Análisis

El día después: ¿habrá un nuevo tablero en Oriente Medio?

El mayor riesgo económico inmediato está en el estrecho de Ormuz, por donde circula el 20% del petróleo mundial

June 21, 2025, Washington, District Of Columbia, USA: United States President DONALD TRUMP speaks to the nation from the East Room of the White House in Washington, D.C, on Saturday. Earlier the President announced the successful attack on the three Nuclear sites in Iran, including Fordow, Natanz, and Esfahan. Standing behind the President, from left to right: US Vice President JD VANCE, US Secretary of State MARCO RUBIO, and US Secretary of Defense PETE HEGSETH. Europa Press/Contacto/Pool ...
Trump celebra que los ataques estadounidenses contra objetivos nucleares en Irán han causado "daños monumentales"CONTACTO vía Europa PressEuropa Press

En el tablero geopolítico del mundo actual, conviene no olvidar que las guerras ya no se miden solo en víctimas o en territorios conquistados, sino en puntos de inflación, barriles de petróleo bloqueados y mercados financieros desestabilizados. Ahora, Oriente Medio es el protagonista del verano con la intervención militar directa de Estados Unidos contra Irán que no es un evento cualquiera sino un seísmo geopolítico con ondas expansivas que sacuden todo Oriente Medio y más allá, un catalizador de una nueva etapa en la geopolítica de la región. Por tanto, las consecuencias no se limitan a lo militar, desatando una guerra híbrida en múltiples frentes, sino que alteran los equilibrios de poder regionales, ponen en jaque recursos estratégicos globales como el petróleo y el gas, y amenazan la estabilidad económica de numerosos países, desde el golfo Pérsico hasta Bruselas, Pekín y Washington.

El mayor riesgo económico inmediato está en el estrecho de Ormuz, por donde circula el 20% del petróleo mundial y que Irán ha amenazado con bloquear en caso de agresión directa, disparando los precios del crudo, encareciendo los costes de la energía y el transporte en Asia y Europa. En esta línea, la ampliación geoestratégica del conflicto intensifica el miedo sobre las economías occidentales, especialmente la europea que peligrar el suministro de materias primas, más allá del petróleo, lo que se traduce en un encarecimiento del combustible, gas y electricidad.

En cuanto a los mercados financieros, la tensión es máxima ya que todos los analistas están a la espera de la apertura de las bolsas de este lunes donde la reacción inmediata puede ser un aumento de la aversión al riesgo, lo que puede traducirse en inversores que busquen refugiarse en activos como el oro, haciendo que las bolsas experimenten fuertes correcciones.

En esta línea, la inflación global podría repuntar si el petróleo se encarece, complicando los esfuerzos de bancos centrales por controlar los precios, mientras que las exportaciones de países europeos a Oriente Medio pueden verse frenadas. Igualmente, China e India, que son grandes compradores de petróleo iraní, tendrán que reajustar sus cadenas energéticas de suministro, elevando su dependencia de Arabia Saudí y Rusia.

Esta crisis pone en evidencia un problema estructural, nuestra elevada dependencia del petróleo pues, por más que hablemos de transición energética y de energías renovables, cuando el estrecho de Ormuz tiembla, también lo hace la economía mundial. En el fondo, esta escalada es menos sobre armas nucleares y más sobre poder, influencia y recursos, es geopolítica en estado puro, con impacto directo en nuestros bolsillos, porque cada vez que el precio del crudo sube, lo hace también el de la gasolina, los alimentos, la electricidad y hasta las hipotecas, vía inflación y tipos de interés. La guerra en el golfo Pérsico no solo reconfigura equilibrios regionales, también reescribe las reglas del juego económico global.