Estas son las ocasiones en las que su casero puede entrar en su piso alquilado

La subida de tipos y la dificultad para acceder a una hipoteca hace que comprar una vivienda sea impensable para la mayoría de ciudadanos en nuestro país. Es por ello, que cada vez son más las personas las que deciden vivir de alquiler, ya que aunque no sea un escenario mucho más alentador que el mencionado previamente, si que es más accesible.

Ante esta situación, son muchos los propietarios con viviendas vacías los que deciden poner en alquiler este inmueble para así obtener una rentabilidad y unos ingresos al tiempo que se revaloriza. Aunque esto supone una gran oportunidad, no todos los propietarios se fían completamente de sus inquilinos, por lo que muchos no pueden evitar hacer alguna que otra visita sorpresa para comprobar que todo está bien en la casa. Sin embargo, aunque este inmueble continue siendo propiedad del casero, este no podrá entrar a su antojo en la vivienda, ya que al alquilarla, son los inquilinos los que tienen derecho legítimo a habitarla, tal y como explican desde el portal inmobiliario de Fotocasa.

“El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito”, tal y como recoge el artículo 18.2 de la Constitución.

Por tanto, en el caso de que un propietario entre ilegalmente y sin el permiso del inquilino, este se enfrentará a un delito de allanamiento de morada, castigado con una pena de prisión de entre seis meses y dos años.

Asimismo, el inquilino podrá presentar una demanda contra el casero, siempre y cuando se cuenten con pruebas suficientes; y además será recomendable cambiar la cerradura de la vivienda para que solo el inquilino tenga las llaves de la casa en cuestión

¿Cuándo es legal la entrada del propietario en el piso alquilado?

A pesar de que el casero continua siendo el propietario del inmueble, al alquilarla, esta persona está cediendo el derecho de uso a cambio de una compensación económica, perdiendo de esta forma su posesión legítima. Por tanto, tan solo podrá acceder a dicha vivienda con el permiso y la autorización del inquilino que reside en ella; y en el caso de denegar la autorización, el casero no podrá entrar.

En el caso de que el propietario quiera vender la vivienda y hacer visitas para el futuro comprador, el casero no podrá obligar al inquilino a que reciba visitas, a no ser que en el contrato haya una cláusula específica sobre ello. No obstante, lo más normal es llegar a un acuerdo con el arrendatario para que le permita poder mostrar la vivienda.

Asimismo, según la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), el casero tendrá derecho a entrar en la vivienda para poder verificarsu estado presencialmente -tanto por su parte o por los técnicos-, y si requiere de reparaciones u obras de mejora para conservar las condiciones de habitabilidad.

A pesar de que el casero solo podrá entrar en dicha vivienda para verificar si el piso necesita reparaciones para su habitabilidad; el inquilino aún así deberá dar el visto bueno. En el caso de que se niegue a autorizar la entrada del propietario o técnicos para subsanar los posibles daños para que la vivienda siga siendo habitable, el arrendatario deberá hacerse cargo de los perjuicios que se originen.