Opinión
¡Coger el toro por los cuernos!
Tras un nuevo caso de viruela ovina y caprina en Castilla-La Mancha, en una explotación en Ciudad Real, el Gobierno regional ampliará la zona restringida a todas las provincias con la excepción de Guadalajara
En los últimos meses se están multiplicando los problemas de sanidad animal, no solo en España, sino también el resto de la UE y en todo el mundo. Tras un nuevo caso de viruela ovina y caprina en Castilla-La Mancha, en una explotación en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), el Gobierno regional ampliará la zona restringida a todas las provincias con la excepción de Guadalajara. Así, han quedado prohibidos los movimientos de ovinos y caprinos para cualquier destino que no sea el sacrificio y, además, se reforzarán las medidas de inspección clínica en las explotaciones y en los mataderos. El consejero de Agricultura ha precisado que estas medidas suponen la inmovilización de 3,5 millones de animales. Los movimientos de leche, producto base para elaborar el queso manchego, sí que están permitidos.
Hace ya muchos años, uno de los responsables de la erradicación de la Peste Porcina Africana en España me explicó cuáles habían sido las claves. Y una de ellas está justamente en el dinero. Es necesario pagar a los ganaderos de forma generosa los animales, para que colaboren y comuniquen los focos. Si hay que sacrificar esos animales, entonces cerdos y ahora ovejas y cabras, se debe pagar el valor de mercado de esas cabezas de ganado y también lo que se podría llamar el lucro cesante, es decir, tener en cuenta que durante unos meses en esa explotación no podrá haber actividad y contabilizar también si se trata de una granja en la que en los años anteriores se ha hecho una selección genética, que ha supuesto mayores costes. También es necesario comprobar los posibles perjuicios provocados por la inmovilización de los animales y las distorsiones de precios, con posibles caídas de los ingresos. En paralelo, habría que aplicar las medidas que sean necesarias para controlar y erradicar la enfermedad y, al que se pille incumpliendo las normas, imponer sanciones. Eso es lo que este responsable me transmitió en su momento. Creo que ambas ideas siguen siendo válidas a fecha de hoy. Por último, se necesitan responsables políticos y técnicos dispuestos a «coger el toro por los cuernos».
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