Infraestructuras

Los embalses españoles, en estado crítico por su grave deterioro

Uno de cada tres de titularidad estatal necesita un refuerzo estructural, tres de cada cuatro no tiene plan de emergencia y un 75% requiere estudios complementarios de seguridad

Embalse de Guadalcacín, en Cádiz
Embalse de Guadalcacín, en CádizLa RazónLa Razón

Los embalses españoles se encuentran en estado crítico. Y no por la falta de agua, sino por el muy deficiente estado de conservación de muchos de ellos, según denuncian los ingenieros. En la jornada "Seguridad de las presas españolas: una prioridad inaplazable", organizada por la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y de la Ingeniería Civil (Asociación Caminos), que pertenece al Instituto de la Ingeniería de España (IIE), estos profesionales han denunciado el grave deterioro de parte del parque hidráulico nacional.

Según los datos presentados por la asociación, el parque público español cuenta con 375 presas de titularidad estatal, gestionadas por las confederaciones hidrográficas. De ellas, 112 (una de cada tres) necesitan refuerzos estructurales urgentes, el 75% requiere estudios complementarios de seguridad, el 65% necesita renovar o sustituir sus sistemas de auscultación y vigilancia, el 50% deben rehabilitar los desagües de fondo y tres de cada cuatro carecen aún de planes de emergencia implantados, sin sistemas de aviso ni señalización en caso de riesgo.

Estos datos, procedentes de la Subdirección General de Dominio Público Hidráulico, confirman para los ingenieros el deterioro progresivo de unas infraestructuras esenciales para la gestión del agua y la protección frente a fenómenos extremos.

El caso de Forata

Un caso alarmante para los ingenieros es el de la presa de Forata, en Valencia, que depende de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Durante la Dana de octubre de 2024, la presa estuvo al borde del colapso. Un fallo estructural habría liberado una avenida de hasta 20.000 m³ por segundo, afectando a más de 110.000 habitantes en municipios como Turís, Montroi, Real de Montroy, Carlet o Algemesí. Sin embargo, según denuncia esta organización, a día de hoy, Forata no cuenta con plan de emergencia implantado. No existen sirenas, señalización de evacuación ni protocolos activos, por lo que durante la Dana no se emitió ninguna alerta a la población.

El ingeniero también ha citado otras presas que presentan deficiencias significativas, como la del Tejo (Segovia) -que afecta a poblaciones del municipio madrileño de Cercedilla y está sujeta a avisos recurrentes por parte de ese ayuntamiento por riesgo de rotura-, así como las de Arenós y María Cristina (Castellón), ambas bajo gestión de la CH del Júcar, que requieren refuerzos estructurales y mejoras de auscultación.

"El caso de Forata simboliza la vulnerabilidad del sistema”, ha explicado Jesús Contreras, vocal de la junta directiva de la Asociación Caminos. "El problema no es solo técnico, es institucional. No existe un organismo independiente con autoridad y recursos para garantizar la seguridad de las presas públicas. En España, seguimos dependiendo de estructuras administrativas que son juez y parte", ha asegurado.

A este respecto, durante las jornadas se ha puesto de manifiesto la incongruencia de que las confederaciones hidrográficas sean al mismo tiempo titulares y responsables de supervisar la seguridad de las presas, lo que impide un control realmente independiente.

Para subsanar esta deficiencia, los ingenieros proponen la creación de un Consejo de Seguridad de Presas, autónomo y con capacidad sancionadora, así como la reinstauración del antiguo Servicio de Vigilancia de Presas, dotado de técnicos especializados y financiación propia. También proponen incrementar la inversión en mantenimiento y modernización y establecer una moratoria en la demolición de presas sin estudios técnicos y patrimoniales rigurosos.