Movilidad

Renfe pide peajes en las autopistas para llevar más pasajeros al tren

Isaías Táboas asegura que con el pago de 2 céntimos por kilómetro, ya se produce trasvase de viajeros de un medio a otro

Cabinas de peaje de la R-5 a su paso por Arroyomolinos (Madrid)
Cabinas de peaje de la R-5 a su paso por Arroyomolinos (Madrid)Jesús G. FeriaLa Razon

Renfe quiere peajes en las autopistas. Si viajar en coche resulta más caro, se producirá un trasvase de viajeros desde este medio e transporte hacia el tren. Ese es el razonamiento que se hacen en la operadora pública y así lo ha planteado esta mañana su presidente, Isaías Táboas, en un desayuno informativo organizado por Executive Forum.

Táboas ha asegurado que hay que empezar a concienciar a la sociedad de que el pago por uso en las vías de gran capacidad es “beneficioso medioambientalmente” porque provoca un trasvase hacia el ferrocarril. Según sus cálculos, a partir del pago de 2 céntimos por kilómetro se produce ya dicho cambio de modo de medio de transporte. Una migración que, en términos medioambientales, es notable. El presidente de Renfe ha asegurado que la implantación de un peaje de 5 euros para viajar entre Madrid y Valencia provocaría una reducción de emisiones de 13.000 toneladas del CO2 al año. “¿Es mucho dinero?”, se preguntó Táboas antes de decir que “no lo sé”. En todo caso, afirmó que “es un debate que la sociedad debe tener”.

Los peajes son una de las palancas que Renfe considera puede articular para neutralizar la caída de ingresos que le ha provocado la liberalización del sector. Porque como ha explicado su presidente, la facturación del AVE está ahora mismo 18 puntos por debajo de la de 2019 pese a ser el producto estrella de la compañía. Una circunstancia que achaca en buena medida a la llegada de la competencia de Ouigo al corredor nordeste, el que más negocio genera. Los precios en la línea han bajado, lo que ha repercutido en menos ingresos. Una circunstancia que, junto al coste de los cánones que pagan a Adif por el uso de las infraestructuras y el incremento del coste de la energía, está suponiendo un reto para hacer rentables los servicios comerciales de Renfe, ha explicado Táboas.

El presidente de la operadora ha explicado que no hay posibilidad de trasladar de forma íntegra al precio de los billetes el aumento del coste de la energía, que ha pasado de representar el 7% de sus gastos al 20%. Por eso, considera que deben recurrir a otras opciones, como puedan ser los peajes -que no están en su mano- y también los cánones. Táboas ha asegurado que si se optase por seguir los pasos de Italia, que en 2015 los redujo un 53%, se podría reducir el precio del billete del AVE entre Madrid y Barcelona en 31 euros, en 16 el del AVE entre Madrid y Sevilla y en 13 el que une la capital y Valencia. Eso, ha añadido, impulsaría la demanda en 1,5 millones de viajeros al año, que compensarían la reducción del precio de los billetes con creces.

Autoconsumo

A nivel energético, Táboas ha explicado que Renfe trabaja en un plan para generar su propia energía que pasa por la instalación de 550 megavatios en 76 plantas mediante una inversión de 329 millones de euros. Un proyecto de autoconsumo que aligeraría su factura y que, a precios de hoy, estaría amortizado según sus cálculos en tres años, que podrían ser uno y medio si pudieran verter la energía excedente a la red. Un extremo, no obstante, que ahora no podrían hacer y que requeriría de la autorización del Ministerio para la Transición Energética.

Renfe también va a tratar de impulsar sus beneficios mediante la internacionalización, aunque en este aspecto, la operadora “está en primaria”, según Táboas. Aunque la compañía está presente en lugares como Arabia Saudí, Estados Unidos o México, “el mercado de crecimiento debe ser Europa”, ha dicho. Tanto en servicios convencionales -con la vista puesta en Francia- como en obligaciones de servicio público (OSP). La compañía se está preparando ya para participar en concursos de este tipo en Francia y Alemania, según ha explicado. Su presidente cree que cuenta con fortalezas como sus elevados índices de puntualidad o unos costes operativos en céntimos kilómetro mejores que los de otros competidores europeos que le hacen ser optimista respecto a la posibilidad de abrir nuevos mercados en el exterior.