Análisis
España no es la que más crece de Europa
Irlanda, Malta, Chipre, Eslovenia y Luxemburgo lo harán más y, además, ya han recuperado el PIB de 2019
No, estimado presidente. España no es ni será el país que más crezca de la Unión Europea. Para tristeza de todos los españoles, nuestro país no recuperará el PIB de 2019 hasta 2023 -si lo hace- y eso después de aumentar la deuda pública más que ningún otro país comparable.
Según las estimaciones del consenso recopilado por Focus Economics, el país que más crecerá en 2022 y 2023 es Irlanda, seguido de Malta, Chipre, Eslovenia y Luxemburgo. Todos ellos han recuperado ya el PIB de 2019, España no lo ha hecho. Y todos ellos lo han hecho con mucho menos paro y menos endeudamiento.
Desafortunadamente, España cierra 2022 con la mayor tasa de paro de la Unión Europea y de la OCDE y eso que el dato oficial está maquillado por los fijos discontinuos desocupados que, según Fedea, elevarían el paro efectivo en más de 200.000 personas.
España no es un ejemplo de crecimiento ni de recuperación. Países como Portugal o Grecia se han recuperado más rápido, mejor, con menos tasa de paro -y sin maquillarla- y con menores desequilibrios fiscales.
El nivel de endeudamiento público acumulado de España es preocupante. Ya es el tercer país más endeudado de Europa y el quinto con mayor estimación de déficit en 2023 a pesar de tener ingresos récord por no deflactar los impuestos a la inflación.
En España el Gobierno nos ha acostumbrado a vender el estancamiento como un éxito, y no paramos de perder puestos en PIB per cápita y subir en endeudamiento público.
La política de expoliar a impuestos e inflar el sector público de Sánchez ha dejado una recuperación pobre, endeudada y una oportunidad perdida.
Si pensamos en esta recuperación, a quien debemos agradecérsela es al sector turístico, que ha sido atacado e incluso insultado por miembros del gobierno.
España ha podido evitar la recesión por un invierno muy cálido que ha evitado una crisis energética de mayor calado. Sin embargo, por culpa del engaño del tope del gas, el recibo mediano de electricidad de la inmensa mayoría de españoles ha subido en 2022 más de un 20%.
Es irónico que el Gobierno se vanaglorie de tener menos inflación que la media de la Unión Europea cuando la inflación es acumulativa y llevamos una destrucción de poder adquisitivo no vista en tres décadas. En las estimaciones más benignas de consenso, la inflación (IPC) acumulada 2021-2023 superará el 15%.
Siempre hay que poner estos datos en contexto. Ningún gobierno de la historia democrática de España, ni anterior, ha contado con un estímulo monetario y fiscal mayor.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha disparado con pólvora del rey «keynesiana» con un impulso fiscal de más de 300.000 millones de euros y 200.000 millones de euros de estímulo monetario, con el Banco Central Europeo (BCE) comprando hasta el 100% de las emisiones netas del Tesoro. Y ahora llega el invierno.
La prima de riesgo de España con respecto a Alemania ha ido subiendo lentamente estos últimos meses mientras la rentabilidad del bono alemán también aumentaba. Eso significa que el Tesoro se va a financiar en 2023 a tipos hasta seis y siete veces mayores a los de 2021. Y eso que son tipos todavía muy bajos. Sin embargo, al haber despilfarrado el estímulo fiscal y monetario en 2020-2022, los desequilibrios acumulados supondrán una rémora adicional para el crecimiento y la productividad en 2023.
No podemos aplaudir el estancamiento ni mucho menos un rebote del gato muerto en el que el Gobierno ha aumentado la deuda pública más que nadie en la Unión Europea, el doble que la media y mucho más del doble que países como Portugal o Grecia, según Eurostat.
En 2023, en la eurozona no vamos a contar con el apoyo del Banco Central Europeo disfrazando el riesgo. Al menos, no en la cantidad exagerada de 2020-2022 que fue uno de los mayores errores de política monetaria de la historia. El problema es que el Gobierno de España se ha entregado a aumentar los desequilibrios, financiando aumentos de gasto corriente consolidable con ingresos coyunturales y extraordinarios y, a pesar de tener ingresos fiscales récord, dejar uno de los mayores déficits estructurales de la Unión Europea en 2023, como alerta la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
Rebotar no es crecer, señor presidente. Y estos datos son especialmente malos considerando que ha contado con el viento de cola de un turismo en recuperación espectacular que, a pesar de las críticas de sus ministros, ha sido y seguirá siendo motor de crecimiento y empleo.
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