Sin pasajeros
Los “vuelos fantasma” vuelven a Europa dos años después de estallar la pandemia
Lufthansa asegura que va a tener que operar más de 20.000 vuelos sin pasajeros este invierno para mantener sus derechos de despegue y aterrizaje. En España, de momento, no está ocurriendo
El sector aéreo no termina de alzar el vuelo. Zarandeado una y otra vez por las sucesivas variantes de la covid y las olas que las acompañan, a las aerolíneas empiezan a no bastarles las medidas de urgencia adoptadas para mantenerlas a flote. A comienzos de la pandemia, la Comisión Europea relajó las exigencias de uso de los denominados «slots», los derechos de despegue y aterrizaje que las aerolíneas tienen en los aeropuertos. Habitualmente, exige que estas franjas horarias se operen al menos un 80% para no perderlas. Pero en vista de las dificultades y restricciones que se introdujeron para viajar tras el confinamiento, Bruselas rebajó ese umbral hasta el 50% para evitar que las compañías tuvieran que operar, como estaban haciendo, “vuelos fantasma” que no transportan pasajeros, contaminan y cuya única misión es mantener esos “slots” en poder de las aerolíneas. Un recorte que se mantendrá hasta finales de marzo -cuando se elevará al 64%- pero que, según algunas aerolíneas, es insuficiente dadas las dificultades para viajar que ha vuelto a introducir la variante ómicron.
El grupo alemán Lufthansa ha asegurado que tendrá que operar 18.000 “vuelos fantasma” durante esta temporada de invierno para no perder unos «slots» que luego son muy difíciles de recuperar. Si no se cumplen con los requerimientos, las autoridades aéreas retiran a la compañía el permiso, que luego sale a subasta y puede ser adquirido por otra aerolínea. “Y volver a recuperarlo resulta muy complicado”, según aseguran fuentes del sector aéreo.
Caída de reservas
Aunque la compañía experimentó un aumento en las reservas en otoño, éstas volvieron a desplomarse de cara al invierno por el endurecimiento de los requisitos para viajar a algunas países por la irrupción de ómicron. «En otoño, todavía estábamos gratamente sorprendidos de lo bien que se había recuperado nuestro negocio. Pero desde mediados de enero hasta febrero, en realidad estamos viendo una fuerte caída en las reservas», aseguró hace unos días el consejero delegado de Lufthansa Group, Carsten Spohr. Un retroceso al que no son ajenas otras compañías como Ryanair, aerolínea líder en Europa por número de viajeros transportados.
La consecuencia de este desplome en las reservas es que, según Lufthansa, a la compañía no le alcanza ni con la reducción al 50% de las obligaciones de operación de sus franjas para conservarlas y debe programar miles de vuelos «fantasma» para los que no vende ni un billete para no perderlas.
Una práctica, la de la compañía alemana, que no está justificada, según defienden desde la organización internacional de aeropuertos ACI. La organización asegura que hay una disposición específica que permite a las aerolíneas operar menos del 50% de las franjas horarias que tienen asignadas, que ha sido diseñada específicamente para hacer frente a la pandemia y que cubre “no sólo las prohibiciones absolutas de viajar, sino también las restricciones de movimiento, las medidas de cuarentena o aislamiento que afectan la viabilidad o la posibilidad de viajar o la demanda de viajes en rutas específicas”, según explicó la asociación hace unos días en un comunicado. ”No hay absolutamente ninguna razón por la cual [los “vuelos fantasma”] deberían ser una realidad”, aseguró Olivier Jankovec , director general de Aci en Europa.
En España, de momento, fuentes del sector aseguran que no han detectado que las compañías estén haciendo uso de prácticas como las de Lufthansa. Las compañías, por ahora, se sienten cómodas con la reducción al 50% de los “slots” obligatorios y la del 64% que se aplicará a partir del mes de abril.
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