Responsabilidad financiera
Cómo comprar un coche sin que te duela en el bolsillo
Cuando pagar al contado es imposible, hay opciones que nos pueden ayudar amortiguar el costo de la manera más responsable posible.
Si bien un coche puede facilitar mucho el transporte y la comodidad, hablando en términos financieros, comprar uno siempre va a implicar pérdidas. El mercado automovilístico continúa creciendo y subiendo sus precios, mientras que los salarios se estancan, por lo que antes de tomar una decisión tan trascendental para el bolsillo debemos pensar en aspectos como depreciación, los gastos de mantenimiento y por sobre todo, cómo pagaremos el vehículo.
Javi Linares, asesor financiero, cuenta en el podcast Bolsillo de La Vanguardia, que el transporte comprende el 12% de nuestro presupuesto anual, es decir, es el segundo gasto más grande después de la casa. Además, es uno de los gastos que más se ha encarecido en los últimos años, con subidas superiores al 40%, lo que significa que al hacernos con un coche también nos estamos comprometiendo con su consumo a largo plazo.
Según Linares, "los coches eléctricos, por ejemplo, pueden amortizarse a largo plazo si se les proporciona energía barata, aunque su costo inicial puede rondar los 80,000 euros". Por eso, es crucial considerar el coste total en contraste con el coste de oportunidad y el coste real antes de comprar un coche. Todo es cuestión de perspectiva y análisis responsable de nuestra capacidad financiera.
El pago al contado
Para nadie es un secreto que pagar al contado va a ser siempre la manera más responsable de adquirir un coche, al fin y al cabo es lo que solemos hacer todo el tiempo con gastos mucho más pequeños. Sin embargo, también es evidente que cuando hablamos de desembolsos de esa magnitud, pocos se lo pueden permitir sin adquirir un préstamo o financiarlo.
Pero ¿cuál es el problema? Las opciones de financiamiento siempre acarrean intereses, es decir, el precio inicial termina por inflarse dependiendo de la tasa y el tipo de interés al que acuerdas cuando realizas el préstamo. En ese orden de ideas, puedes terminar pagando un 30% o 40% más del precio inicial del coche hace cinco años.
Reglas para un presupuesto responsable para adquirir un coche
Con el mercado actual es poco probable que podamos adquirir un coche asumiendo su valor total de una sola tajada, pero eso no quiere decir que sea imposible organizar nuestras finanzas para financiar el vehículo de la manera más responsable posible.
El primer aspecto a considerar es fijar un presupuesto máximo destinado al coche. Expertos sugieren que el precio del coche no debería superar el 35% de los ingresos anuales del comprador. "Por ejemplo, si tu sueldo es de 40,000 euros anuales, el coche no debe costar más de 14,000 euros", resalta Javi Linares para La Vanguardia.
Esta regla va en concordancia con la del 50/30/20: el 50% de tu salario se destina a las necesidades o gastos fijos, es decir, aquellos que no puedes evitar o posponer como por ejemplo la hipoteca o el alquiler, los servicios públicos (agua, electricidad, gas), alimentos básicos o seguro médico.
El 30% se destina a deseos o gastos no esenciales que mejoran la calidad de vida como el ocio y el entretenimiento, compras de lujo, suscripciones, viajes, etc. La última categoría (20%) se destina a la mejora de la situación financiera a largo plazo. Por ejemplo, ahorros e inversiones.
La regla 20/4/10
Cuando tomamos la decisión de realizar un préstamos también hay reglas que nos evitan deudas gigantescas y mantienen todo nuestro presupuesto bajo control. El Podcast Bolsillo sugiere que al comprar un coche, paguemos al menos el 20% de entrada, así asumimos la curva de depreciación del coche, que indica que un vehículo pierde entre un 15% y un 20% de su valor en los primeros kilómetros.
El 4 hace alusión a los años en los que deberíamos financiar el coche. El máximo es 4 años para minimizar los intereses y reducir la deuda rápidamente, manteniendo la deuda por debajo del valor del coche y el 10 es que el coste de devolución del préstamo más todos los gastos del vehículo no pueden ser superiores al 10% de nuestros ingresos totales.
Esta visión garantiza que comprar un coche no sea un agujero por el que perdemos dinero sin poder realmente disfrutar de sus beneficios. Sin embargo, comprar un vehículo usado con 3 o 5 años de antigüedad, o hacer un renting que se puede desgravar en el IRPF —para aquellos que trabajan como autónomos o en una empresa—, son excelentes opciones propuesta por Linares para olvidarse de la depreciación del vehículo y su mantenimiento.
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