Opinión

Las familias y las empresas no son cajeros automáticos: la deuda pública siempre se paga

España lidera el endeudamiento público 2019-2022 ¿Si el déficit no importa, porque nos han subido 40 veces los impuestos?

Colas ante el Banco de España para comprar deuda pública
Colas ante el Banco de España para comprar deuda pública Javier LizonAgencia EFE

Eurostat ha publicado los datos de aumento de deuda pública sobre PIB y refleja que el Gobierno de España ha sido el que más ha aumentado el endeudamiento público en el periodo 2019-2022. Adicionalmente, España aparece como unos de los cinco países que mantiene el mayor déficit público de la Unión Europea. El enorme aumento de deuda pública ha sido, además, cinco veces superior al de la media de la eurozona y la Unión Europea. Países como Grecia y Portugal han reducido la deuda pública.

Es sangrante que el Gobierno haya disparado los desequilibrios fiscales de tal manera cuando, además, ha aumentado los impuestos masivamente, más de cuarenta subidas, y se ha lucrado con la inflación al negarse a deflactar los impuestos a la subida del índice de precios al consumo, lo que ha permitido alcanzar ingresos récord. Con ingresos récord, deuda y déficit récord. La inmensa mayoría de los países de la eurozona han reducido el déficit mucho más y además muchos, incluidos Irlanda, Dinamarca, Suecia, Chipre, Grecia, Croacia o Portugal, han reducido la deuda. El déficit de España es 1,2 puntos superior al de la media de la Unión Europea en 2022 tras dos años de recuperación, un enorme impulso monetario, tipos negativos y el impulso de los fondos europeos.

Ante este desastre de gestión, han aparecido los gurús de la ultraizquierda diciendo que el déficit no importa y que la deuda nunca se paga. Son dos mentiras.

Si el déficit no importa ¿por qué nos suben los impuestos despiadadamente y sin control? El déficit importa porque son más unidades de moneda consumida que suponen más impuestos, más recortes o más inflación en el futuro. El déficit, de hecho, es la constatación empírica de la mala gestión de gobiernos que se acostumbran a pasar a los ciudadanos sus desequilibrios.

La única razón por la que alguien puede decir que el déficit no importa y la deuda no se paga es porque vive de ese déficit y de disparar la deuda.

No, el déficit no son reservas para el sector privado. Es una losa más para el tejido productivo y las familias, asfixiadas a impuestos. El Estado no financia el déficit por su cara bonita, sino utilizando los ingresos actuales y futuros del sector privado. Lo único que hace que el Estado pueda incurrir en déficits constantes es el hecho de que tiene el monopolio de la represión y puede pasarle la factura a nuestros nietos sin que se enteren, y llamarlo «contrato social».

La deuda se paga constantemente. Ningún estado emite deuda perenne. La deuda se paga y se refinancia, y los costes de esta se acumulan. El coste de la deuda es ya casi un 7% del presupuesto y alcanza más de 30.000 millones. Incluso un estado que atrae miles de millones de dólares por exportaciones como Japón, lo que le permite tener un coste de deuda bajo, se deja el 22% del presupuesto en pago de intereses.

Más deuda es menor crecimiento, más impuestos o más inflación en el futuro. Y se paga siempre. Incluso cuando se hace impago, porque no existe reestructuración de deuda que no haya ido acompañada de gigantes recortes y un reguero de quiebras ya que, al hacer al emisor del bono del estado, el supuesto activo de menor riesgo, insolvente, cercena el acceso a crédito del sector productivo y las familias y dispara su coste.

El Estado solo se vanagloria de ser diferente a las familias y las empresas porque tiene el monopolio de la represión fiscal y en otros casos monetaria. Es decir, te dice que su deuda no importa porque la vas a pagar tú y tus nietos siempre, sea cual sea la circunstancia. Si no la pagas con una presión fiscal cada vez más asfixiante, la vas a pagar con la destrucción del poder adquisitivo de la moneda vía inflación.

Por eso el estatismo confiscatorio y extractivo es tan inmoral. Porque demuestra que su comportamiento es el de un depredador. Se presenta como la solución a los problemas que ellos mismos crean y luego te pasan la factura diciéndote que se lo debes todo. No, el déficit no es una herramienta de crecimiento. Es una herramienta de estancamiento, una losa que pesa cada vez más sobre economías cada vez menos productivas. Un Estado que cada vez consume más recursos del tejido productivo y no entiende que está para facilitar el crecimiento y la inversión privada, no para usar a empresas y familias como cajero automático, siempre termina como un Estado fallido que deja hundidos a los que finge proteger.

El día en el que el mundo deja de confiar en ese emisor de deuda porque percibe que ha asfixiado a sus ciudadanos y empresas, el dominó es imparable. Lo que pasa es que se creen que porque aún no ha pasado no va a pasar y siguen sobrepasando los límites. Y cuando salta, le echan la culpa a otro.

La deuda siempre se paga y los que te dicen que no es así son los que te están empobreciendo.