Análisis
¿Subir salarios y pensiones con el IPC?
Los derechos económicos no se adquieren porque lo diga un partido. Se consiguen creando riqueza. Y la riqueza solo se puede crear, en capitalismo, o destruir, en socialismo
En el debate político se discute constantemente sobre la conveniencia o no de subir salarios y pensiones de acuerdo con el índice de precios al consumo para «que no pierdan poder adquisitivo». Y el debate siempre se centra en cuánto y cuándo. Sin embargo, el propio debate es falaz. En un sistema de reparto, como el español, la cuantía de la pensión tiene nada que ver con el cambio de precios y el salario no es una función del coste de la vida, sino de la productividad. Ustedes pensarán que estoy diciendo maldades de neoliberal, pero es que ni las pensiones dependen de los precios ni los salarios tampoco.
Decir que los salarios y las pensiones deben subir con los precios es, literalmente, como decir que deben subir con la temperatura. En el tema de salarios la demagogia se centra en que las empresas ganan más con las subidas de precios y, por tanto, deberían pagar más por el factor trabajo. Es una falacia. Si las empresas ganasen más con la inflación, Argentina tendría las empresas más productivas y lucrativas del mundo. La realidad es que, si miramos el dato de PIB por rentas en España o los datos del Banco de España, las empresas pierden margen y sufren aumento de coste de capital circulante en periodos de inflación. El hecho de que aumente la cifra de negocio en términos nominales no implica ni mayores márgenes ni beneficios superiores. El último dato disponible refleja que el único segmento que se ha recuperado por encima de los niveles prepandemia y con creces es el impositivo, ni las empresas ni los salarios.
Cuando decimos que los salarios deben estar ligados a la productividad y no a los precios no es una maldad neoliberal. Es que los salarios son la remuneración de la productividad marginal del trabajo, y productividad no significa trabajar más horas, significa hacer más cosas y generar mayor valor añadido con los mismos recursos. En España tenemos un enorme problema de productividad total de los factores, que lleva estancada más de dos décadas.
Habría que devolverle el argumento al intervencionismo. Si ellos dicen que hay que subir los salarios con el IPC, ¿por qué se niegan a deflactar el IRPF a los impuestos? En realidad negarse a deflactar los impuestos al IPC es una bajada de salario encubierta. ¡Qué malvados neoliberales en el Gobierno! Si los salarios deben subir con el coste de la vida es incongruente subir los impuestos con ese mismo coste de vida. ¿Por qué no bajan las mal llamadas cotizaciones sociales que en realidad son impuestos al trabajo? Subir las cotizaciones sociales es bajar los salarios reales y netos.
Jubilado y «aterrado»
Con las pensiones pasa lo mismo. Mi padre, jubilado, está aterrado con la «subida» de su pensión. ¿Por qué? Porque sabe que la subida injustificada y política de hoy es el recorte del futuro. Porque un sistema de reparto se supone que concede un derecho a una pensión calculado según lo cotizado y lo que gana. En el momento en el que se desvirtúa el sistema de reparto para convertirlo en una suerte de «salario subvencionado» el impacto en los que pagan –los contribuyentes actuales– y los jóvenes es enorme. Eso no significa que no tengan que subir las pensiones, pero debe ser de acuerdo con la sostenibilidad del sistema a largo plazo, no una especie de incentivo perverso a descapitalizar el sistema hoy y dentro de unos años ya veremos. Una pensión media consume lo cotizado, si la persona ha trabajado 30 años, en los primeros 12 años, aproximadamente. Para que una pensión en un sistema de reparto funcione y pueda crecer solo puede ocurrir con mucha mayor inversión, crecimiento y mayores bases imponibles a largo plazo. Los mismos que se presentan como defensores de los asalariados y pensionistas en contra de empresas y ricos son los que están condenando a jóvenes y jubilados a paro y pensiones de miseria.
En realidad, los que queremos de verdad que suban los salarios y las pensiones somos esos a los que nos llaman insolidarios porque decimos que dos más dos no suman veintidós. Si de verdad les preocuparan los salarios y las pensiones, los intervencionistas no defenderían una economía extractiva y confiscatoria, porque sabrían –como usted y como yo– que el valor presente neto de esos salarios y pensiones se hunde con sus políticas. Pero al intervencionista le es muy fácil engañar, porque culpa de la inflación a todos y a cualquiera menos al que la genera, el que imprime moneda y dispara el gasto político, destruyendo el poder adquisitivo de moneda, ahorros y salarios.
Políticas opuestas al socialismo
La única manera en la que conseguiremos que suban salarios y pensiones es con las políticas opuestas a las que promueve el socialismo. Necesitamos mucha mayor inversión privada, mucho mayor empleo y muchas más empresas, que además crezcan y les dejen ser más grandes. Quiero mejores y mayores salarios y pensiones más altas. Decir sí a estas dos cosas es decir un «no» rotundo al socialismo, al intervencionismo, a esa visión extractiva y confiscatoria de la economía de aquellos que jamás han creado una empresa o arriesgado su dinero invirtiendo.
El Gobierno ni te sube la pensión ni el salario. Te condena a los recortes posteriores y a un elevado paro permanente. Los derechos económicos no se adquieren porque lo diga un partido. Se consiguen creando riqueza. Y la riqueza solo se puede crear, en capitalismo, o destruir, en socialismo. Usted elije. Pero cuando crea que esta vez va a ser diferente, no se queje del resultado.
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