La reforma laboral no ha sentado nada bien al sector agrario y a las empleadas de hogar, que junto al sector público son los que más empleo han perdido en el último año. La Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) ha indicado que el sector público destruyó en abril 84.319 puestos de trabajo en el último año, lo que supone casi un 7% menos de funcionarios, rompiendo la tendencia general de creación de empleo en la mayoría de los sectores.

CSIF ha advertido de que la Administración encabeza "de lejos" la pérdida de puestos de trabajo en España, junto al sector agrario y el del empleo del hogar. En este contexto, la variación anual de puestos de trabajo en el sector público lleva 7 meses en números rojos, desde octubre de 2023. Por ello, el sindicato ha exigido negociar cuanto antes la oferta de empleo público de este año y eliminar la tasa de reposición, como anunció el ministro José Luis Escrivá y que sigue sin ejecutarse. También lamentan la "parálisis del Gobierno" como consecuencia de la "inestabilidad parlamentaria" y la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado de 2023 para este año, a la espera de unas nuevas cuentas públicas de cara a 2025.

Como consecuencia de ello, CSIF ha indicado que existe un "deterioro progresivo" de los servicios que reciben los ciudadanos en todos los ámbitos como la sanidad, la educación o la justicia. Asimismo, insiste la organización en que la Administración General del Estado cuenta con una plantilla "envejecida y tensionada en organismos fundamentales".

El sector Servicios volvió a ser el catalizador de la reducción del paro durante el mes pasado, tras bajar en 42.067 personas (-2,15%). A continuación, pero a mucha distancia, se situó la Construcción, con 4.902 personas menos (-2,34%), la Industria, 4.433 personas (-2,08%) y Agricultura, 3.451 personas (-3,55%), que ha recuperado mínimamente lo perdido en los últimos meses. Sin embargo, el problema sigue siendo grave, ya que en los últimos tres años se han perdido en España 17.900 sociedades agrarias y 132.200 empleos, tanto de empleados por cuenta ajena como autónomos, según datos del propio Ministerio de Trabajo, achacables, entre otras cosas, a la reforma laboral y al incremento exponencial del salario mínimo interprofesional (SMI).

En cuanto al empleo del hogar, el efecto negativo de la reforma laboral y la subida del SMI ha sido muy intenso, ya que casi 4.000 trabajadores de este sector han salido de la Seguridad Social para ir al paro o al mercado sumergido desde la aprobación de la reforma de Yolanda Díaz. La causa directa de este desplome tiene que ver con que las familias no pueden asumir el incremento de costes laborales, la presión inflacionaria y la mayor presión fiscal, ni tampoco el incremento del SMI. La reforma estableció la obligatoriedad de la cotización por desempleo y al Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) tanto para los empleadores como para las propias empleadas del hogar, ya que las bases de cotización para desempleo pasaron a ser las correspondientes a las contingencias de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Por tanto, el tipo de cotización aplicable supera el 6%, del que la mayor parte, el 5% es a cargo de la persona empleadora, y lo restante a cargo de la empleada. Y esta base de cotización va a seguir creciendo.

En total, si se suman los empleos perdidos desde la aprobación de la reforma laboral en estos tres sectores, la cifra supera los 220.000. La afiliación de empleadas de hogar y el campo es la más baja de los últimos 11 años. Familias y pensionistas deben hacer frente a una factura un 40% superior a la de hace cuatro años en coste de trabajadores del campo y el hogar.