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Presupuesto del Estado

Continúa el plan de Sánchez de subir impuestos

El conjunto de las empresas, las de servicios tecnológicos, las petroleras o los bancos lo sufrirán especialmente

Los contribuyentes sufrirán una mayor imposición en sus rentas el próximo año/Dreamstime
Los contribuyentes sufrirán una mayor imposición en sus rentas el próximo año/Dreamstimelarazon

Las decisiones del presidente Pedro Sánchez que más quebradero de cabeza han dado a la ciudadanía han sido las orientadas a los impuestos. Después de las dudas que se generaron por las confusas declaraciones de los ministros, que se corregían unos a otros, por fin en los Presupuestos quedó establecida la política tributaria del Gobierno socialista. Entonces, se hizo evidente la intención de subir la fiscalidad a determinados sectores de la sociedad y la economía.

«Se castigará a la banca, a las tecnológicas, a las empresas y a quienes tienen más ingresos a través de reales decretos», afirma el presidente de OneToOne Corporate Finance Group, Enrique Quemada.

Ahora, aunque Sánchez no logre aprobar sus cuentas, tendrá que subir los impuestos de otra forma. Es la única manera que tiene de recaudar lo suficiente para, así, poder gastar tanto como ha previsto. La cosa es que prorrogar los Presupuestos de Rajoy supondrá «una disminución de los ingresos públicos», sostiene la profesora de Economía de la Universidad CEU San Pablo, María Blanco. Y para compensar, quizá Sánchez incrementa los impuestos aún más de lo que tenía pensado. De esta manera, las empresas ya están temblando por lo que se les puede venir encima.

Sociedades

Los Presupuestos del PSOE y Unidos Podemos contemplan la creación de un tipo mínimo del 15% para las compañías. En principio, esta medida sólo se aplicará «a los grupos que tributan en régimen de consolidación fiscal y a las empresas no integradas en grupos cuyo importe neto de la cifra de negocios sea igual o superior a 20 millones de euros».

Las entidades de crédito y las de extracción de hidrocarburos (es decir, los bancos como BBVA, Santander o Bankia y las petroleras como Cepsa) se enfrentarán a un mayor tipo de gravamen, del 18%. El sector financiero se llevará otro duro golpe tributario. Cuando operen compras de acciones emitidas en España, se les impondrá un gravamen del 0,2%. Aunque, de momento, el efecto alcanzará exclusivamente a las «cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones de euros».

Hasta ahora las empresas que ofrecían servicios digitales estaban a salvo de tributación. Sin embargo, se les ha acabado lo bueno. El Gobierno podrá aprobar por decreto (y con el apoyo de la Unión Europea) el gravamen del 3% para «los servicios de publicidad en línea, servicios de intermediación en línea y la venta de datos generados a partir de información proporcionada por el usuario», como se anuncia en los Presupuestos de 2019.

Como ocurre con el resto de impuestos, si se prorrogan las cuentas de 2018 quizá cambien los límites que Sánchez había planeado. En el caso de los servicios digitales, sufrirían la nueva tasa las empresas con más de 750 millones de euros de ingresos anuales a nivel mundial, o las que ganasen más de 3 millones por su negocio en España. Con el fin de recaudar más, tarea que Sánchez debe emprender con obligación, puede que esas cifras se rebajen.

Patrimonio

Los grandes patrimonios, al mismo tiempo, podrían verse más perjudicados que lo planteado en un inicio. Y es que la promesa del presidente es que la recaudación estatal procederá de las clases altas, y no de las medias ni bajas. La intención es aumentar la tributación en un 1% a las fortunas superiores a los 10 millones de euros. El Estado ingresaría 339 millones con esta medida, según los cálculos del Gobierno. No obstante, Bruselas ya ha avisado de que estas estimaciones son demasiado optimistas.

De hecho, las advertencias de Bruselas son otro motivo más para que Pedro Sánchez rebaje los límites establecidos en un principio. Los ingresos están inflados y los gastos, al contrario, dicen desde la Comisión. De este modo, el Ejecutivo tendrá que estudiar de nuevo todas las subidas de impuestos, que deberían tener un alcance mayor para cumplir con Europa.

Y justo el único que el presidente quiere reducir, el IVA (para productos de higiene femenina y para servicios veterinarios), se pide que también lo incremente. La voz que se ha pronunciado a este respecto ha sido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El pasado jueves, el organismo animó al Gobierno a aumentar el IVA, lo que conlleva un alto riesgo electoral.

I.R.P.F : La mano, al bolsillo del ciudadano

El Ejecutivo de Mariano Rajoy programó en los Presupuestos aprobados el pasado abril una rebaja en el Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF). Los socialistas le han dado la vuelta a la tortilla y pretenden aumentar dicho tributo. «Para intentar cuadrar las cuentas, el Gobierno de Sánchez potenciaría la recaudación del IRPF subiendo los impuestos a las clases medias y altas», explica Enrique Quemada. Y no tendrá ningún reparo en usar la vía del decreto para llevarlo a cabo. Las rentas superiores a los 130.000 euros verán su tipo impositivo crecer en dos puntos, y las que exceden los 300.000 euros, en cuatro puntos. En definitiva, solo alcanzaría a las rentas altas. Pero el IRPF es una de las grandes fuentes de financiación del Estado. En 2017 (el último ejercicio completo del que Hacienda ha registrado datos), el IRPF representó el 39,72% del total de la recaudación tributaria. Por lo tanto, cuando un Gobierno quiere aumentar los ingresos, este impuesto es la vía más factible. Así que Sánchez, para cumplir con la obligación de aumentar la recaudación exigida desde Bruselas, tendría que pensar más de los contribuyentes con rentas altas o diversificar los ingresos gravando también a las medianas y bajas.