La cesta de la compra
El cártel de Díaz y Garzón
La ministra de Trabajo sigue erre que erre junto a su camarada de Consumo, empujando desde el Gobierno a los supermercados a aliarse ilegalmente para pactar los precios de los alimentos
Un simple vistazo a San Google bajo las palabras «cártel pactar precios multa» en el campo de búsquedas basta para comprobar que NO se puede. Las empresas NO pueden pactar precios, porque eso atentaría contra la libre competencia, lo diga Yolanda Díaz o el Papa de Roma. «El Supremo confirma una multa histórica a fulanito por el cártel de precios», «La CNMC multa con chiquicientos millones a no sé cuantas empresas por pactar precios», «Multa millonaria al cártel de la chatarra o de lo que sea por acordar precios»... Y así podríamos seguir todo el día. Vamos, que no puede ser. Y lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.
Que sí, que ir en los tiempos que corren al «súper» termina diez de cada diez veces en un palo importante, que no baja de 50 euros ya ni aunque uno lleve media cesta de esas que caben cuatro cosas. Que sí, que la vida está cada día más «achuchá» y los sueldos no dan ni para pipas. Pero de ahí a que las grandes empresas de distribución vayan a ponerse de acuerdo con el Gobierno para «topar» –ese verbo pseudoinventado que tan de moda está últimamente– el precio de los alimentos básicos, hay un mundo. Eso, le pese a quien le pese, se llama cártel. Y no se puede. Aunque algunos no se enteren o hagan como que no se enteran con tal de copar titulares. La RAE sí que lo tiene claro como el agua: «Convenio entre varias empresas similares para evitar la mutua competencia y regular la producción, venta y precios en determinado campo industrial». Blanco y en botella...
Aparte de que los que se empeñan en dar la matraca con el asunto no son ni siquiera los que tienen que decidirlo. Que yo sepa, el precio de los alimentos poco o nada tiene que ver con las competencias del Ministerio de Trabajo, pero ahí sigue Yolanda erre que erre, aunque ahora recule y diga que sólo es una sugerencia. Con su camarada AlbertoGarzón de carabina, mandando listas a los supermercados de cómo tiene que ser la cesta de la compra «saludable y asequible»: huevos camperos, pescado azul y nada de carne roja ni platos preparados. De momento, que sepamos, no ha añadido el bogavante, solomillo y foie con el que agasajó a los invitados de su enlace matrimonial. Mejor no dar ideas.
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