos. El fijo, el fijo discontinuo, el de prácticas, dos tipos de contratos de formación, y tres temporales, que son los que se están llevando la palma de la discusión entre empresarios y sindicatos. Entre estos contratos temporales el que más dudas suscita es el vinculado a las necesidades de producción o campañas especiales, porque «es el más eventual de todos y donde es más importante regular la casuística».

No hay optimismo, pero sí pragmatismo. Las grandes empresas y sectores están presionando al presidente de la CEOE para que entre en un acuerdo necesario «para la activación de los fondos europeos», pero, sobre todo, «porque un acuerdo sobre la reforma laboral que exigen desde Bruselas y que tiene que ser buena para España», apunta un alto representante de una empresa del Ibex 35. Desde CEOE prefieren ser prudentes y no romperán las negociaciones porque «un mal acuerdo, es mejor que no haya acuerdo», recuerda un dirigente empresarial parafraseando al presidente de la patronal.

Las presiones de empresas y sectores se hacen notar en la sede de la CEOE «porque todos quieren una reforma adaptada a su entorno, y eso es imposible. Lo que se acuerde debe ser un modelo paraguas para todos los sectores y empresas, no valen imposiciones», recuerdan desde la sede empresarial de la calle Diego de León. Los sindicatos se mantienen expectantes y apuestan por cerrar esta semana la negociación. «No la podemos dilatar más. Si hay acuerdo lo hemos de cerrar ya porque todos sabemos donde estamos y donde podemos llegar». Eso sí, desde el mundo sindical se puntualiza –como igualmente han hecho los empresarios– «no firmaremos cualquier cosa. Si no se solucionan los defectos de nuestro mercado laboral, que no cuenten con nosotros», apuntan.

Tras el frenesí de propuestas y contrapropuestas en la mesa de negociación se busca ahora limar asperezas y reducir oposiciones. La ministra Yolanda Díaz apuesta por encontrar el punto medio de la negociación aunque sabe que pase lo que pase tiene el éxito asegurado. Si hay acuerdo, será una victoria suya. Si no, será un fracaso de Pedro Sánchez, tal y como se reflejó en los tensos momentos vividos en la primera fase de la reforma laboral en el Gobierno, que acabaron con una reunión del presidente con sus dos vicepresidentas: Calviño y Díaz.