Telecomunicaciones

Telefónica compra Oi y gana 10 millones de clientes en Brasil

La operación está valorada en 2.700 millones, de los que 917 millones serán aportados por la filial brasileña Vivo. El supervisor antimonopolio brasileño condiciona la operación al previo cumplimiento de medidas que garanticen la libre competencia y la entrada de nuevos operadores

El órgano antimonopolio de Brasil aprobó este miércoles la venta de la red móvil del grupo brasileño Oi a Telefónica, Claro y TIM, las mayores empresas del sector, aunque lo condicionó al previo cumplimiento de varias medidas que garanticen la libre competencia y la entrada de nuevos operadores. El Tribunal del Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) aprobó el polémico proceso con restricciones por tres votos a favor y tres en contra, pero el presidente del órgano regulador, Alexandre Cordeiro, hizo valer su voto de calidad (que desempata una votación).

La aprobación se produjo después de que el instructor del proceso, Luis Henrique Braido, rechazara la operación y alegara que la venta de los activos de Oi a sus tres principales rivales crearía un “triopolio” en Brasil, con tres empresas acaparando el 98% del mercado de telefonía móvil en Brasil. La decisión del CADE garantiza definitivamente la operación, que dependía de la aprobación de los órganos reguladores, ya que la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) dio su visto bueno a la venta en enero, igualmente con restricciones.

La Oi, en concurso de acreedores desde 2016, vendió en diciembre de 2020 sus activos en telefonía móvil por 16.500 millones de reales (unos 3.150 millones de dólares) a las filiales brasileñas de Telefónica (Vivo), la mexicana América Móvil (Claro) y Telecom Italia (TIM), pero la operación dependía de los reguladores. La mayor operadora de telefonía fija de Brasil consideraba la aprobación de la venta de sus activos móviles vital para su supervivencia y para el éxito del proceso de reestructuración que acordó con la justicia para reducir sus deudas, que hoy ascienden a casi 30.000 millones de reales (5.700 millones de dólares).

Oi posee alrededor del 16% de la cuota de mercado de telefonía móvil en Brasil, por detrás precisamente de TIM (20,6%), Claro (28%) y Telefónica Brasil (33%). Los activos de la Oi serán repartidos entre sus rivales, con preferencia para la TIM, la menor entre las tres. El instructor del proceso alegó que la operación generaría una gran concentración en el mercado, le otorgaría un alto poder de dominio a los tres compradores, que podrían actuar coordinadamente como cartel, y reduciría la posibilidad de entrada de nuevos operadores. “Las tres principales empresas tendrán entre el 95% y el 98% del mercado, algo muy alto. No hay otra definición para eso que triopolio”, afirmó.

Pese a que la posición del relator fue seguida por los dos miembros del tribunal que votaron a continuación, la cuarta, la consejera Lenisa Rodrigues, votó por la aprobación de la venta y alegó que la libre competición ya está garantizada con la llegada de nuevos “players”, tras la reciente subasta por la que se concedieron las concesiones para operar la telefonía móvil de 5G en Brasil.

Rodrigues aclaró que la aprobación está condicionada al previo cumplimiento, antes del cierre de la operación, de todos los compromisos que los tres compradores negociaron con la Superintendencia General del CADE para garantizar la libre competición en el sector. Entre esos compromisos figura la cesión o el alquiler de las estaciones móviles y de espectros de la Oi para que terceras empresas puedan compartirlas y entrar a competir con las tres grandes operadoras, y la oferta de venta de parte de sus estaciones base de radio (antenas).

Tales compromisos garantiza que las nuevas operadoras puedan ofrecer la telefonía móvil en Brasil sin necesidad de grandes inversiones, dijo. “La aprobación está condicionada al cumplimiento de esas garantías antes del cierre de la operación”, explicó Rodrigues al dejar claro que al CADE no le bastan las buenas intenciones de los compradores sino la firma de contratos para favorecer a posibles terceros competidores.

El consejero Luiz Hoffmann la respaldó y agregó que “los remedios” negociados por la Superintendencia del CADE, junto con los exigidos este miércoles por el tribunal, son suficientes para garantizar la entrada de nuevos competidores y evitar una concentración peligrosa. “El compromiso de que el 100% de las redes de Oi será compartido con terceros garantiza la entrada de nuevos operadores al mercado y supera las amenazas de concentración”, dijo. “Creo que los remedios acordados enderezan los problemas estructurales señalados como impedimentos”, concluyó Cordeiro, que concedió el voto de minerva.