Energía
Bloqueo de uranio y de tecnología nuclear, nueva amenaza de Putin a media Europa
El país representa el 33% de las exportaciones mundiales de uranio enriquecido para reactores y el 30% de este material, reactores y piezas de la UE, según el “think tank” europeo Bruegel
No es solo con el gas o con el petróleo. En la Guerra Fría económica que ha desencadenado la invasión de Ucrania, Rusia cuenta con otras poderosas armas con las que mirar directamente a los ojos a occidente. Ahora que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha puesto las cartas encima de la mesa y ha anunciado el corte de gas ruso a Europahasta que no se levanten las sanciones occidentales por invadir Ucrania, muchos de sus países -entre los que no se encuentra España- se plantean la energía nuclear como la alternativa tal vez más viable para suplir los megavatios que ponen en el sistema las centrales de ciclos combinados alimentadas por gas. Pero también en esta tecnología, la dependencia no sólo de Europa, sino del mundo en general, del gigante que preside Vladimir Putin es vital.
Como explica el Instituto Bruegel, un “think tank” de expertos en economía con sede en Bruselas, en su informe “El desacoplamiento de Rusia: las vulnerabilidades europeas en alta tecnología”, a diferencia de Rusia, las importaciones de productos de alta tecnología de la Unión Europea están muy diversificadas y tienen poca exposición general a Rusia. Sin embargo, la organización advierte de que Rusia es un “importante proveedor de material y tecnología nucleares, proporcionando el 30% del uranio enriquecido, los reactores nucleares y las piezas de los reactores a la UE. Esto crea dependencias entre Rusia y la Unión Europea en el área de la tecnología nuclear”, según advierte el instituto.
Como explica el Instituto Bruegel, Rusia es un importante exportador de tecnología nuclear a nivel mundial. En el año 2019, vendió productos nucleares a otros países por un valor aproximado de 3.000 millones de dólares. De esas ventas, el 60% consistieron en uranio y plutonio enriquecidos (también utilizables como combustible en reactores). En el caso de Alemania, Francia, los Países Bajos y Suecia, por un valor de 640 millones de dólares. Pero también facturó otros 580 millones de dólares vendiendo el mismo material a Estados Unidos y a otros países. Euratom, el organismo público europeo encargado de coordinar los programas de investigación de la energía nuclear, ha informado de que en 2020 se entregaron 12.592 toneladas de uranio a las empresas de servicios públicos de la EU-27 y que las principales fuentes de entregas de uranio fueron Níger y Rusia, cada una con un 20%; seguidas de Kazajstán (19%), Canadá (18%), Australia (13%) y Namibia (8%).
La Asociación Nuclear Mundial afirma que gran parte del enriquecimiento de uranio de la UE se realiza en Rusia, aunque hay más capacidad disponible en la Unión Europea y Estados Unidos. En general, Rusia representa el 33% de las exportaciones mundiales de uranio enriquecido para reactores, lo que le convierte en líder mundial con mucha ventaja sobre el siguiente en la lista. El segundo proveedor del mundo, los Países Bajos, entregó menos de la mitad de eso.
Pero además de proporcionar uranio y plutonio, Rusia es proveedor de reactores nucleares, partes de reactores y elementos combustibles para reactores nucleares. Sólo en la última década, el valor de las exportaciones a los países de la Unión Europea fue de 8.000 millones de dólares, según los datos recopilados por Bruegel. El informe recuerda que la Asociación Nuclear Mundial ha advertido de que muchos países de Europa central y oriental dependen de la tecnología nuclear rusa. La propia Estrategia Europea de Seguridad Energética también destaca la falta de diversificación o respaldo en caso de choques de suministro. Y en este sentido, el “think tank” apunta que hasta la fecha, “se ha hecho poco para diversificar la fuente de suministro de uranio enriquecido”. Entre las iniciativas existentes se encuentra el programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la UE, que en 2015 comenzó a financiar un programa de investigación y formación de Euratom para encontrar suministros alternativos de combustible nuclear para los reactores de diseño ruso en la UE. No obstante, Bruegel advierte de que “dada su especificidad y los estándares de seguridad involucrados, cambiar de combustible nuclear de origen ruso a alternativas será un desafío importante”.
En cuanto a los reactores, ahora mismo hay 18 rusos en países de la Unión Europea: dos en Bulgaria, seis en la República Checa, dos en Finlandia, cuatro en Hungría y cuatro en Eslovaquia. Dos más están en construcción en Eslovaquia, otros dos están planeados en Hungría y Finlandia tenía también prevista la fabricación e instalación de un reactor nuclear en su nueva planta Hanhikivi 1, ubicada en Pyhajoki al borde del mar Báltico, en la costa oeste del país. Sin embargo, en mayo, la compañía eléctrica finesa Fennovoima anunció que rescindía el contrato con la empresa estatal rusa Rosatom para su desarrollo.
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