Consumo

España es el segundo país de la Unión Europea que más falsificaciones compra

Cuatro de cada diez ciudadanos europeos dejarían de comprar falsificaciones si los productos originales tuvieran un precio más bajo

Las falsificaciones de ropa existen porque tiene un mercado potente de consumidores que no ven nada malo en ello
Las falsificaciones de ropa existen porque tiene un mercado potente de consumidores larazon

Ir andando por el paseo marítimo es uno de los placeres veraniegos a los que poca gente puede resistirse. Ver el atardecer escuchando las olas de fondo, tomarse una cerveza en un chiringuito o incluso poder comprarse las zapatillas que son tendencia en el mercado por apenas diez euros son sinónimo de este espacio junto al mar. Todos alguna vez en nuestra vida hemos comprado unas gafas de la marca Ray-Ban bautizadas como RoyoBom o un bolso Louis Vuitton de imitación que es difícil distinguirlo de uno verdadero. Y, es que, aunque muchos quisieran adquirir el producto auténtico, su elevado coste hace que no esté al alcance de todos, optando por el falso. Tanto es así, que el 20% de los españoles afirma haber comprado intencionadamente productos falsificados en el último año, un porcentaje por encima de la media de la Unión Europea (13%) y que solo es superado por Bulgaria (24%), según el último estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo).

Asimismo, cuatro de cada diez consumidores de nuestro país no está seguro de si un producto es auténtico o no y, por lo que respecta a la piratería "online", el 21% admite haber accedido, descargado o transmitido contenidos de fuentes ilegales intencionadamente en el último año.

En lo que respecta a los europeos,aunque ocho de cada diez ciudadanos europeos consideran que las falsificaciones supone apoyar a organizaciones criminales, arruinan negocios y destruyen empleo; el informe revela que para un tercio de ellos es aceptable comprar falsificaciones cuando el precio del producto auténtico es alto, cifra que asciende al 50% en el caso de los más jóvenes, de entre 15 y 24 años.

Además de España y Bulgaria, la compra intencionada de falsificaciones también se sitúa por encima de la media de la Unión Europea en Irlanda (19%), Luxemburgo (19%) y Rumanía (18%), pese a que dos de cada tres ciudadanos europeos consideran que las falsificaciones son una amenaza para la salud, la seguridad y el medio ambiente.

Cuatro de cada diez ciudadanos europeos dejarían de comprar falsificaciones, si los productos originales tuvieran un precio más bajo, siendo la razón principal para ello. El riesgo de experiencias negativas (productos de mala calidad para el 27% de las personas, riesgos de seguridad para el 25% y sanciones para el 21%) también es un factor clave para que los consumidores dejen de comprar falsificaciones.

¿He comprado un producto falsificado?

La incertidumbre respecto a la autenticidad también va en aumento, ya que el 39% de los europeos se han preguntado alguna vez si han comprado un producto falsificado, mientras que la mitad de los jóvenes asegura lo mismo.

En el caso de los residentes de Dinamarca y los Países Bajos, un cuarto de ellos no estaban seguros de si el producto comprado era auténtico o no, cifra que se eleva hasta el 43% en España y el 72% en Rumanía.

En lo que respecta a la legalidad de las fuentes que utilizan para ver contenidos online, el 41% de los europeos se pregunta si la fuente a través de la que accedió era legal o no. No obstante, en España solo un 31% comprueba si la fuente de acceso, descarga o emisión de música o vídeos es legal o no.

Pese a todo lo mencionado previamente, la legalidad va ganando peso, ya que cuatro de cada diez europeos han pagado por acceder a contenidos de fuentes legales en el último año, cifra que en el caso de España alcanza el 50%.

"Conocer las percepciones de la ciudadanía nos ayuda a entablar un debate útil tanto con los consumidores como con las partes interesadas, en el marco de nuestras actividades de concienciación y divulgación", ha explicado el director ejecutivo de la Euipo, Christian Archambeau. También el estudio "confirma los avances positivos respecto a la concienciación y la disponibilidad de contenidos digitales de fuentes legales".