Vacaciones

¿Un verano de caos en los aeropuertos?

Retrasos, colas en los controles y facturación, falta de personal, huelgas a la vista... El sector prevé complicaciones en los cielos

Decenas de personas hacen cola para facturar el equipaje en el Aeropuerto de Barajas de Madrid
Decenas de personas hacen cola para facturar el equipaje en el Aeropuerto de Barajas de MadridFERNANDO VILLARAgencia EFE

España recibió en mayo más de 7,7 millones de pasajeros procedentes de aeropuertos internacionales, el 87% de los que llegaron en el mismo mes de 2019. Sin embargo, el personal que debe prestar servicio en esos aeródromos está en cifras muy inferiores a las de esa fecha. Conclusión: colapsos en los controles, colas desesperantes, retrasos y malestar entre los turistas, que llegan a perder enlaces. En España y en media Europa, porque los problemas afectan a los aeropuertos españoles, pero también a los británicos, lusos, franceses (con huelga de pilotos de Air France a la vista este sábado) e italianos, entre otros tantos. Al otro lado del Atlántico, más de lo mismo, con frecuentes episodios de caos aéreo en Estados Unidos en los momentos pico de tránsitos.

British Airways (BA) ha reducido un 10% su capacidad prevista para el verano ante disrupciones en los aeropuertos, tanto en Europa como en Estados Unidos mientras el aeropuerto londinense de Gatwick va a reducir el número de vuelos durante julio y agosto, los meses de más actividad, por la falta de personal y para que los pasajeros puedan contar con un mejor servicio. En vez de operar los 900 vuelos al día previstos, serán 825 en julio y a 850 en agosto.

¿Y los españoles? Según la plataforma especializada en viajes a medida Evaneos, hay un incremento cercano al 20% en el ticket medio a la hora de contratar los viajes de verano con respecto al año anterior. Costa Rica, Tailandia y Perú, están entre los principales destinos

Son solo algunos ejemplos, pero la situación es generalizada como consecuencia del “boom” de demanda y de las complicaciones para reactivar la maquinaria del sector aéreo a la mismo velocidad después de estar parada todo 2020 y bajo mínimos el primer tramo de 2021. ¿Habrá caos aéreo este verano?

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) lo considera bastante probable. La demanda de vuelos está en Europa aún en el 75% de los niveles de 2019 y el principal desafío actual es el problema de los retrasos y cancelaciones que afectan a algunas partes del sistema europeo. “Es inevitable que haya más disrupciones a medida que la demanda continúa aumentando”, señaló este domingo en Doha su vicepresidente regional para Europa, Rafael Schvartzman.

Durante la 78 Asamblea General Anual de la IATA, el directivo explicó que en lo que va del año alrededor del 69% de los vuelos en Europa llegan con algún retraso. La demora total es de 5,2 millones de minutos, lo que es comparable con los datos de 2019, “pero la diferencia clave es que todavía estamos por debajo de la demanda prepanademia” y, además, las cifras de hace tres años se vieron muy afectadas por problemas meteorológicos y otros eventos, ha matizado.

Durante la pandemia, las cancelaciones fueron más altas que el promedio esperado, pero, según se fueron levantando las restricciones de ómicron, las cifras comenzaron a caer hasta aproximadamente mediados de mayo, cuando volvieron a aumentar a medida que se incrementaba la demanda y disminuía la puntualidad. La aviación es “una cadena interconectada compleja” y las aerolíneas están a merced de otros actores, en particular los aeropuertos y el control del tráfico aéreo, indicó Schvartzman.

El proceso actual de contratación, vinculado a los permisos de seguridad, lleva de 2 a 6 semanas, lo que significa que aumentar el reclutamiento para el verano supone un gran reto. La IATA pide a los gobiernos que faciliten mutuamente los permisos de seguridad, para que un empleado en un país europeo pueda trasladarse para hacer el mismo trabajo en otro de la UE sin demora.

También se debe facilitar la credencial de “un día”, para permitir que el personal sin autorización de seguridad completa trabaje en áreas restringidas bajo la supervisión de un empleado con autorización completa, entre otras medidas.

Asimismo, los aeropuertos deben monitorizar sus cuellos de botella y hacer nuevas declaraciones de capacidad, con suficiente anticipación para que las aerolíneas puedan informar a los clientes sobre los cambios en sus vuelos, dándoles tiempo para volver a reservar el viaje o hacer arreglos alternativos.

Compensaciones a los viajeros

Dado que muchos de los retrasos están fuera del control de las aerolíneas y si, además, los aeropuertos obligan a realizar cancelaciones con poca antelación, la categorización de estos casos como circunstancias extraordinarias “no está clara” y ha habido una falta de orientación tanto de la Comisión Europea como de los organismos nacionales. Si se debe pagar una compensación, pero la aerolínea no tiene la culpa, “entonces debería haber algún tipo de mecanismo para que las aerolíneas y los aeropuertos lleguen a una resolución justa”, considera la IATA.