El discurso antiparasitario, antiintervencionista y antipaternalista de Milei

El domingo Javier Milei fue proclamado oficialmente presidente de Argentina. Lo hizo delante del Congreso con un discurso que definirá su mandato. ¿Cuáles fueron las claves de esa alocución? Primero, que Milei pretende cambiar radicalmente el modelo de Estado de la Argentina: transitar desde un Estado parasitario, intervencionista y paternalista a un Estado que meramente se limite a garantizar los derechos a la vida, la libertad y la propiedad de todos los ciudadanos.

Segundo, que ese cambio no será ni inmediato ni sencillo, sino que requerirá de una transición que, a corto plazo, tendrá que hacer frente a la pésima herencia legada por el peronismo durante décadas: una inflación disparada, un desequilibrio fiscal que amenaza con cebar esa inflación todavía más y una economía estancada desde hace una década.

Tercero, para revertir la desastrosa herencia del peronismo será necesario un shock económico en forma de ajuste presupuestario: por un lado, es necesario que la terapia se administre en forma de shock porque los ajustes gradualistas en una sociedad sin acceso al crédito internacional han de darse de golpe para restablecer la credibilidad y que vuelva a fluir la financiación; por otro, el grueso del shock ha de ser en forma de un ajuste presupuestario equivalente a cinco puntos del PIB para así corregir la situación de insolvencia del Estado argentino y, por tanto, frenar la huida que está experimentando su moneda.

Cuarto, el efecto inmediato de ese shock de ajuste fiscal será una contracción de la actividad económica, dado que el gasto público se reducirá pero, en el corto plazo, no habrá otras fuerzas –como el consumo o la inversión– que lo reemplacen: de ahí que los argentinos deban prepararse para un empeoramiento inicial de la situación antes de que, habiendo estabilizado macroeconómicamente el país, retorne el crecimiento.

Y quinto, el reto al que se enfrenta Argentina es complicadísimo y requerirá de toda la fuerza, la energía, el entusiasmo y también, incluso, la suerte de la que los libertarios alrededor de Milei sean capaces de ofrecer. Ojalá consigan sacar al país de la decadencia.