Energía

Francia frena el gasoducto MidCat con España: “tardaría mucho” y “no respondería a la crisis actual”

Alemania ha pedido reactivar el proyecto por la guerra de Ucrania

Vista de las tuberías de gas en la estación compresora de gas de Mallnow, Alemania
Vista de las tuberías de gas en la estación compresora de gas de Mallnow, AlemaniaFILIP SINGERAgencia EFE

Francia no ha acogido con entusiasmo las aspiraciones de sus vecinos de construir un gasoducto atravesando los Pirineos para unir España con Europa y ha valorado que el proyecto, conocido como MidCat, “tardaría mucho en estar operativo” y “por tanto, no respondería a la crisis actual”, según trasladan desde el Ministerio francés de Transición Energética.

Francia ha asegurado, en primer lugar, que un proyecto de ese tipo tardaría “numerosos años para estar operativo” entre el tiempo para realizar los estudios y las obras, por no hablar de los posibles recursos de la población. A ese respecto, recuerda que cuando se decidió renunciar en 2019 al MidCat porque para los reguladores francés y español su rentabilidad económica no era suficiente, era objeto de “una fuerte oposición local” en el valle del Ródano y por parte de asociaciones ecologistas. Es decir, que aunque la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, haya dicho que en la parte española podría estar operativo en “ocho o nueve meses”, las cosas serían muy diferentes del lado francés. París también objeta el costo “muy significativo” que implicaría, “de al menos 3.000 millones de euros”.

Regasificación

Por eso, considera que la construcción de unidades de regasificación en el norte y en el este de Europa (sobre todo en Alemania) con los que recibir barcos de gas de países productores que reemplacen las importaciones rusas “representan inversiones menores y más rápidas”. Sobre todo si se recurre a terminales flotantes temporales más baratas, como la que Francia va a montar en el puerto de Le Havre, que se prevé que esté finalizada para septiembre de 2023.

Francia cuestiona, por otro lado, la conveniencia de embarcarse en una infraestructura que debe estar en servicio para ser rentabilizada durante varias décadas dedicada al gas, es decir, a un combustible fósil que genera emisiones de efecto invernadero cuando el reto climático es reducir a cero esas emisiones para 2050. Hay que tener en cuenta que el Gobierno francés ha hecho una apuesta muy fuerte por la energía nuclear, que representa actualmente en torno al 70% de la generación de electricidad, con un programa para la renovación de los reactores atómicos actualmente en servicio a partir de 2035 que supondrá dedicar decenas de miles de millones de euros.

Hidrógeno

Además, tiene dudas de que un gasoducto pueda reconvertirse en el futuro para el transporte de hidrógeno verde, producido por energías renovables, por razones técnicas (algunos equipamientos, como compresores de alta capacidad, todavía no se han desarrollado) pero también por las incertidumbres económicas sobre el futuro de esa energía.

“Todos esos elementos deben ser objeto de un diálogo entre los Estados miembros (de la UE) implicados para tener en cuenta tanto los retos de solidaridad europea que son esenciales, pero también nuestros objetivos climáticos”, subraya el departamento que dirige la nueva ministra Agnès Pannier-Runacher.

En la actualidad hay dos gasoductos entre España y Francia en el extremo occidental de los Pirineos, uno en Biriatou y otro en Larrau, que están funcionando a pleno rendimiento desde el comienzo de la guerra en Ucrania para intentar compensar un eventual corte total del suministro por parte de Rusia. Pero esos dos gasoductos tienen una capacidad muy limitada (225 gigavatios hora al día) y están lejos de ser suficientes para alimentar a los países de Europa central y oriental con el gas que podría tratarse en las terminales de regasificación de la península ibérica.

La reacción de Francia, que sería la encargada de transportar este gas al centro del continente, se produce después de que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aseverara que llevaban “mucho tiempo” pidiendo reactivar un proyecto con el que se pretende transportar gas argelino a través de España al resto de Europa.

Crisis con Argelia

Sin embargo, las relaciones de Argelia y España no pasan por su mejor momento, después de la crisis desatada en junio por el apoyo de Madrid al plan de Marruecos sobre Sáhara Occidental, por lo que el suministro al país europeo se ha reducido significativamente.

Las palabras de Sánchez fueron a su vez una reacción a unas del canciller alemán, Olaf Scholz, quien aseguró que el MidCat “contribuiría en gran medida” a facilitar el suministro de energía, en cuestión tras la guerra de Ucrania.

Scholz es uno de los más interesados en que se reactive este proyecto debido a que Alemania es uno de los países europeos más dependientes de las importaciones de gas ruso, para el que se busca alternativas como medida de presión por la guerra iniciada por Moscú en Ucrania