
Trabajo
Alejandro Zuhang, empresario, contundente con los trabajadores en España: "Una hora de un trabajador chino son ocho de un español"
El emprendedor de origen asiático explica en una entrevista las grandes diferencias entre los trabajadores chinos y españoles

España y China son dos países que conciben el trabajo de una manera muy diferente. Y es que este concepto no es universal ni se entiende de la misma manera en todas las sociedades. La manera en que cada cultura percibe la actividad laboral está profundamente marcada por su historia, su sistema de valores, sus condiciones económicas y sus transformaciones sociales.
En España, la concepción del trabajo se encuentra estrechamente vinculada a la idea de bienestar y equilibrio. Para gran parte de la población, trabajar es un medio que permite asegurar la estabilidad económica y disfrutar de una buena calidad de vida, pero no constituye el centro absoluto de la existencia.
Por el contrario, en China, el trabajo se concibe desde una óptica mucho más intensa y central en la vida del individuo. Valores como la disciplina, la obediencia y el esfuerzo colectivo son el epicentro de la cultura laboral china. En este sentido, el trabajo duro no solo es necesario para la supervivencia, sino también una expresión de virtud moral y compromiso social.
Y es que en España predomina un esquema fijo de jornadas de 40 horas semanales, mientras que en el país asiático la flexibilidad se combina con una presión constante por la eficiencia y un cumplimiento estricto de los objetivos.
Así lo ha reflejado un empresario de origen chino, que ha destacado las grandes diferencias a través de un ejemplo que deja en evidencia a nuestro país.
La gran diferencia entre España y China
El concepto de trabajo en España está muy alejado respecto al que tienen en China. Así lo confirma en una entrevista el empresario, creador de contenido y deportista Alejandro Zuhang. Y es que este contraste repercute en la competitividad y los hábitos dentro de las empresas.
Tal y como señala para Sísifo Pódcast, "una hora de un trabajador chino son ocho de un trabajador español".
Todo parte de la educación y la disciplina
Estas grandes diferencias parten de una base: el ámbito educativo. Según explica el empresario en la entrevista, la preparación académica en China comienza desde edades tempranas y obliga a los estudiantes a estar mucho más preparados que en España. "Volví, y en primero de la ESO de aquí se estaban dando temarios de tercero de primaria de China", comentaba. Un adelanto que sin duda supone una gran ventaja en el apartado académico.
Por otro lado, Zuhang resalta la profesionalidad de los profesores que imparten clase. En China, el nivel de exigencia para ser profesor es muy alto, y es por ello por lo que la gran mayoría de educadores superan los 50 años. Sin embargo, en España este nivel es mucho más flexible, lo que implica una mayor facilidad para acceder a esta profesión.
"Desde pequeño te inculcan de que tienes que ser trabajador, porque ahora tienes que terminar los deberes, y en un futuro tienes que esforzarte en estudiar para encontrar un buen trabajo", declara.
Una cultura laboral muy distinta
Otra de las grandes diferencias entre países reside en el entorno laboral. Y es que la percepción de las horas de trabajo es muy distinta, puesto que en China todo se basa en la productividad. "Un español por ley trabaja 40 horas. Pero en China no hay ley. En el contrato no pone cuántas horas tienes que trabajar. Puedes trabajar 50 o puedes trabajar 20. El que termina antes se va a su casa", explica el emprendedor durante la entrevista.
En este caso, la eficiencia es un factor fundamental dentro de la cultura china, puesto que no existe la palabra descanso. "Nunca verás a un chino en el trabajo que se pega su horita de descanso para tomarse una cerveza, o para fumarse cuatro cigarros. Un chino es capaz de tirarse, si hace falta, 14 horas seguidas trabajando para terminar todas las tareas que tiene", describe.
Además, el empresario asegura que en China es habitual encontrar oficinas vacías a partir del jueves, ya que el personal que logra finalizar sus tareas antes del plazo establecido puede abandonar el trabajo. Algo totalmente contrario a lo que sucede en España, puesto que los trabajadores deben cumplir con una jornada laboral de lunes a viernes de 40 horas o, lo que es lo mismo, ocho horas diarias.
“Hago un poco así por encima, termino unas cuantas cosas. Si no me da tiempo, lo termino mañana. Total, me quedan otras ocho horas. Pero allí es diferente. Si lo terminas, te vas a tu casa”, concluye.
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